Quiero hacerte el amor

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Quedé fascinado por la imágen que yacía bajo mío, me quedé admirandola unos minutos mas haciendo completo silencio, hasta que Bakugo decidió tronarlo de manera repentina.

-Kirishima...demos el siguiente paso-.

Mi respiración junto a mi corazón parecia haber quedado fuera de servicio; las palabras no me salían, pero las acciones parecian hacerse presentes.
Me acerqué a su palido cuello y lo lamí de forma suave; sin apuros, el jadeó de manera baja en mi oído, haciéndome estremecer.

-...Kirishima...quiero tener sexo contigo-.

Me alejé de su blanquecina piel y lo miré a los ojos.

-Yo no- contesté.

Ví como la cara de Bakugo cambiaba a una confusa; con duda, y antes de que se formara un gran malentendido preferí aclararlo.
Pose mi mano en su mejilla; sintiendo el frío del agua reposada, me acerqué a su rostro.

-...Yo quiero hacerte el amor, Bakugo-.

El silencio invadió la habitación, los carros se escuchaban pasar y la televisión sonaba de fondo tal y como un extra; los ojos de Bakugo se agrandaron formando grandes eclipses, sus mejillas se colorearon en demasia de un color rojo tenue.

Sin previo aviso Katsuki empezó a soltar lágrimas de sus achinados ojos; alarmado busqué la forma de lograr calmarlo, acerqué mi cara a su rostro y le dí pequeños besos en las mejillas hasta secar sus saladas lágrimas.

Bakugo se enredo contra mí; pasando sus brasos por mis hombros, acercándose mas, nos quedamos así unos segundos.

-¿Me amas?...-cuestionó Bakugo.

-Te amo- contesté poniendo mi cara en el espacio de su hombro y cuello; sintiendo el aroma a jabón de baño.

Repartí pequeños besos blandos alrededor de la piel de Katsuki; haciendolo estremecer en el proceso.

Junté nuestras frentes y le dí un beso en sus labios; el cual empezó a subir de intensidad. Comenzé a despojarme de mis ropas; dejandolas en algún rincón de la habitación.

Comenzé a dejar un camino de besos y chupetones por el pálido cuerpo de Katsuki; hasta llegar a su entrepierna que seguía cubierta con la tela de la toalla blanca. Lo despoje de su única prenda dejando a relucir su cuerpo a la luz tenue de la luna que entraba por el ventanal.

Marcas, cicatrices, azotes, era lo que estaba marcando en su piel; señales de abuso. Katsuki tapó su boca con una mano para inclinar su cabeza a otro lado, vi sus ojos llorar nuevamente.

-...Y-yo no... quería que vieras esto...-comentó tratando de no sonar con voz quebradiza; cerrando sus ojos dejando salir mas lagrimas transparentes y apretando aun más su mano con sus labios.

-Katsuki...-mencioné con la voz mas suave posible, cargada de paz.

El me miró, mudo sin decir una palabra; rogando con sus ojos que porfavor no lo abandonara.

-Sigues siendo hermoso... eres tan hermoso...- incliné mi cuerpo hacía el suyo hasta quedar a una distancia considerable y besé las marcas.
El soltó un jadeo de sorpresa; pero no trato de apartarme.
Besé sus cicatrices con el mismo amor que le tengo a el, de manera apasionada y amorosa; que hacía a Bakugo estremecer de satisfacción.

Terminé de besarlas y me acerqué una vez mas a su rostro sobreponiendo mi mano en su pene, "¿Puedo?", Pregunté, "Si" contestó.

Comenzé a masturbar su pene de manera lenta y placentera, subiendo y bajando mi mano; escuchando los jadeos que provenían de la cara de Bakugo. Mordí su oreja mientras aumentaba el ritmo de la masturbación, haciéndo a Bakugo gemir y correrse en el proceso; manchando mi mano y su abdomen.

¡𝕋𝕖 𝕔𝕠𝕟𝕢𝕦𝕚𝕤𝕥𝕒𝕣é, 𝔹𝕒𝕜𝕦𝕘𝕠!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora