Capitulo VII:

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Hoy este capítulo será narrado en modo omnisciente, es decir por un narrador.

El cuerpo sin vida de Minatozaki cayó al suelo, manchas de sangre estaban esparcidas por la alfombra, el cuchillo con sangre, y obviamente Momo, son bella ropa con sangre de su amada. Una extraña y enfermiza sonrisa se deslizó por sus labios.

Hirai sintió un peso menos en su cuerpo, se sintió "libre", ya no era controlada. Volvió a estar en sus cinco sentidos, miro el suelo y una expresión horrorizada tomó el control de todo su rostro. ¿Qué mierda había hecho?. Lágrimas de arrepentimiento y confusión llenaron sus ojos, segundos después cayó al suelo en rodillas, lamentándose por su acto, su pecado; en la habitación solo se escuchaban los estruendosos sollozos y una respiración tranquila... en su cuello. Miro hacía atrás, y ahí.. ahí estaba el ser más repugnante del universo.

- ¡¿Qué hiciste tarado?! ¡La mataste! ¡La mataste, por dios!

Grito Hirai, hecha un manojo de sollozos y muchas muchas lágrimas.

- Mejor dicho.. ¿Qué hiciste tú? -hablo el ser rojo sonriendo, una sonrisa satánica-

Momo quito sus propias lágrimas bruscamente, acercándose al el, al llegar junto sus frentes con una sonrisa. Si, había quitado las lágrimas pero ellas aún no se iban del todo.

- Te odio Lucifer, te desprecio, ¡vete a la mierda! Oh.. Ni ahí te quieren maldito egocéntrico.

- Aw, que dices lindu-

Lucifer no termino de hablar,por una fuerte patada justo en su entrepierna (si es que tiene yo no se ª).

- Eso por estúpido, y esto por ser un hijo de puta.

Hirai le dio una cachetada en su mejilla. Ella podía seguir golpeándolo, estaba débil y confundido, algo que le daba ventaja. Lastimosamente su plan fue interrumpido por las sirenas de una patrulla. Lo más probable es que su vieja y horrible vecina haya escuchado los gritos y sollozos hasta su casa. Recorcholis.

- Vas a ver maldito.

Hablo Momo amenazante, antes de correr, le mostró su dedo medio a Lucifer y corrio, corrio por toda su casa hasta la puerta, la abrió corriendo junto a Boo, que no sabía qué pasaba, pero él seguiría a su dueña hasta el fin del mundo.

Correr en tacones jamás sería una buena idea para nadie, pero ¿acaso Momo tiene tiempo para preocuparse? ¡Claro que no! Corria lo mas rapido que podia, tratando de alejarse de la policía que se acercaba a una gran velocidad. Por unos segundos se detuvo a respirar.. Maldito aire, por esa pequeña pausa ahora dos carros de policía la rodeaban, bien ahora era ella y Boo, en contra de 4 policías armados, a las 8:30 de la noche bajo la luz de la luna.

- ¡Arriba las manos! ¡Está bajo arresto!

No, no, no ¡NO! ¡NO! No, su libertad no podía terminar así. Negó con la cabeza, balbuceando cosas sin sentido, tomó a Boo en sus brazos y comenzó a correr de nuevo. Gran error.

¡Bang! Un chillido desgarrador fue escuchado, bajo la mirada a sus brazos y ahí, vio la escena más traumatizante en toda su corta vida: En sus brazos estaba Boo, con sangre en su pancita, le habían disparado por accidente. ¡Que suerte! ¡Su amada y su perro murieron asesinados la misma noche!. El enojo se hizo cargo de Hirai.

- ¿Qué le hicieron? ¡LO MATARON! ¡JODER, LO MATARON! -Grito, su garganta dolía a horrores.-

Hirai ya no podía sentir nada, lo unico que sentia era culpabilidad. Aprovechando esto los policías arrebataron el cuerpo del ahora fallecido canino, dejándolo sin cuidado en el suelo, tomando bruscamente a Momo por las muñecas poniendo una esposa y llevándola a su patrulla (...)

Las horas pasaron, y llegaron las 5 de la mañana. Hirai estaba en una celda con un uniforme a rayas negro con blanco, horas antes le habían hecho un par de estudios para saber si tenia alguna enfermedad o adicción. En un par de minutos sería interrogada.

Los minutos pasaron y llegó un oficial, a sacarla de su celda y empujarla hacia una sala oscura, con solo una mesa, dos sillas y un foco. Ahí determinarían si era culpable o no. Entro, y tomo asiento frente a otro oficial.

- Momo Hirai ¿cierto? -Momo asintió-

- Bien, ¿sabes porque estás aquí?

- No, no lo se.

- No me sorprende, tus examenes dieron que sufres de demencia y esquizofrenia.

Momo frunció sus cejas, ¿Qué le dijeron?

- ¿Qué? ¿Cómo dices? -pregunto aun confundida?

- Si, tu tienes demencia y esquizofrenia.

- Imposible -negó Hirai-

- Es muy posible Momo, tus exámenes lo dicen – el oficial señala con una pluma unos papeles que afirman estos problemas- Pero bien, mi función esta mañana es interrogarte. ¿Cómo murió Sana Minatozaki?

- Recuerdo que la apuñale -explico con la mirada perdida- Ella gritaba, pero el no me dejaba parar, el me controlo -volvió a mirar al oficial abrazando sus piernas contra su pecho-

- Momo..

- Mhm?

- ¿A quien te refieres con "el"? -hablo el oficial haciendo comillas-

- A Lucifer, Satanas, Demonio, Diablo, cosa roja, como sea que le llames. El me controla, me obliga a hacer cosas.

- ¿El te controla? ¿Cómo comenzó?

- No lo se, solo un día lo vi por todos lados, empezó a hablar y lo vi en mis sueños y pesadillas, me obligo a comprar un cuchillo y a matar a Sana. E-el es un humo, se puede meter en donde quiera y te puede controlar -Hirai lo miraba serio-

El oficial iba a explotar en risas, pero debía mantener una pizca de seriedad.

- Entiendo, bien ¿Por qué huiste ayer?

- Si te fueran a arrestar, lo primero que harías es correr. Eso mismo hice yo -levanto sus hombros-

- Ya veo, ahora ¿Quién mató a Sana Minatozaki? ¿Tu, o el?

La pregunta era sencilla, solo para Momo.

- Es obvio que el, ¡EL TOMO MI CUERPO! ¡EL LO HIZO! ¡Y-YO NO FUI! -Hirai empezó a temblar sin motivo alguno-

- Esta bien, esta bien. Necesito que te relajes.

- ¡NO! ¡NO ME PIDAS ESO! ¡EL LA MATO! ¡YO IRE A LA CÁRCEL POR SU CULPA! Y-yo no hice nada, f-fue el -Momo rompió a llorar de nuevo-

- Eso es todo por hoy, mañana será tu juicio, suerte.

Momo no paraba de llorar, ni siquiera cuando fue regresada a su celda. Se sentía culpable, pero se sentía mucho más impotente, por no poder defenderse, porque todos creían que ella, estaba loca.  Tal vez... si lo era o ¿no?. 

.・゜゜・ Devilish - Hirai Momo ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora