"Virgilio y Berenice"

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Un hondo silencio invadió el cuarto donde Virgilio, su padre, y su madre discutían.
Los latidos del muchacho se empezaron a ralentizar, como presintiendo una tragedia.
Sin atreverse a mirarlo a la cara su madre empezó la confesión.

"La primera vez que me enamoré era muy joven. Perdí mi inocencia a los 15 años.
Y me embaracé de mi primer amor. Pero era un amor imposible. Por eso aquel joven huyó del pueblo dejándome destrozada por dentro.

Renuncié a mis sueños. Y me ví obligada a formar un hogar con un hombre de verdad. Ese hombre es tu padre. Él era mucho mayor que yo. Pero me supó amar. Me dio aquello que mi primer amor no me supo dar.

Caí en cuenta que estaba embarazada cuando tu padre y yo ya estábamos enamorados. Decidí ocultarlo. Pero en el pueblo lo empezaron a notar. Tu padre se dio cuenta, pensé que me abandonaría, pero no. Él se quedó. Me dió lo necesario para rearmar mi vida y mi corazón.

Tus abuelos decidieron apoyar la relación, con la única condición de que asumiera la paternidad del bebé. Él había aceptado eso desde el inicio.

Pero nuestra felicidad duró poco. "A Dios no se le puede mentir", me advirtieron los curas.
Y me obligaron a confesar quien era el verdadero padre. La iglesia descubrió mi secreto, el padre del bebé era un cura joven que había pedido ser trasladado del pueblo.

La iglesia consideró que el bebé era producto del pecado, que una tentación del diablo había provocado mi embarazo.
Las monjas que atendieron mi parto tomaron a la bebé, y no la dejaron ver. Solo dijeron que había muerto en mi vientre.
Sin más remedio todos aceptamos eso.
Me costó, lloré mucho, pero decidí continuar con mi vida.
Fui feliz al lado de tu padre. Luego naciste tú. Mi hijo adorado, una bendición de Dios"

El semblante de la mujer había decaído.
Todos esos años había guardado ese secreto, pero su confesión aún no había terminado...

"...luego de varios años llegó una muchacha al pueblo junto con sus abuelos. Decía que su padre había muerto, pero que antes de exhalar su último aliento le hizo prometer que vendría.
Estaba aquí buscando respuestas, buscando a su madre. Cuando tú la viste quedaste fascinado, tus ojos se clavaron en su mirada. Sospeché que aquella chica podría ser tu hermana. Y te advertí que no te enamoraras, que te alejaras, pero no quisiste. Pensé que sería algo pasajero, que luego tendrías otro amor, como lo hacen todos los jóvenes, pero no pasó.

La noche que confesaste tu intención de pedirle matrimonio, para mí fue lo peor.
Durante meses le pedí a la iglesia que me informaran que había pasado con mi bebé.
Le pedí perdón a Dios. Quise que él los separe, pero al final me di cuenta que estaba siendo castigada. Que mi pasado había vuelto para eso. La iglesia jamás respondió. Los abuelos de la chica dijeron que su hijo había vivido en el pueblo cuando era joven, que se había enamorado y producto de eso dejó a una muchacha embarazada.
Entonces no tuve más dudas.

Decidí buscar ayuda en otra parte. Hice un pacto con Oshun para separarte de ella. Acudí al santero del pueblo. Pero el ritual terminó en la muerte de Berenice. Yo solo quería separarlos, para evitarles el pecado.
Ahora sé que el santero está muerto.
Creo que es mi turno...
¡Perdón hijo. Solo intentaba protegerte!
La mujer lloraba desconsolada.

El corazón de Virgilio que siempre rebosaba de buenos sentimientos, ahora se había oscurecido por el rencor. Y a pesar de todo amaba a su madre, a Berenice que era su hermana, con quien cometió un pecado inocente. Entonces la culpa se adentró en él, porque al final empezó a entender que todo había sido producto de su desobediencia.

Su madre tenía el semblante como el de un muerto. De una repentina y extraña manera se había puesto pálida. Virgilio temblaba.
Su madre empezó a caminar hacia los árboles, como convocada por algo o alguien.
Intentaron detenerla, pero poseía una fuerza superior y sobrenatural.

Toda la situación le daba una apariencia terrorífica al paisaje. Virgilio, su madre y su padre caminaban hacia el bosque en plena madrugada. Hasta que se llegaron a la casa del santero.
Su madre removió la tierra con sus manos, sacó del agujero la fotografía de Berenice, y le dió un beso, el último beso de amor.

Y así como la fuerza del amor de Virgilio había traído al espíritu de Berenice de regreso una vez, ahora el amor de una madre volvían a invocar su alma.
Berenice apareció en medio de ellos.
Ahora sabía quien era su madre.

La atormentada madre empezó a recitar un conjuro:
"Poderoso Olodumare, perdona mi pecado, la conciencia me acusó día y noche. Sabes bien que estoy arrepentida. Si quieres quítame la vida. Pero permite que mis hijos vuelvan a ser felices"

Virgilio intentó callar a su madre. Pero no pudo. El alma de Berenice entró en su cuerpo.
Fue testigo de la última sonrisa de su madre. La sonrisa de Berenice se dibujó en su rostro. Un cegador rayo cayó sobre ella. Luego volvió la oscuridad. Berenice estaba nuevamente con vida, con su vestido de novia, intentando salir del fondo de la tierra.

Al día siguiente el pueblo encontró la tumba de Berenice abierta. Su ataúd vacío.
Nunca más se volvió a saber de Berenice, ni de Virgilio. Su padre solo decía que por fin su muchacho era feliz.

Autor: #VladimirAR

(Gracias por leer. Por favor, si te gusta mi relato dejámelo saber con un comentario.  ✍Gracias 😊)

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2021 ⏰

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