Es la historia narrada de un ninja adolescente llamado Naruto Uzumaki, quien aspira a convertirse un poderoso shinobi, el cual sea capaz de proteger lo que le importa. Pero en su travesía descubrirá grandes secretos.
Por ejemplo, que es descendiente...
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Pasó medio año desde el primer día de clases en la Academia y Naruto decidió enfocarse en lo suyo, mientras mandaba a un clon cada día para que sufra con los profesores.
En este momento, en el invernal frío de la madrugada y con la neblina en sus ojos Naruto viajaba junto a Shisui en una misión de un rango mayor. Su deber era entregar un rollo con valiosa información al Kazekage sobre rutas de comercio entre ambas aldeas.
Esta misión fue encomendad a Shisui en un principio, pero él decidió llevar a Naruto para que aprenda los comportamientos diplomáticos con líderes de aldeas y que conozca un poco sobre Sunagakure no Sato.
—Sería bueno que exploremos un poco Suna, ¿no, Shisui-nissan? —preguntó Naruto, mientras saltaba ágil-mente entre las ramas de los arboles.
—Antes de pensar en eso debemos completar la misión, Naruto —respondió el Uchiha—. Qué no se te olvide.
—Hai, hai... —contestó de manera aburrida.
—No te des-concentres, ten presente las advertencias de Hokage-sama —regañó.
—Sí, lo recuerdo —dijo Naruto de forma seria, mientras repasaba en su cabeza las palabras del viejo.
——Flashback - Oficina Hokage ——
—Esta bien.... Permitiré que Naruto vaya a la misión —aceptó Hiruzen con pesar.
—¡Sí! —gritó el Uzumaki con los brazos estirados.
—Pero... —interrumpió la celebración.
—¿Pero...? —repitió.
—Es ésta misión estarás al cien por ciento concentrado, Naruto —indicó el Hokage—. Es un rango mayor al que normalmente eres asignado. Aparte de eso, deberás saberte comportar frente a un Kage de otra nación. Y uno bastante amargado debo decir.
—Entiendo, viejo —respondió—. Seré lo más educado posible.
—Siendo así, acá esta su pergamino de misión —dijo Hiruzen, mientras le extendía el rollo a Shisui.
—No se preocupe, Hokage-sama, completaremos la misión con éxito—aseguró Shisui—. Incluso con Naruto en ella.
—¡Ey!, ¿que quieres decir con eso? —se ofendió el azabache, mientras los adultos se reían por el puchero que hacía.
—Oh, y una cosa más antes de que se vayan —detuvo Hiruzen—. Ya que aceptaron la misión, les diré lo siguiente.
—¿Qué cosa, viejo? —preguntó Naruto apresurado. Él estaba bastante ansioso por la idea de ir a otra nación.
—Tienen qué saber que es muy posible que hayan shinobis renegados tras de ustedes —advirtió el Hokage.
—¿Por qué le interesaríamos a Shinobis renegados? —preguntó Naruto.
