Es la historia narrada de un ninja adolescente llamado Naruto Uzumaki, quien aspira a convertirse un poderoso shinobi, el cual sea capaz de proteger lo que le importa. Pero en su travesía descubrirá grandes secretos.
Por ejemplo, que es descendiente...
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Habían pasado otros seis meses desde que Naruto empezó a entrenar con Guy. Y lo único que Uzumaki podía decir era que, ¡había sobrevivido al maldito infierno! Cada ejercicio que le hacía practicar Guy era dolorosamente útil.
Cada vez que el chico de expandes no tenía una misión, se enfocaban en ayudar a Naruto con su creación para su propio estilo de Taijutsu. Cabe mencionar que, cuando Guy descubrió que Uzumaki quería establecer un estilo de Taijutsu con la simbolización de los 5 elementos, gritó a los cuatro vientos que no pudo pedir a un estudiante con una alma más juvenil que había.
Junto a él, Naruto había mejorado mucho. El mismo Guy se asombró al ver el progreso de su alumno en tan poco tiempo. Pero lo que Guy no se había dado cuenta era que el ojiazul activó su Sharingan para lograr copiar el estilo base del Goken y practicarlo los tres primeros meses hasta hacerlo con una gran maestría, aunque todavía no llegaba a tal punto.
Los demás meses, ambos se dedicaron a crear su estilo de pelea. Aunque ese tiempo no era suficiente para lograrlo, pero sí habían progresado bastante. Guy le había dicho que en 2 años más podría tener su propio estilo de combate. Cosa que a Naruto lo alegró tanto que no le importaba el infernal entrenamiento que aguardaba por él.
Como siempre, Naruto dejaba sus clones para hacer lo propio. A la edad de 6 años, ya estaba en el nivel 6 de Fuinjutsu de los 15 volúmenes que le dejó su madre. Era bastante conocedor en esta rama, pero no estaba lo suficientemente experimentado para una batalla.
Había logrado con éxito la transformación de la naturaleza con todas sus afinidades de Chakra, solamente faltaba el elemento Tierra, pero, por más que lo intentaba, se le hacía muy difícil. Comprendía muy bien la teoría, pero al momento de transformar su chakra, éste no cedía. Aunque Naruto no se rendiría tan fácil, así que siguió con ello.
Y algo curioso era que, después de haber practicado tanto con el Kage Bunshin no Jutsu, ahora Naruto lo podía hacer con solo medio sello de carnero, cosa que le servía demasiado a la hora de una batalla.
Luego de indicarle a sus clones lo que debía hacer, Naruto se concentraba en practicar su control de chakra. También realizaba sus ejercicios de mañana, subiendo la gravedad de sus sellos, los cuales en este momento estaban en diez veces la gravedad normal de la tierra.
Cuando Guy estaba de misión, Uzumaki iba al Bosque de la Muerte para continuar con su entrenamiento. De vez en cuando encontraba a Anko y entrenaban juntos, pero por más que quisiera, el ojiazul no le llegaba ni a los talones de Mitarashi. Ella era un Jounin recién ascendida y él apenas llegaba al nivel de un chico que estaba en la academia.
Eso no quería decir que no mejorara cuando entrenaban juntos. Gracias a Anko, Naruto mejoró su habilidad en las peleas y sus sentidos para poder salvarse de aquella sádica mujer, la cual siempre lo hacía combatir hasta que el azabache no podía más y cayera desmayado.