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Los amigos del rizado estaban preocupados. En especial un rojizo. Pues aunque fuese normal ver a HongJoong con leves ojeras bajo sus ojos, esta vez parecía que no había pegado el ojo en todo el tiempo.

Habían pasado ya cuatro días desde que el rizado estaba actuando raro, según a ojos de sus amigos. Y vaya que no estaban equivocados.

El castaño apenas y sonreía, parecía ido la mayor parte del tiempo. Eso, contando las enormes ojeras bajo sus ojos, y el hecho de que se veía más pálido de lo normal.

Aunque este negara que no se sentía mal, sabían que no era cierto. Pues el rizado nunca fue tan bueno mintiendo y siempre terminaban descubriéndolo.

-¿Seguro que no tienes nada, HongJoong? - Preguntó por tercera vez en el día el menor de sus amigos.

-Seguro Jjong, ya les dije. Sólo es un resfriado - Murmuró con la voz algo ronca.

"Quisiera que fuera sólo eso" pensó.

Siguieron su camino a la cafetería. El rizado se sentó al lado del menor de todos, intentando no dirigir su mirada al rojizo e hizo el intento de animar su estado para no seguir preocupando a los chicos.

×××

Los siete chicos se encontraban en la casa del mayor de todos. Habían decidido juntarse para hablar sobre su castaño amigo.

-Estoy seguro de que algo le pasa - Murmuró JongHo.

-Eso lo hemos notado todos, pero el problema es que no quiere hablar con ninguno - Dijo desanimado San.

Un suspiro abandonó los labios de todos los presentes. Les preocupaba el estado tan apagado del castaño nada característico de él.

-Iré a su casa para hablar con él y esta vez no podrá evadirlo - Sentenció MinGi ganándose el asentimiento del resto de los chicos.

𝗜𝗻𝘀𝗼𝗺𝗻𝗶𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora