Trillizos ★ jaedo.

⌗𝟑𝟐.

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—¿Q-Qué?

Jaehyun sintió que su alma salía de su cuerpo, ¡maldita sea la hora en que aceptó suplantar a su hermano!

—Sí, no intentes negarlo porque Jaehyuk me lo dijo. —Mencionó Doyoung mirándole con diversión, la expresión del empresario era todo un caso, incluso divisó sus mejillas rosas.

—¿Y ese tonto cómo lo supo?—Cuestionó Jaehyun ofendido mientras se quitaba las gafas y revolvía su cabello con urgencia, pasó toda la humillación de fingir ser Jaehyuk para nada.

Bueno, al menos recibió un beso de esa cosita pelinegra llamada Doyoung.

—¡Aigoo, Jaehyun! El ofendido debería ser tu hermano por intentar sabotearlo.

—Sí, bueno. En mi defensa, Taeyong me dio la idea. —Se excusó el castaño saliendo del carrito chocón, le tendió la mano a Doyoung para ayudarlo a levantarse. —Hey, ¿cómo lo supiste?

—Llamé a Jaehyuk y además me dijo que vio a todos en tu automóvil. —Rió el pelinegro con fuerza, se llevó las manos al vientre mientras observaba la cara indignada del empresario.

Jaehyun caminó a un lado de Doyoung, ambos iban a pasos lentos por el parque de atracciones. Aún había un montón de gente divirtiéndose por el lugar, era bastante bueno.

—¡Yah! Qué gran estafa ha sido esto.

—Es justo, Doyoungie. —Murmuró con burla disfrutando de la indignación del otro, sus expresiones eran graciosas.

—Bueno, yo...

Sus palabras fueron interrumpidas cuando Doyoung dejó un beso en su mejilla.

—Fue una buena cita, Jaehyun.

—¿Te digo algo?—Susurra el castaño muy cerca de él, la respiración de Jaehyun está se siente cálida. —Casi compro todo el carrito de algodones sólo para no hacer fila.

Doyoung suelta una risita y niega ante las palabras del mayor, no puede creer que pensara en hacerlo.

—Eso no es muy negociante de tu parte.

—Shh, soy un experto en las inversiones, Kim Doyoung.

Jaehyun traga saliva antes de acercarse de nuevo al pelinegro, parece dudar unos cuantos instantes pero finalmente deja un beso en su frente.

—...Y hoy he hecho mi mejor inversión.

—¿Cuál es?—Cuestiona el pelinegro con confusión, Jaehyun está en una cercanía que le pone nervioso.

—Invertir mi amor en ti, esa ha sido mi mejor inversión hasta ahora.

ꕤ

Aproximadamente después de unos veinte minutos, Jaehyun llega a su mansión y estaciona el automóvil feo de Jaehyuk afuera. Ya había dejado a Doyoung en su casa en un buen horario y todo había salido muy bien.

—¡Jefe!—Exclama Taeyong con emoción, Jeffrey casi se burla a muerte cuando pudo observar su pijama de ositos de peluche y una mascarilla en su rostro.

—¿Y a ti qué te paso? ¿Y por qué estás aquí? Tu horario de trabajo pasó hace una hora, Taeyong.

Cuando el chico hace el amago de responder, Hwasa aparece de igual forma con una mascarilla en el rostro y ni hablar de Jeffrey que él trae una gris que hace combinación con su cabello.

—Estamos en una pijamada y que yo recuerde, no te invitamos. —Exclamó Hwasa con un tono de burla en su voz, Jeffrey suelta una risita.

—Genial, me corren de mi propia casa. ¿Qué sigue? ¿Que usen mi black card?

El silencio se instala en la sala de la mansión y Jeffrey se apresura a romper el hielo con sus bromas.

—¿Cómo te fue, hermanito? ¿Intentaste comprar un negocio por allá?—Bromeó el cenizo desde el sofá balanceando sus pies con diversión.

La expresión de Jaehyun lo hace delatarse, Hwasa explota en risas y segundos después, Jeffrey se une.

—¡No puedo creerlo! ¿De verdad intentabas comprar un negocio?

—Cállate, la fila era una tortura.

—¿Doie estaba feliz, Jae? —Cuestiona Jeffrey con interés, en sus manos tiene una bolsa de dulces que come con rapidez.

—Él dijo que fue un buena cita. —Murmuró el castaño con timidez, Taeyong corrió hacia su jefe para envolverlo en un abrazo.

—¡Qué bien, jefecito! Lo hizo muy bien.

Jaehyun frunce el ceño en el abrazo y se aparta de inmediato.

—Fuera, no soy tu oso de peluche.

—¡No se ponga tímido, bebé jefecito!

El empresario refunfuña y mantiene su distancia fuera del afectuoso de su empleado.

—Oh, olvidé un detalle. Doyoung sabe que soy Jaehyun.

—Un trabajo, tenías un trabajo. —Exclamó Hwasa con enfado acercándose hacia el empresario, con su dedo índice picó el pecho del castaño. —No eres Jaehyun si no la cagas en algo.

—Yah, Yo no he hecho nada. —Protesta de inmediato, Jeffrey le lanza un cojín desde el sofá, tiene un puchero de enojo en su cara. —Ha sido Jaehyuk el tonto que le dijo, lo supo desde un principio porque algunas personas que ven mis ojos no entendieron las palabras esconderse y no hacer ruido.

—¡Fue tu culpa desde un principio por sabotear!

—Taeyong me dio la idea. —Señala Jaehyun de inmediato, echándole toda la responsabilidad.

—¡Oiga, jefe!—Reclamó el pálido desde el sofá también, a su lado Jeffrey le brindaba suaves palmadas a su espalda.

—En fin, ¿qué dijo?—Cuestionó Hwasa retirándose la mascarilla del rostro, Jaehyun le sonrió victorioso.

—Dijo que fue una cita muy buena, la mejor, totalmente inolvidable.

—¿Él te dijo eso?

—No pero igual fue inolvidable. —Respondió tirándose al sofá, estaba agotado pero satisfecho de la cita que hablamos tenido con ese chico precioso. —Ah, también dijo que era muy justo que Jaehyuk nos engañara.

—El timador fue timado, eso no es muy inteligente por parte tuya, hermanito gruñón. —Rió el cenizo recargado en el hombro de Taeyong, por otra parte, el moreno comía gustoso las galletas que le había preparado la empleada de la casa.

—Doyoung dijo algo similar. —Suspiró Jaehyun recordando y sonrió con timidez, maldita sea, era perturbador la manera en que sus sentimientos cambiaban.

—¡Yah, Jaehyun! Me da miedito que sonrías como tonto.

—Cállate, Jeffrey.

—¡Esperen, esperen! ¡Tengo que hablarle a Doie porque es mi turno!—Exclamó el trillizo menor con emoción, se levantó del hombro de Taeyong y subió las escaleras para perderse en su habitación.

—¿No sientes celos?

Jaehyun dirigió su mirada a la pelirroja, a veces Hwasa era demasiada directa con las cosas.

—Es mi hermano, no mi enemigo.

—Pero técnicamente es tu competencia, él también está intentando obtener el amor de esa cosita pelinegra. —Murmuró Hwasa observando al mayor, el empresario frunció el ceño y negó.

—Eso no va a cambiar que es mi hermano, lo que Doyoung decida, lo respetaré. Incluso si elige a alguno de mis hermanos, siempre les desearé lo mejor.

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