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/ ATENCIÓN : Psycho love / Blood.
Corría con todas sus fuerzas tanto que sus piernas comenzaban a doler, intentaba escapar aquel infernal pueblo, llegar al portal rojo, ser recibido por los suyos y descansar por fin. Es su culpa en realidad, No debió haber dejado al híbrido de oso escapar.
Ya nisiquiera sentía las piernas, la adrenalina en sus venas lo obligaba a seguir, su respiración más agitada que nunca, se sentía destrozado, cansado, una mierda, solo quería desplomarse en el suelo de una vez.
Lo veía! Estaba tan cerca de llegar al portal que lo llegaría a su pueblo de una vez, allí sabría que hacer, llamaría al cuervo o a Auron, ellos le ayudarían, Axozer de seguro tenía un plan, estaba tan cerca, no le quedaba nada, hasta que sintió un fuerte e repentino tirón hacia atrás, juraría que su corazón dejo de latir por un segundo, sudo en frío.
Sus piernas fallaron y cayó al suelo, intento lentarse otra vez pero le dieron un empujón que le hizo voltearse, su corazón latia rápidamente sentía que en cualquier momento este pararía y moriría de un paro cardíaco allí mismo; sus lentes ya rotos calleron al frío suelo y delante suya lo encontró, el chico que amo con toda su alma, aquel que le confío su vida, aquel por el que estaba dispuesto a darlo todo y no recibir nada a cambio.
– Rubí ... – Intento calmar como pudo su respiración, estaba muy cansado – Rubí , podemos ha ... Hablarlo.
– Claro que lo vamos a hablar Juan – El híbrido se agachó a su altura tomo su rostro con sus manos, o mejor dicho garras, al hablar pudo notar como unos afilados colmillos resaltaban, sus ojos tenían una mirada depredadora como si fuera un pequeño ciervo indefenso, sintió su cuerpo temblar del miedo.
Detrás del oso se hicieron ver algunos integrantes del pueblo 3, de entre todos resaltaba el semblante frío y serio de su alcaldesa; el castaño los miraba intentando retroceder, más el oso le tomó de la muñeca impidiéndolo, su agarre era firme y fuerte, podía ver cómo algunas gotas carmesí comenzaban a salir de su muñeca, para que al poco tiempo está comenzará a quemar.
– Quiero que te cases conmigo – el híbrido pasaba lentamente una de sus aterradoras garras por la mejilla del hechicero, sacándole un leve pero audible quejido, sonriendo ante esto, conforme a la garra iba rasguñando la piel clara del chico, el líquido carmesí se deslizaba lentamente por sus mejillas, ante esto solloros se hicieron notar en los ojos del hechicero.
