☔🛥️ Earned it

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Kana_Kuran  ya te lo sabes 💜🖤 Bruabba pa tu body
rik0_lin0 adoras Bruabba, así que ahí va soft


Cuando no tengo nada y me tomas de la mano, descubro que estaba equivocado. Contigo lo tengo todo

Él lo tenía todo. Una bella familia que amar, el grupo bajo su mando; todo el dinero con el que pudo soñar, disponible para él y el cuál fue un problema desde su niñez; poder, una sola orden y tenía grupos de personas bajo ellas. Entonces... Que faltaba?

No era raro, pero si sorprendente. Cada vez menos estaba con su grupo, compartiendo como solía hacerlo. Era raro ver su rostro, inbuido en sombras, huyendo de la luz. Donde verdaderamente merecía estar.

Hablando de él, no podía encontrarlo. Y a su soldado más fiel solo le faltaba revisar un lugar. Leone Abbacchio entró al cuarto de su jefe, sólo para verlo vacío. Tras abrir el cierre gigante oculto en su closet el resultado fue el mismo. Aunque improbable, pensó en que había chequeado toda la casa, no sus alrededores o los lugares exteriores. No había pensado en esas alternativas.

El balcón era complicado de accesar. No había una puerta o ventana. Había que saltar hacia este y valerse de la fuerza en los brazos para poder llegar y con lo gracil que era Bruno, no le costaba nada. Y justo ahí estaba.

Bruno genuinamente no lo escuchó ni sintió llegar, lo cual era sumamente extraño. Leone solo pudo contemplar su espalda y el gran resplandor amarillento que destacaba su figura contra el atardecer. Sentado en el borde del balcón, su traje blanco inmaculado, su pelo negro y ondulado meciéndose a merced del viento, en una danza incapaz de ser comprendida, sólo podía admirarse. De vez en cuando mecía sus pies, aún ausente y a pesar de ello era una visión digna de contemplar. Era posible que minutos atrás lo hubiese observado buscándolo frenético, pero su lenguaje corporal le dictaba que no veia nada más allá de su mente.

No había hecho ningún ruido pero eso no era necesario, después de un minuto se dió cuenta por si mismo como si lo sintiera. Se dió media vuelta para mirarlo, y la escena ya celestial había ascendido a evangélica: la luz no parecía iluminarlo, sino que parecía emanar de él como clase de santo, su bella figura y rostro angelicales a contra luz; su cabello azabache bailaba al son que dictaba el viento, de manera suave pero constante en una danza idílica y pulcra.

Una copa bailaba entre sus finos dedos, conteniendo apenas el vino que llevaba tomando lo que parecía unq cantidad de tiempo considerable, por las dos botellas vacías y la recién abierta.

Todo era perfecto. No, casi todo. La escena solo era arruinada por una cosa: las silenciosas lágrimas que anegaban el rostro de Bucciarati.

You make it look like it's magic

Abbacchio no sabía qué hacer. Si fuese un enemigo, simplemente le dispararía; si fuese Narancia, o Mista con sus tonterías los hubiera regañado. Incluso si se tratara de Giorno, lo hubiera matado con sus propias manos. Pero no sabía qué hacer con las lágrimas. No sabía qué tanto podía hacer, más bien. Era un enemigo silencioso, y el más peligroso de todo porque era parte de Bucciarati. Venía desde dentro, y contra eso el no podía.

Se quedó de pie, contemplándolo. Lo mejor que sabía hacer era ser sincero, y más aún tratándose de él. Los quería a tod... No, casi todos pero con Bucciarati era diferente.

¿Por qué?

—No se qué decir.

Bruno apartó la mirada del rostro de su seguidor más fiel. Se miró las manos un momento antes de devolver su vista al atardecer.

JoJo's Sensual AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora