4. 𝓛𝓪 𝓯𝓸𝓽𝓸𝓰𝓻𝓪𝓯𝓲𝓪

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Strawberries Y Cigarettes de Troye Sivan

-FLOR-

Esa misma mañana.

—Nat... despierta — llame a mi mejor amiga quien se quedó dormida en mi cama — ¡Natalia! — ella da un salto y sus ojos marrones me miran con confusión.

Natalia, chica alegre, divertida, despreocupada, extremadamente loca, alta con una piel morena pelo corto y hermosa. Mi linda y cuestionable mejor amiga.

—Flor... son las 6 de la mañana ¿Sabes? — dice cogiendo la almohada y poniéndola en su cara. Yo se la quitó y me paro frente suyo — Por favor... 15 minutos más.

—Hoy empezamos universidad — basto con esas 3 palabras para que se quitara la almohada de encima saltara de la cama y una sonrisa se asomara en sus labios.

—Hubieras empezado por eso mi querida amiga.

Salió corriendo al baño y a la hora mientras yo estaba lista Natalia seguía arreglando su pelo, Natalia tenía una personalidad muy extrovertida y alegre, era muy sociable y todos la quieren. Yo a su lado son una pequeña hormiga roja.

Al comienzo yo resaltaba tanto como Nat con mi color de pelo es imposible pasar desapercibida en cualquier lugar, pero mi personalidad fue dando a entender que no era mucho de hacer amigos, al año ya nadie insistía en invitarme a fiestas y los chicos dejaron de invitarme a salir, pase a ser solo la mejor amiga de Natalia, y no me molesta. Me agrada. Es mas tranquilo asi.

Estoy estudiando literatura, me encanta la literatura, la verdad... me encantaría escribir algún día un buen libro uno que enamorara a la gente, que la hiciera llorar y reír. Me encantaría que mis palabras y pensamientos ocultos en otros personajes fueran leídos.

—Estoy lista. ¿Cómo me veo? — salió Nat del armario con una falta blanca y una camisa rosa, pendientes y un par de tacones.

Le doy una sonrisa.

—Fabulosa como siempre — ella me da una sonrisa oyendo lo que esperaba oir. — Ven vamos, se nos tarde.

Salimos de mi habitación y bajamos las escaleras cruzando el campus para luego tocar los escalones de la universidad, como lo esperaba, íbamos tarde ya nadie está afuera.

Mi playlist cambio y comenzó a sonar una de mis canciones favoritas.

Fuimos subiendo hasta las escaleras y al llegar al último escalón el sonido de pasos a la distancia llamo mi atención haciendo que volteara. Mi cabeza giro un poco para ver de donde provenían los pasos y cuando encontré el lugar de origen mi cuerpo no se movió. Solo lo quede mirando.

El coro de la canción retumbaba en mis oídos mientras lo observaba. Se sentía como una escena en cámara lenta. Dios no se si maldecir o alegrarme de verlo aquí, su madre me había comentado que había dejado la universidad hacia un año.

Sus ojos negros se encontraron con los míos, los míos expresaban asombro y los de él estaban confusos, como si estuviera pensando en algo, el recorrió mi cara y me sentí tan diminuta.

Antes de poder pensar algo más la mano de Natalia toco mi hombro, voltee a verla y ella miro a chico arrugando su ceño.

—No sé qué estará pasando, pero llegaremos tarde — dijo y asentí, era cierto. Lo volteé a ver una vez más y luego seguí mi camino a la primera clase.

Asi que... nos volvemos a ver de nuevo.

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Hasta que las estrellas dejen de brillar [PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora