Pasando asistencia digan presente:
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Alessandra Moreau.
El tiempo pasó más rápido de lo que creí arrasando con esta semana, mis tres días anteriores habían estado hasta el tope de trabajo dividiéndose entré las últimas preparaciones de mi plan y reuniones con nuevos interesados, tuve que asistir a varias juntas para cerrar contratos con algunos magnates multimillonarios que me permitían usar sus empresas como cortina de humo para exportar fuera y dentro de Europa gran parte de mi material, mis aliados necesitaban mercancía fresca, nueva, una que solo yo sabía manejar y no habían tenido en mis dos años de ausencia, me ocupé completamente de hacer los envíos lejos de mi horario de entrenamiento, ya que esa parte de mi tiempo estaba siendo dedicada únicamente a las explicaciones que le daba a mis soldados sobre el plan que hoy se llevaría a cabo, el día había llegado y yo estaba más que preparada para lo que se aproximaba.
Despejando mi mente sobre lo apretada que estuvo mi agenda estos últimos días, busco y saco el bolso deportivo negro de la parte superior de mi armario, desempolvándolo de arriba a abajo, lo había comprado hace ya un buen tiempo solo por ser el último que quedaba en la tienda, creí que no lo usaría jamás, pero ahora veo la oportunidad de darle uso, así que, ¿Por qué no?
Ya era hora de comenzar a hacer la mochila donde llevaría todo lo que necesito para cambiarme y arreglarme, me infiltraría en ese lugar, debía hacerlo de la mejor manera, hacerles creer que era una chica más que iría a trabajar en sus instalaciones, ya que esa era la mejor forma que tenía para poder ganarme la vida, si quería lograrlo debía hacer que todo pareciera real, cosa que sabia no se me dificultaría, tenia los medios para lograr burlarme en sus malditas caras.
Lo lograría, estaba segura de eso, el hecho de como estaba llevando las cosas me lo confirmaba, empezando por la primera parte de todo; mi vestimenta y la actitud que debería adoptar mientras estaba allá, debía verme y actuar tal como una teibolera lo haría, gracias al archivo de trabajadores del bar de Genaro logre comunicarme y tener una reunión con una de sus chicas el día de ayer por la mañana, Morrigan Halls, una stripper algo famosa en ese mundo, ella me informo sobre las cosas necesarias que debía saber y me explico algunas actitudes de las cuales me debía empapar, le preste atención a cada palabra que salía de su boca mientras estábamos en mi reunidas en mi oficina, seguiría todo lo que dijo al pie de la letra, ya que por más bailarinas exóticas que haya visto en mi vida no tenía conocimiento de que pasaba del escenario hacía afuera, como llevan todo o que hacen, afortunadamente ella me estaba dando las respuestas a todas mis preguntas.
Al cabo de unos minutos ya sus palabras habían quedado grabadas en mi mente, mi atuendo a la hora de presentarme debía verse sensual y excitante, mi rostro y mis movimientos debían ser los encargados de hacerlos tocar fondo, tenía que demostrarles una cara llena de dulzura, pero el balanceo de mi cuerpo debía ser todo lo contrario, este sería quien controlara la situación, yo les bailaría y haría creer que les servía, que era su marioneta, esos hombres deleitarían su vista con mi baile e inconscientemente yo sería quién los tendría comiendo de la palma de mi mano, los hipnotizaría a tal punto que no podrían quitar sus asquerosos ojos de mi y mi candente vestuario, este se encargaría de poseer su mente, tenía como tarea seducirlos a todos, ya que si alguno se daba cuenta quién era o que mis intenciones en realidad eran otras, todo podría irse a la mierda.
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Codicia ©
RomantizmCodicia - Trilogía Mortal. Libro I Un verdadero demonio es forjado en la tierra para luego servir en lo más oscuro del infierno. -- Inteligencia. Astucia. Poder. Peligro y agilidad. Las cualidades perfectas para definir a estos verdugos. Ambos ll...