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Diego

Emergencia
Grady, Juan, Vicky, tú

Grady
¿Qué pedo?

Vicky
Pinche Juan, ya va a empezar con sus mamadas.

Juan
No mamen, mi esposa está a punto de llegar, culeros.

¿Y qué chingados? ¿Te aplaudimos o qué, pendejo?

Juan
Muy graciosito que nadas hoy, hijo de tu puta madre.

Vicky
Anda de malas porque lo sacaste del grupo, wey.

Pinche chismoso.

Grady
¿Por qué vergas Juan no habla en vez de andar
haciendo sus pinches grupitos?

Juan
¿Pues qué chingados tienes contra mis grupos?

Grady
Que literalmente estás frente a mí y estamos
hablando por una pinche pantalla, cabrón.

Juan
Upsi.

-Upsi, ¿es neta, hijo de tu puta madre?- Grady miró incrédulo a Juan quien no respondió.

-No creo que te conteste así, tienes que enviarle un mensaje- dije mirando a mi amigo.

-A ver, wey, ayúdenme a servir, no sean culeros- Víctor comenzó a sacar los platos.

-No, chinga tu madre- me levanté y fui hasta la sala para ver cómo estaba mi hija.

-¡¿Cómo te atreves?!

-¡¿Cómo te atreves tú, tío Beto?!

Miré la escena con una sonrisa burlona, Roberto se encontraba discutiendo con una niña de tres años por alguna razón aparente.

-¿Debo preocuparme por su discusión?

-Diego, no mames, ¿qué pedo con tu hija?

-¿Hola? Tío Beto, tú eres quien está diciendo tonterías.

-Sí, claro, yo sólo digo la verdad, niña inculta.

-¡Mentira!

-Bien, bien, cálmense los dos y explíquenme qué está pasando.

Ambos se cruzaron de brazos y se miraron seriamente.

-¿Ninguno va a decir nada?

Continuaron su juego de miradas.

-¿Cami, algo que decir?

-El tío Beto es un naco.

-Verga, ¿pues qué pasó?- Ilan trataba de aguantar la risa ante las palabras de Maggie y la indignación de Roberto.

Codeé a Ilan para que dejara de soltar pequeñas carcajadas, no quería que me hiciera reír a mí también.

-¿Por qué dices eso de tu tío, Cami? O sea, sí es verdad, ¿pero por qué lo dices?

-¡Eh, no mames, Diego!

-Silencio, estamos en una conversación de adulto a adulto, Roberto.

-Hijo de tu puta madre.

-No digas malas palabras, Roberto Sebastián.

Tosí para disimular mi carcajada. Es divertido ver cómo una niña controla a Roberto.

-¿Y tú quién te crees para hablarme así, eh?

-Alguien mucho más madura que tú.

-Claro, porque tú crees que las Scooby galletas saben a vainilla.

-¡Es lo más lógico!

-Eso no es cierto, son de chocolate.

-¡Eso es veneno para los perros, cabeza hueca!

Roberto nos miró, Ilan y yo asentimos.

-¿Estás diciéndome que el equipo mató a Scooby?

-Me rindo- Cami suspiró y comenzó a caminar hacia la cocina.

-¿Por qué empezó el problema?- preguntó Ilan.

-No me digas que fue por el sabor de las Scooby galletas- dije rápidamente.

-Claro que no, fue porque ella dice que Velma y Shaggy hacen mejor pareja que Fred y Daphne.

-Ay, no mames, Roberto.

-¿Qué?

-Todos sabemos que Shaggy y Velma son mejor pareja- dijo Ilan con obviedad.

-Pues vete a la verga, ¿cómo ves?

-¿Ah, sí, hijo de tu puta madre?

Me quité de en medio y me quedé parado mirando cómo los dos se miraban con ganas de darse un golpe.

-¡Diego, ven rápido!

En cuanto escuché la voz alterada de Grady, corrí hacia la cocina, encontrando a Cami en el suelo. Rápidamente me acerqué a ella.

-¿Qué pasó?

-No sé, entro a la cocina buscando las galletas y de pronto estaba en el piso- explicó el castaño.

-Juan, llama a Abril y dile que la vemos en el hospital- cargué a mi pequeña rápidamente y comencé a caminar apresuradamente hacia la entrada principal de la casa.

-Llevo las llaves- de pronto, Ilan se encontraba frente a mí, abriendo las puertas del auto para que todos entráramos lo más rápido posible.

. . .

Juan

Amorcito🥰

Amor, vamos en camino al hospital.

No mames, ¿qué pasó?

Maggie se desmayó.

¿Así de la nada?

Sí.

¿Crees que sea por su enfermedad?

No tengo idea, pero Diego se ve muy angustiado,
Ilan conduce como un maniático, Víctor está
apresurando a Ilan, Grady ayuda a Diego y
Roberto no reacciona.

Los veo allá.

Aguanta, ¿no estabas manejando?

No, ando en una tienda, bajamos a comprar botanas.

Bueno, vengan con cuidado, mi vida.

Sí, mi amor, los veo en máximo unos veinte minutos.

-Diego, Abi y las chicas nos ven allá en unos veinte minutos.

-Apúrate, pinche Ilan, no mames, cabrón.

-Voy lo más rápido que puedo, pinche Víctor, deja de mamar.

-Dejen de pelear ya, pendejos- ambos parecen acatar la orden de Grady.

El auto queda en completo silencio, probablemente porque todos estamos muy preocupados, o tal vez porque simplemente nadie sabe qué decir. Lo único que sé bien, es que Ilan y Diego saben algo sobre esto, ya que el pelinegro parece estar más que preocupado, mientras que el uruguayo trata de no mostrar lo alterado que está. Ambos tendrán que darnos una muy buena explicación.

Espero que les haya gustado mucho <3.

S.O.S: Código Princesa || Esos 4 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora