Until the journey is over ©

|Capítulo I: Summertime Sadness|

Summertime Sadness   - Lana del rey 

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Izuku empacaba todo lo necesario, realmente no era mucho, no tenía tanta ropa y si los pensaba bien  la última vez que obtuvo ropa nueva fue cuando una vecina le regalo un ropa de su hija cuando se fue a una preparatoria. No sabía cómo sentirse tenía muchas preguntas y pocas respuestas, su madre estuvo callada durante los dos días y eso no ayudaba mucho en cómo sentirse. Era un lugar nuevo y desconocido para ella.

Su únicas pertenencias era dos overoles, una camisa de su padre, unos pantalones cortos arriba de la rodilla y una blusa blanca con unas extrañas letras que ella sabía que estaban en japonés.

Tomó una fotografía de su padre y ella cuando era pequeña, parecía que estaban en el acantilado del pueblo, a ella parecía que se le habían caído los dientes delanteros pero ambos sonrían felices en la fotografía.

La peliverde suspiro, faltaban unos minutos para que el auto llegara. El señor le había regalado un vestido aqua que ella misma escogió junto a un par de zapatillas rojas —también a elección de ella. —Se sentía un poco culpable de dejar a su madre, su salud estaba mejor pero ¿Qué pasaba si ella tiene una recaída? La ciudad estaba a algunas horas pero ella estaría en un internado por varios meses.

Estaba segura que las chicas que estudiaban en ese lugar era mucho más finas y delicadas. Ella no sería nada comparadas a ellas.

Se puso de pie lentamente y camino por su pequeña habitación hasta llegar al espejo, su cabello rizado largo era un desastre. Se alejo un poco del espejo y busco entre su pequeña mesa algo con que sujetarse el cabello, su vista se fijo en la peineta de que su padre le había obsequiado cuando era solo una niña.

La peineta era dorada con piedras verdes, aún recuerda cuando su padre escondió el objeto en la parte trasera de su auto.

—Las piedras siempre me recordarán a ti mi pequeña.

Tomó el objeto y se lo coloco con delicadeza para no dañarla ni lastimarse. Estaba segura que las cosas cambiarían de ahora en adelante pero ella sabía muy bien tus fortalezas y sus debilidades.

No dejaría que nadie le hiciera sentir menos, era verdad que ella no pertenecía en esa atmósfera pero estuvo en ella sin siquiera saberlo por dos años.

—¡Izuku! ¡Niña apresurate! —la voz de su madre la hizo regresar a la realidad, el auto había llegado se acercó rápidamente hacia su ventana y observó un Mercedes AMG  G63 negro esperando en la puerta de su casa y al lado se encontraba su profesor.

Fue corriendo hacia su maleta y revisó mentalmente si llevaba todo lo que necesitaba, una vez que terminó salió con ella en mano observando su habitación una vez más antes de salir y cerrar tras ella.

Bajo las gradas de madera que ella misma había retocado hace unos meses atrás. Cuando estuvo abajo observó con detalle cada cosa, tenía miedo eso era evidente. Su forma de tranquilizarse era analizar su entorno o cualquier cosa que podría ser de su interés en ese momento.

Salió de la casa quedándose en el porche, podía observar a su madre hablar con su profesor y  otro hombre que suponía que era el chófer quien los llevaría a la cuidad.

—¿Mamá? —la menor se acercó un poco nerviosa y a la vez emocionada.

—¿Qué tanto hacías allá arriba Izu? No importa el señor Yagi dicen que tienen prisa así que apresurate.

Izuku estaba desconcertada ¿Qué había pasado para que su madre tomará esa actitud, trató de buscar una respuesta en la mirada de su profesor pero este pareció estar igual que ella.