Capítulo 1

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Segundo día en el set de grabación.

Había sido un viaje largo, todo era nuevo y todavía no conocía bien la ciudad. Si tuviera que regresar a pie al hotel definitivamente se perdería, por lo que a pesar del cansancio tocaba esperar a que la jornada acabara y la llevaran de vuelta. Las primeras veinticuatro horas del programa habían sido eternas, ahora tocaba el cuarto capítulo, y aunque el 'debut' ya había pasado un día antes, todavía había mucho movimiento alrededor. Personas corriendo, viendo y ajustando últimos detalles, hablando y gritando palabras en su extraño idioma; sin embargo, eso no lograba sacarla de sus pensamientos, sentada frente a un amplio espejo, mientras un hombre de bigotes negros peinaba su castaño cabello a sus espaldas, intentando lacearlo.

El inicio de la aventura había sido una locura, muy rápido, apenas la llamaron una mañana y en la misma tarde ya la habían 'seleccionado' para un viaje al otro lado del mundo, a Estambul en Turquía, país que nunca había considerado como destino turístico, menos laboral. No tuvo mucho tiempo para dar respuesta a la propuesta, aunque no fue tan difícil, después de todo la pandemia había sido bastante dura para ella y su familia, así que resultó ser una oportunidad inesperada pero muy bienvenida. Cuando llegó el momento de partir, llevaba varias maletas con sus mejores outfits, algunos recuerdos de Perú, una foto y el peluche de su hija. No podía negar que se sintió triste, sobre todo por su hija, intentaba no pensar en cuánto la iba a extrañar. Sin embargo, sabía que lo que estaba haciendo era por ella, por lo que solo quedaba esperar que todo realmente valiera la pena.

Poco o nada le habían dicho sobre "Power of love", un nuevo programa televisivo en el que varios latinoamericanos, entre nueve hombres y nueve mujeres (¡incluida ella misma!), convivirían en un set gigante, en medio de Estambul, durante dieciséis horas al día, grabando a razón de dos capítulos por día los lunes, martes y miércoles; mientras que el jueves se grabaría la "gala de eliminación", en la que una o uno de los participantes debía irse. Así se completaría la semana de transmisión; claro que, con la edición y demás, lo que se grababa hoy recién saldría al aire la siguiente semana.

El programa había iniciado presentando a todos los participantes de las dos "casas" (que en realidad eran dos grandes sets con algunos pasillos y entradas como conexión. Una "casa" para los hombres y otra para las mujeres). La "casa de las mujeres" constaba de una sala/comedor grande; una cocina con una larga barra con sillas altas, donde siempre había frutas, dulces y, además, jugo y agua en el congelador; un patio grande con diferentes tipos de asientos, en el que resaltaba una silla grande colgante, como una gran canasta, bastante cómoda con almohadones; y, lo mejor de todo, subiendo unas escaleras tenían una gran piscina cuadrada. Por su parte, la "casa de los hombres" era muy parecida, salvo que tenía una terraza grande con un espacio cuadrado con muchos cojines para sentarse, y no había piscina.

Al comienzo, a ella también le resultó difícil entender a lo que se enfrentaría; pero a pesar de que solo había pasado un día, captó rápidamente el asunto. Ya estaba a acostumbrada a los cambios y ajustes veloces, en la vida nunca se había podido dar el lujo de no adaptarse lo antes posible, sobre todo en lo que al medio farandulero se refiere. Aunque esta vez, no solo era la oportunidad perfecta para ganar dinero siendo parte de un reality show, sino que debía acoplarse a que la supuesta finalidad del mismo era que los participantes encontraran el amor.

 -  "Como si fuera así de simple"- pensó rápidamente, mientras una leve sonrisa se dibujada en su fino rostro.

El amor... le había sido esquivo por años: relaciones sin título, tóxicas, fallidas, dolorosas, en las que en su mayoría ella había entregado mucho o todo, y no solo sentimentalmente hablando. Pero, lastimosamente, del otro lado no había tenido la fortuna de recibir lo mismo; ni siquiera, en su momento, por parte del padre de su pequeña hija o, como ella la llamaba: la razón de su vida. Como consecuencia obvia de ello, su corazón había terminado roto una y otra vez... y otra...y otra. Incontables veces.

Sobredosis de Amor (Sebasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora