CAPITULO 1

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Es viernes, después de una semana dura de exámenes, por fin es viernes. Estoy volviendo a casa, y ya me está rugiendo la barriga del hambre que tengo. Son las dos y media de la tarde. Voy caminando tranquila por la calle, que por cierto, está más solitaria de lo normal. De repente ese silencio muere y visualizo una casa llena de gente y con una música bastante alta. Ahora que caigo, esa es mi casa.
Entro al interior, esquivando a toda la gente que puedo, algunas personas ya están perdiendo el control sobre sus humildes cuerpos. De repende escucho que alguien me llama al fondo del salón, reconozco la voz, es Eda.
-¡Masumi! ¡Ven corre! ¡Por aquí!- Voy directa hasta donde ella estaba situada, había mucha gente a mi alrededor, todo eran caras nuevas e insignificantes para mí.
-Hola Eda, ¿qué es todo esto?, ¿por qué hay una fiesta en nuestra casa?- En ese momento me sentí molesta en incómoda, odiaba estar entre esas bolas repugnantes de músculo y grasa. Estaban todos gritando y riendo, quise salir corriendo e ir a la biblioteca, pero me resistí y aguanté para al menos saber el motivo de esta locura.
-¡Vamos Masumi, no seas tan aburrida, estamos en la universidad un viernes!- Ahí la miré con asco, y me di la vuelta para volver por el mismo sitio por el que había entrado.-¡Oye, no te vayas, quédate un rato!-
-Ed, no voy a quedarme, sabes que odio la gente y las fiestas, no tengo motivos para permanecer en esta horrible y ruidosa fiesta de jóvenes hormonales.- Ahí, me solté de su brazo, cogí dinero y me fui, sin decir adiós, ya me buscaré la vida yo sola, al menos por hoy.

Después de salir de ese sitio, me fui directa a la biblioteca, era el único lugar donde me sentía bien, al fin y al cabo, solo era una empollona.
-Hola Marta, ¿que tal está llendo tu día?- Marta era la bibliotecaria, la conozco desde que llegué a este lugar. ¡A si! Si no lo he dicho ya, yo vengo de una ciudad llamada Armilla, en Granada. Mi padre es japonés, por eso este nombre tan raro, y mi madre es de Granada, nada fuera de lo normal.
-Hola Masumi, por ahora llevo el día un poco ajetreado, pero bien. ¿Te dejo el mismo libro de siempre?- Últimamente estaba leyendo un libro que me encantaba, trata sobre una chica y su típico romance, ese libro es tan estúpido que me encanta.
-Sí porfavor.- En cuanto cogí el libro, me fui a la mesita en la que siempre me siento. Está situada en una esquina de la biblioteca, tiene una ventanita y plantas alrededor, logrando un "ambiente íntimo", también tiene cerca la máquina de café, por lo que ya considero mi sitio perfecto.

Una hora después de estar leyendo tranquilamente, escucho a alguien sentarse en frente de mí.

Ramé//By AitanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora