CASO 18 .- Timothée Chalamet

𝟎𝟎𝟓

Al girar su cuerpo y ver con detalle quién se aproximaba se encontró con un chico no más grande que ella de edad, con rostro familiar y aquel traje de policía. 

—Hola Theo, seguro no me recuerdas soy...

—Hunter...-respondió ella sin ganas.— eras mejor amigo de Meg. 

—Lo era, lamento mucho lo que pasó, me rompió el corazón al enterarme. 

—No te veía en mucho tiempo. 

—Dejé el campus en cuanto pasó lo de Meg, no pensé que sería una buena idea molestarla con mi presencia. 

—¿Qué fue lo que pasó entre ustedes? nunca me lo contó del todo. 

—Éramos inseparables hace 1 o 2 años, la selección de carreras venía y le dije que me iría del campus para comenzar antes, que no tenía caso seguir estudiando si ya tenía mi futuro preparado y es que desde niño había soñado con ser sheriff de departamento, claro que ella no me quería dejar ir pero lo hice, seguí mis sueños y en cuanto se dió cuenta simplemente me dejó de contestar los mensajes, no me quería ver ni en pintura...

—Recuerdo esa época, no me dejaba ni mencionar tu nombre. 

—Sí pero no fue hace algunos meses que necesitaba recolectar firmas de personas que habían sido testigos de mi servicio para mi próximo puesto, ella dejó su firma sin que me percatara de ello, la dejó junto con un ensayo que mi jefe leyó, fue asombroso, narraba todo lo que había hecho durante el año, me di cuenta que había estado siguiendo mi trabajo durante todo este tiempo, a pesar de eso, no volví a tomar palabras con ella y nunca pude agradecerle que por ella me subieron de puesto. 

—Meg...ayudando desde las sombras. 

—La peor parte de la historia es que, estaba enamorado de ella.-Theo colocó su mirada en el rostro del chico pero este seguía teniendo su vista apartada, no sabía de aquel dato.— Creo que jamás amé a una persona como lo hice con ella, hablaba de Meg todo el tiempo con mi familia, a todas horas, nunca se fue de mi mente, a pesar de todo, siguió apoyándome y nunca pude agradecerle. 

—Lamento mucho escucharlo, no lo pude imaginar jamás. 

—No había persona en el mundo que conociera más que Meg que tuviera tantas ganas de vivir, cada segundo de su vida estaba planeado y escrito. Ella no se suicidó. 

Esto produjo un escalofrío en el cuerpo de Theodora regresando el incomodo nudo en la garganta que tenía hace algún rato. Hubo un corto silencio entre ambos, pues la reflexión cautivó la mente de Hunter al recordar momentos con la rubia, el harto dolor en el pecho y ese vacío inmenso no se irían de su lado jamás a menos que hiciera algo al respecto. 

—Lo sé. 

—Es por eso que, te ayudaré a cerrar su caso.— captó la atención de la menor. 

—¿Cómo? 

—Te ayudaré a saber quien le hizo esto a tu hermana, la carpeta de evidencias, en la constitución reglamentaria del departamento dice que los familiares de la víctima tienen derecho a conservar una copia de la carpeta si así lo desean, es solo que normalmente no les ofrecemos esa opción ya que podría parecer abrumador ¿sabes? conservar los datos de cómo su familiar fue brutalmente asesinado, no es muy moral. 

—Para mí olvidar no es mejor que conocer..¿significa que me darás la copia a mí?

—Claro, le agregaré las evidencias de la carpeta original que no vienen en la copia, todo lo relevante al caso estará ahí, tú la conocías mejor que todos... solo necesito unos minutos para hacerlo y te la traeré de inmediato ¿de acuerdo?