Capítulo 2: Cazador

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Alessandra Moreau.
Paris, Francia.
3 horas después.

Fabio se encuentra sentado frente a mi mientras yo estoy apoyada en mi escritorio mirándolo fijamente detallando sus orbes marrones con calma intentando navegar a través de sus ojos, me pongo a pensar en las innumerables cosas que ha de querer como para haberme seguido hasta mi oficina. Después de que hablo por ultima vez en el auto, duro unos minutos con la misma actitud de siempre; Dócil y despreocupado de la vida, pero al cierto tiempo vi como la expresión de su rostro se tensaba, sus expresiones se endurecían y se mantenía callado mirando por la ventana con la espalda recta en el asiento, dure un rato observándolo por el retrovisor ya que sabía que algo quería, sabia que algo me diría, Fabio es muy transparente, un hombre muy fácil de descifrar, aunque ser su hermana me da ventaja en el hecho de saber que algo le pasa, si no lo fuera igual lo sabría es muy sencillo darse cuenta cuando de él se trata.

Habíamos llegado hace aproximadamente tres horas y su actitud era la misma, una vez que bajamos de la camioneta le di la orden a mis guardaespaldas para que se dispersaran y pasaran lista con los guardias que vigilan la fortaleza desde arriba, Marcel me informo que se dirigiría al área de comunicaciones, solo le asentí, al terminar de escucharlo y verlo marchar, Kathrin me indico que debía comenzar a trabajar desde ya y que luego volvería conmigo para discutir algunas de las cosas que le envié, le dio un beso de despedida a Fabio y sin más se alejó de nosotros dirigiéndose a su salón de trabajo, pero mi hermano no se marchó, él se quedó a mi lado mientras inspeccionaba qué tal estaban las cosas, fui al área donde entrenan los gran parte de mis matones y seguida de esta al almacén de armas, vi con atención los nuevos cambios que Ivanova me había pedido permiso para realizar y después de verlos me di cuenta que fue una buena decisión, al terminar de ponerme al día con lo demás ingrese a mi oficina, planeaba hacerlo sola, sabía que él venía siguiéndome el paso así que pero iba a cerrarle la puerta en la cara colocó su mano en ella para evitar que se cerrara y entró detrás de mí, no impedí que lo hiciera ni lo eche, sinceramente me lo pensé bien y si me interesaba lo que tuviese para decirme.

—¿Qué quieres ahora? — Pregunto clavando mis orbes verdes en él, Fabio me mira mientras su mano derecha juega con los anillos de su mano izquierda, la misma expresión sigue ahí; fuerte e imponente.

—Tenemos muchas cosas de que hablar, ¿No lo crees? —Comenta mientras yo alzó una ceja como co-reacción a sus palabras, debe ser un chiste.

—¿Hablar? ¿En serio?, no tenemos nada de que hablar sabes lo necesario. —Suelto una suspiro amargo apoyándome en mi silla de cuero, se perfectamente a que se refiere.

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