Duele amarte.

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Estaba cansado, y sus piernas no daban más. Su jefa le había mentido, ella había dicho que nadie visitaba el local, pero en realidad esa noche estuvo lleno, mucha gente había entrado a disgustar el menú.

-buen trabajo Jimin. ¡Toma!-El blondo frunció las cejas confuso. Hyuna elevó una ceja confusa ante la mirada sorprendida del menor.-¿Qué?, A caso no es por esto lo que buscas trabajo mocoso?.

-ah, eh..si, disculpe pero...no es cada quince días?-preguntó tomando el sobre.

-no, tu paga será cada día-la mujer sonrió-de echo, tenerte aquí a sido una suerte grande. Anoche este lugar explotó, y enserio te agradezco eso; no discutas la cantidad, ahí metí tus propinas y el dinero de tu día de trabajo.-aclaró.

Jimin tenía los ojos abiertos, mirando el sobre con su primer pago, sonrió con alegría y tristeza, su padre no vería cómo se había echo un hombre trabajador para llevar el sustento a casa; le dolía. Dio una enorme reverencia a la morena, la mujer cruzó sus brazos con mala cara.

-¡ya! niño no hagas eso, no soy tan vieja sabes. ¡ahora vete! Duerme todo este día y mañana te espero a la misma hora.

-c-claro, digo por supuesto. Gracias.

-si sigues haciendo esas cosas te pego en el culo-el menor sonrió nervioso casi corriendo del local. Su nueva jefa era algo extraña.

Caminó por las calles vacías, apenas eran las siete de la mañana, y los locales comenzaban su día laboral; las personas caminando y los coches pasando. Park sonrió metiendo su sobre en la chaqueta acomodando su bufanda. Era un día muy frío, y deseaba estar en una cama calentita; su bebé seguro estaba cansado, aún que pensar en eso le hacía reír por qué su pequeño aún era una semilla de arroz, o eso pensaba.

Llegó a la casa abriendo la puerta y encontrar al hermano del hombre que le dejó el corazón roto. Taehyung dormía en el sofá esperando por el blondo, el varón se había desanimado; por más que busco al doncel, no pudo dar con el y se resigno a esperar, aún que no fue de mucha ayuda pues el menor nunca aparecía.

Park cerró la puerta con cuidado, aún que eso no impidió que el mayor se despertara mirándole adormitado.

-oh¡ Jimin ..yo te estuve buscando, yo había...-el menor le sonrió interrumpiéndolo.

-no debió preocuparse Hyung, yo lamento no mandarle un mensaje; encontré un trabajo y me tocó turno nocturno.

-oh!-Taehyung sobó su cuello sonriendo tímido. El menor había encontrado un trabajó, eso era bueno.-Jimin yo!, Me quedaré por unos días en casa.

-¿por que me dice eso Hyung?. Digo es su casa-susurró apenado.

El mayor asintió mucho más avergonzado; no sabía por qué los nervios le traicionaban cuando el estaba enfrente de ese pequeño doncel. Jimin apartó los ojos, sobando sus brazos; el mayor pudo notar las mejillas sonrojadas del menor, y sus ojos cansados.

-eh, bueno yo prepare un poco de comida, no se si te gusta el recalentado?-apuntó hacía la cocina, esperando no ser rechazado.

-me gustaría comer, estado trabajando mucho, y no pude comer muy bien-se sentía apenado, pues su trabajó en el restaurante y por ser el primer día no le permitió comer como debía.

Taehyung sonrió quitándole el abrigo al menor y colgarlo en el perchero. Jimin se sentía incómodo; Taehyung tenía los mismo modales que uso su hermano con el; atento, lindo, y muy sonriente. No quería ser un mal agradecido, a si que esperaría ganar lo suficiente y mudarse; no podía confiar en nadie, en ningún Jeon.

Unos minutos de espera y el mayor servía la comida, tomando lugar en la mesa. Jimin agradeció por sus alimentos probando el primer bocado, el cual lo dejo fascinado.

¿Appi quien es mi papà?.  KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora