CAPÍTULO FINAL

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La razón por la que Aera había alejado a Sungchan en ese momento era porque sabía que él no estaba en sus cabales. Los momentos íntimos eran escasos entre la pareja: pasaban más tiempo discutiendo que otra cosa.  Aún así, Aera quería que él tuviera la mente clara antes de que las cosas avanzaran entre ellos dos.

Además, no quería que él la usara como una distracción para su dolor.

Ella lo vio salir de la habitación sin una sola emoción en sus ojos y se dijo a sí misma que él aprendería a entender cuando fuera el momento.  Se le olvidó que ninguno de los dos entendía muy bien las acciones del otro.

Se levantó de la cama y caminó hacia el balcón para contemplar el cielo nocturno. Ella suspiró audiblemente y vio como las doncellas correteaban por los terrenos del castillo con telas negras, cubriendo todo.

Era una tradición, una que había durado cientos de años. Era para guiar al alma al más allá sin que sintiera remordimiento por dejar atrás cosas costosas y mundanas.

Aera siempre había pensado que la tradición era una tontería, ¿Cómo podría un alma ver estas cosas?

Su vista aterrizó en un balcón que estaba a tres puertas de distancia y parpadeó cuando vio a Renjun parado allí. Salió de su propia habitación y corrió al balcón en el que ella y sus amigos solían pasar el tiempo.

"¿Cómo saliste?" preguntó ella y él volteó a mirarla con una sonrisa amarga.

"Haechan me soltó. Incluso me dijo que controlara mis celos. Es divertido, ¿No lo crees? Las personas que me rodean no me apoyan cuando todo lo que quiero hacer es amar y cuidar a mi alma gemela adecuadamente. Actúan como si fuera un pecado querer el amor de alguien con quien estás destinado a estar", la mano de Renjun se acercó para acariciar el cabello de Aera, pero ella lo esquivó.

"Renjun... ¿No quieres conocer a tu segunda alma gemela? ¿Por qué sigues pensando que soy yo?" Aera preguntó con cautela.

Renjun la miró fijamente, "Porque yo estaba aquí para ti incluso antes de que lo conocieras. Yo soy el chico con el que creciste Aera. ¿Recuerdas cuando tenías pesadillas y siempre venías a dormir conmigo en mi habitación. O las innumerables  pinturas tuyas que hice porque ya me estaba enamorando de ti en ese entonces?"

Aera no sabía qué decir.

"Estuve allí para ti llueva o truene. Fui el hombro sobre el que lloraste y el que te hizo sonreír y brillar más que el sol. Entonces, ¿Qué es lo que él ha hecho que yo no? En realidad, ¿Qué es lo que él puede hacer que yo no pueda?" Renjun presionó, su voz cada vez más fuerte a pesar de que todo el castillo estaba de luto por una muerte.

"Me ama. Me ama incondicionalmente a pesar de que es un príncipe. Estuvo dispuesto a tirar la corona, un matrimonio y su vida aquí para estar conmigo. Y aunque tiene defectos, lo reconoce y se disculpa cuando llega el momento correcto", dijo Aera, defendiendo a Sungchan.

"Y aquí pensé que ya no sentías nada por mi", Sungchan salió de las sombras donde había estado escuchando a escondidas y envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Aera por detrás.

Aera se sonrojó y se quedó completamente en silencio, avergonzada. Renjun fulminó con la mirada al príncipe y soltó: "Yo también puedo hacer eso"

Sungchan asintió, "Tienes razón. También puedes hacer eso por ella y probablemente mucho más si te lo propones. Pero lo tratas como una competencia, en lugar de estar con ella porque la amas. Más que nada,  sigues tratando de ser mejor que yo y eso es todo de lo que hablas cuando tratas de convencerla de que esté contigo. Si Aera te eligiera, sería al viejo Renjun, no el que está parado frente a ella ahora. Y si esa fuera su elección, no la detendría porque el hombre que eras en ese entonces era mejor de lo que yo podré ser nunca".

𝗥𝗘𝗦𝗢𝗡𝗔𝗡𝗖𝗘 ─  𝗷.𝘀𝘂𝗻𝗴𝗰𝗵𝗮𝗻𝗴 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora