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MoonJo se despertó algo desorientado, algo confundido y con un dolor de cabeza, era su primera resaca

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MoonJo se despertó algo desorientado, algo confundido y con un dolor de cabeza, era su primera resaca. Se quejó un poco, miró dónde estaba, era su habitación, y de pronto escuchó unos maullidos.

- ¡Oh! - Vio a un montón de gatitos bebés durmiendo sobre su pecho - Ah... si... hola, pequeños... - Trató de acariciarlos, algunos se movieron levemente y trató de dejarlos a un lado con mucho cuidado y sentarse en la cama.

Estiró sus manos y cuerpo mientras bostezaba, sus pantalones estaban a medio bajar y tenía calor debido a que durmió con el suéter puesto, se lo quitó de inmediato, por suerte era sábado.

Se levantó y se tropezó debido a sus pantalones, escuchó los maullidos de los gatitos debido a que se habían despertado por el sonido del golpe, MoonJo suspiró con la cara en el piso. Se levantó mientras quitaba sus pantalones y acariciaba a los gatitos.

- Perdónenme, perdónenme... - Se disculpó.

Volvió a levantarse y se quitó también el suéter y la camisa para meterse al baño sin cerrar la puerta, total vivía solo. Al salir se secó el cuerpo y buscó ropa, mientras los gatitos comenzaban a caerse de la cama, pero por suerte caían sobre las sábanas tiradas en el suelo, MoonJo al darse cuenta de esto fue a socorrerlos y volvió a tropezarse cayendo a un lado de la cama, mientras que los gatitos se subían a su espalda.

- Hoy no es mi día... - Murmuró MoonJo.

Los gatitos respondieron con maullidos mientras se subían a la cabeza de MoonJo y amasaban con sus patitas.

MoonJo trató de ordenar su mente, recordando lo que había pasado anoche, la fiesta, JongWoo, los gatos.

Sonrió mientras ocultaba su cara en el suelo, anoche fue una buena noche, una increíble.

Se levantó con cuidado mientras tomaba a los gatitos y los contaba.

- 5, 6, 7.... Me falta uno... - Y escuchó el maullido cerca de su cuello, el pequeño colgaba de su espalda - ¡Ay, bebé! - MoonJo trató de tomarlo con cuidado y dejarlo junto a sus hermanitos.

Todos se veían realmente pequeños, los llevaría a un veterinario ahora mismo, así que tomó una chaqueta y los envolvió a todos para salir de su casa y caminar con los pequeños que maullaban de vez en cuando.

- Uy... deben de tener hambre, aguanten un poco, ¿si?, papá los llevará a un lugar primero, no tengan miedo.

Al llegar, comenzó diciendo que los había encontrado a todos en una caja completamente solos y entre la basura. Por suerte no tenían parásitos ni nada malo, estaban sanitos, sólo que tenían hambre, MoonJo sonrió nervioso y agradeció para luego ir a comprar comida para los pequeños, al regresar a casa, todos los gatitos estaban amontonados al rededor de un gran plato lleno de leche para gatos.

MoonJo sonrió agachado mientras los miraba alimentarse, se veían lindos y esponjosos.

Se levantó para abrir las ventanas y ordenar un poco, la casa se sentía tan espaciosa y vacía viviendo solo, aunque en parte era increíble, podía tener las puertas abiertas y comer a media noche o en la madrugada, al igual que desvelarse viendo series o cantar solo y en voz alta.

HeartbeatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora