CAPÍTULO SEIS

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La puerta de la casa seguía entreabierta como la había dejado hace unas horas, abrí sigilosamente, metí mi cabeza para inspeccionar antes de entrar. En los últimos tres escalones estaba tumbado boca abajo mi padre, tenía un par de botellas de vidrio vacías a un lado de él. Había bebido mucho más que otras veces, debíamos ir al trabajo él no solía beber tanto cuando hay que trabajar. Entré completamente y cerré la puerta tras de mí, el ruido hizo que él murmurara algo imperceptible. Pude ver en el reloj de pared que eran las 5:00 am. Decidí despertarlo y fingir que nada había pasado la noche anterior. 

-Es hora de irnos al trabajo –dije moviéndolo bruscamente –¡Despierta! ¡Papá! ¡¡Despierta!! –lo moví aún más fuerte y entreabrió los ojos.

-Vete tú, no pienso ir hoy –dijo acomodándose para volver a dormir. 

-Como quieras –Pase a la cocina por algo de comer. Había platos, vasos rotos y botellas vacías en el piso. 

Sentí asco y pena por el señor que estaba tirado en la escalera, nunca lo había repudiado tanto -¡Ya me voy! –Grité hacia arriba para que Alex me escuchara, aunque en realidad me daba igual si lo hacía o no.

Al salir respire el aire fresco y me sentí con mucha energía a pesar de no haber dormido nada. Extrañamente me sentía feliz, Ohm estaba en mi mente todo el tiempo, mientras caminaba hacia el embarcadero recordaba los momentos que pasamos esta mañana, quería volverlo a ver, su presencia me llenaba de vitalidad y alegría. Comencé a correr, llegué al embarcadero y camine hacia la playa que se extendía alrededor "Si mi padre no iría al trabajo ¿por qué yo sí?" pensé y corrí adentrándome a la playa hasta llegar al mar. Me senté y dejé que las olas tocaran mis piernas, saqué el cofrecito de mi bolsillo, lo abrí y tomé la perla. La observé, la olí, me la pasé por la cara, los labios, la volví a observar y sin pensarlo la sumergí al agua. 

Las ondas aparecieron inmediatamente, las observé fascinado, recorrían rápidamente el agua hasta salirse de mi vista.

-¡Fluke! –reconocí la voz de Ohm Hasta ese momento no había reflexionado lo que estaba haciendo, lo estaba llamando, él vendría, había gente trabajando a unos cuantos metros, lo verían. Asustado saqué la perla rápidamente, pero era tarde, él ya estaba aquí, me había gritado pero mis ojos no lo veían por ningún lado. –Aquí –dijo sacando la mano del agua, volteé y me hizo una seña con el dedo para que lo siguiera, avanzamos unos cuantos metros, donde no había nadie y por fin sacó su cabeza del agua. 

-¡Ohm! –dije emocionado, como si no lo hubiera visto en mucho tiempo. 

-¿Estas bien? ¿Tú padre te hizo algo? –pregunto desconcertado. 

Negué con la cabeza –No pasa nada, disculpa... yo solo... perdón... no pensé en lo que estaba haciendo –dije apenado.

Ohm hizo su característica sonrisa coqueta –Ya veo, solo querías verme ¿cierto? Nos despedimos apenas hace una hora o menos –dijo riendo. –Sé que soy irresistible, pero contrólate Flukie. –dijo en tono sarcástico y burlón. 

Sentí mi cara caliente, no había duda de que tenía el rostro colorado. 

-Perdona, no... 

-¿No deberías estar trabajando? –me interrumpió. 

-No... no volveré –levantó las cejas asombrado –Hoy, no trabajaré hoy –aclaré. 

-¿Y eso por qué? ¿Ahora eres un muchacho rebelde? –dijo sonriendo.

No sabía que responderle, estaba verdaderamente avergonzado y arrepentido de haberlo llamado. 

-Solo por... -comencé a decir, cuando un grito muy fuerte me interrumpió. 

-¡¡Una sirenaaa!! –había gritado un hombre, era un trabajador. Estaba señalando hacia donde estábamos. –¡Una sirena! ¡Ahí! ¡Una sirena! –seguía gritando.

Escuché un chapoteo en el agua, Ohm se había sumergido rápidamente, lo vi nadar hacía la profundidad. Me levanté nervioso, mire hacia donde estaba el señor y ya no era uno sino decenas de personas corriendo hacia mí, traían cargando una red muy grande. Era como si todos hubiesen estado esperando ese grito o una señal para salir disparados. Corrían a gran velocidad, un par de lanchas motorizadas venían por el mar, las personas dentro de ellas también traían una red. 

Retrocedí lentamente y me eché a correr hasta llegar a una especie de cabaña donde guardaban lanchas, me metí. Desde ahí podía observar a la gente que poco a poco iba llegando al lugar donde hace un momento estábamos Ohm y yo.

Me solté a llorar, no podía creer lo que estaba pasando. Por mi culpa vieron a Ohm, al tritón que me ha hecho feliz, que me trató en unos días mejor de lo que nadie me había tratado en tantos años. Lloré desconsoladamente, imaginaba que lo atrapaban y le hacían daño, me odié por ser tan estúpido. 

Permanecí ahí escondido, observando hacia la playa, la gente se iba perdiendo de mi vista, unos se sumergieron nadando, otros rodearon la playa caminando, las lanchas avanzaban en círculos y lanzaban las redes de vez en vez, para ver si capturaban a la "sirena". Aún tenía la perla en la mano, la apreté fuertemente y me la acerqué a la boca, no paraba de susurrarle "perdóname, perdóname, perdóname".

Decidí volver a casa cuando el sol se estaba ocultando, sentía mis ojos hinchados y un tenue dolor de cabeza, había llorado por horas y mi rostro lo reflejaba. Al entrar a casa estaban Alex y mi padre cenando, sentados en el sillón frente al televisor. 

-Vaya, hasta que llegas pensamos que te habían tragado las olas –dijo Alex. 

-¿Ya le viste la cara? –papá soltó una carcajada –Parece un sapo inflado. 

-Es verdad –contestó Alex en tono burlón. –Está más feo de lo normal ¿Estuviste llorando, muñequita?

Me di el lujo de mirarlos con desprecio y les lancé todo el odio que tenía con mi pensamiento. Supongo que no me habían visto ese gesto nunca y no les agrado, pues, a los dos se les borró la sonrisa del rostro y desviaron su mirada. Estaba a punto de subir las escaleras cuando un anuncio en la televisión llamó mi atención "Esta mañana en la costa Norte de la cuidad Kata Beach sucedió algo inusual y me atrevería a decir "irreal", un trabajador del embarcadero principal de la ciudad, asegura haber visto una sirena o la cabeza de una sirena dentro del mar". Me acerqué a la pantalla para ver la imagen: estaba un reportero en el sitio dónde había llamado a Ohm está mañana, reconocí al señor que había gritado, estaba casi arrebatando el micrófono al reportero entusiasmado por contar su historia. "Sí, sí, yo la vi ahí (señaló el punto exacto dentro del mar), tenía el pelo negro con dorado, piel bronceada y estaba hablando con un joven, un joven de pelo negro, delgado, vestía con una sudadera y pantalones negros botas cafés, él estaba aquí sentado en la arena" –se me erizo la piel y el estómago se me revolvió, el hombre me describió tal cual estoy vestido. Me puse nervioso y me temblaron las manos. "¿Está usted seguro de que era una sirena? Bien pudo haber sido la novia del joven que menciona" –el reportero se notaba incrédulo, me dio la impresión de que estaba burlándose del señor. Sentí la mirada de Alex y volteé a verlo, me estaba repasando de arriba abajo, hasta que nuestros ojos se encontraron, levantó una ceja y sonrió para sí mismo.

-¿¡Una sirena?! Jaaa que estupidez, ese sujeto solo quiere dinero y llamar la atención –comentó mi padre. 

-Seguro –afirmó Alex, mirándome nuevamente - ¿No es así, Fluke? 

Asentí con la cabeza sin mirarlo. Me fui a mi habitación y me encerré. Estaba seguro de que Alex se había dado cuenta de que el joven al que se refería el señor era yo. Me sentí aún más nervioso, Alex es una persona malvada especialmente conmigo, podría hacer cualquier cosa para molestarme.

Hola amores como están acá les dejo el siguiente capítulo de esta historia, comenten que tal les está pareciendo, recuerden es una adaptación.

Los quiero 💙🐻🐥 








EL TRITÓN (OHMFLUKE) - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora