Recibí una llamada de la oficina del FBI de Washington, querían reunirse conmigo. Llegué a la oficina del agente especial Neil Walker. Él acababa de ascender a jefe de unidad y era el nuevo jefe de mi hermano pequeño.
-Agente Walker.- dije.
-Señor Jones, me alegra verle.- dijo el agente Walker. Hizo una pequeña pausa para sentarse en la silla. -Tengo entendido que usted era de las fuerzas especiales.- dijo.
-Sí.- dije.
-Necesito que nos haga un favor.- dijo agente Walker.
-¿Qué tipo de favor?- pregunté.
-Protección.- dijo el agente Walker.
-¿A quién?- pregunté. El agente Walker encendió una pantalla con un mando a distancia enseñando una foto de una chica.
-Es una nueva testigo protegida.- dijo el agente Walker.
-¿Qué quiere que haga?- pregunté.
-Darle un trabajo y si es posible mantener los ojos abiertos como refuerzo, uno de mis agentes estará con ella la mayoría del tiempo y la tendremos monitorizada el mayor tiempo posible.- dijo el agente Walker.
~•~
Empecé a notar la garganta seca. Empecé a toser sin parar. Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta de entrada. La casa se estaba incendiando. Había fuego por todas partes y no podía salir por la puerta. Volví al dormitorio y vi a un hombre con pasamontañas, me asusté. Estaba a punto de gritar pero me tapó la boca.
-No grites, voy a sacarte de aquí y mantenerte a salvo.- dijo el hombre.
Era el mismo hombre que me estaba siguiendo desde hacía un año, estaba lleno de tatuajes. Me sacó y me llevó hacía un coche negro. Llegamos a una cabaña en las afueras de Londres. Estaba confusa. Entramos en un salón y había otro agente bastante atractivo, este no llevaba tatuajes.
-Señorita Bailey, soy el agente especial Mike Jones.- dijo el agente sin tatuajes. -Y él es el agente especial Sean Collins.- dijo señalando al hombre de negro de tatuajes.
-¿Agente?- pregunté confusa mirando al agente tatuado. -¿Por qué estoy aquí?- pregunté al agente sin tatuajes.
-Porqué estás en peligro.- contestó el agente Jones.
-¿Cómo sabéis que estoy en peligro?- pregunté.
-Porqué soy un agente infiltrado del FBI.- contestó el hombre de negro que estuvo persiguiéndome.
-Llevamos tres años investigando el asesinato de varias mujeres de su misma edad en la que su novio ha tenido relaciones.- dijo el agente Jones.
-Pero si llevo con él desde el instituto y no nos hemos separado nunca.- dije confusa.
-¿No se iba de viaje a visitar a su familia o algo?- preguntó el agente Jones.
-En sus días libres decía que se iba a un pequeño pueblo cerca de la ciudad para hacer voluntariado.- contesté.
-¿Le dijo el nombre del pueblo?- preguntó el agente Jones.
-No.- contesté. -Cuando coincidimos nuestros días libres le pregunté en varias ocasiones de ir también pero me decía que la gente era muy desconfiada.- terminé de decir.
-Supongo que ahora que tiene una familia, esos días libres debe ir a su casa.- dijo el agente Jones.
-¿Y qué va a pasar ahora?- pregunté.
-Vamos a fingir tu muerte y vas a entrar en protección de testigos.- contestó el agente Jones.
-¿Adónde me voy a ir?- pregunté.
-A Nueva York.- volvió a contestar el agente Jones.
-No voy a volver a ser médico ¿verdad?- pregunté triste.
-Me temo que no, además vamos a cambiarte el nombre, habrá otro agente infiltrado acompañándote las 24h haciéndose pasar por amigo, no podrás tener contacto con nadie de tu vida, ni siquiera con tu hermano Dylan.- dijo el agente Jones.
-¿Cómo sabes de mi hermano?- pregunté sorprendida.
-Te investigamos.- contestó el agente Jones. Estuvieron explicando cómo tenía que desaparecer.
-Hay una habitación preparada para que puedas darte una ducha y cambiarte de ropa.- dijo Sean. Asentí, me llevaron a una habitación, estuve en la ducha y empecé a llorar.
-¿Cómo pudo hacerme esto? Después de quince años y me traiciona de la peor de las maneras, por su culpa tengo que separarme de mi familia.- dije llorando.
Me vestí y volví al salón dónde estaban los agentes del FBI. Salí escoltada por ellos. Volvimos a subir al todoterreno y nos pusimos en marcha los tres. Viajamos por dos horas por carreteras secundarias hasta un aeropuerto privado dónde había un jet privado esperándonos. Había un hombre guapo con tatuajes en las manos.
-Dani, te presento a Jake Lewis, él estará contigo.- dijo agente Collins.
-Encantada.- dije extendiendo mi mano.
-Lo mismo digo, señorita Bailey.- dijo el señor Lewis estrechándola.
Subimos en el avión. Nos acomodamos. Media hora después despegamos.
-Bien.- dijo Jake. Él sacó unos papeles de dentro de un sobre marrón. -Cuando lleguemos a Nueva York, iremos a un piso franco, dónde nos estarán esperando estilistas, diseñadores, etc.- dijo. -A partir de ahora te llamarás Emily White, trabajarás en un restaurante de lujo situado en Central Park como camarera.- dijo enseñándome un papel. Me volvieron a explicar las reglas.
Faltaban seis horas para llegar a Nueva York. Me levanté y fui al baño. Me encerré y empecé a llorar. Estuve encerrada unos veinte minutos cuando de repente tocaron a la puerta. Me limpié las lágrimas y abrí la puerta. Era Jake.
-Sé que te resulta difícil dejar atrás tu vida pero es importante mantenerte a salvo hasta que Oliver esté entre rejas.- dijo Jake.
-Lo sé.- dije sollozando. Volvimos al asiento y me quedé pensativa hasta que me dormí.
Llegamos a Nueva York y volvimos a subir a otro todoterreno cómo en el de Londres. Llegamos al piso franco y allí había un montón de gente.
Me sentaron en una silla y sacaron un bote con tinte de un color azul para el pelo. Me aparté de golpe.
-¿Qué vais a hacer?- pregunté confusa.
-Tenemos que hacerte un cambio de look radical para que no te reconozcan.- dijo Jake.
-De acuerdo.- dije resignada. Empezaron a hacer su trabajo, después de cambiarme de look me llevaron a un piso en el centro de la ciudad.
-Bien, conseguimos hablar con el propietario del restaurante e irás al restaurante de la octava avenida.- dijo Jake. Sacó un pequeño papel y escribió una dirección. -Esta es la dirección del restaurante y la gerente se llama Lindsay Monroe, ella te estará esperando la semana que viene, Mike te traerá el uniforme mañana por la mañana aquí.- terminó de decir Jake.
-Por ser agentes federales tenéis muchos contactos ¿no?- dije.
-Más o menos.- dijo Jake. -Mike conoce al propietario.- dijo.
-¿Enserio?- pregunté sorprendida.
-Sí, en serio.- contestó. -Bueno, sí quieres hacer preguntas hazlas y te responderé en lo qué pueda.- dijo Jake. Empecé a hacerle preguntas sin parar hasta la madrugada.

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Razones para vivir: Amor y Familia
RomanceElla empieza una nueva vida lejos de su ciudad natal y empieza a trabajar para un padre soltero multimillonario, vivirán muchas cosas juntos.