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Una Prueba Difícil

Luz encendió nerviosamente el cigarrillo. Consideraba razonable lo que Amity le decía, pero temía por su sensibilidad si lo admitía.

-Creo que es lo más acertado, Luz -le dijo Amity con firmeza.

-No pienso que sea una solución para nosotras -respondió lentamente.

Amity se mantenía firme. Constaba llegar a esa conclusión, pero ella era una chica valiente.

-Sí lo es. De ese modo probaremos las dos, Luz.

-¿Tú también necesitas probarte?

Amity se mordió los labios. Aquella palabra "también" le demostraba una vez más que no estaba equivocada al suponer que el amor de Luz hacía ella sufría una crisis ¿sólo una crisis?

-Pues sí. Lo considero necesario.

Le dolió, su conformidad, pero había sido ella, y no Luz, quien tomó la iniciativa. Por su parte no había duda, pues amaba a Luz, pero en cambió sí había duda en Luz, y si bien nunca lo dijo, en ese instante Amity confirmaba que sus temores eran reales. Y ella era una mujer lo bastante digna para no retener a la morena a la fuerza.

Luz miró a su alrededor. De pronto, recordó sus años cuando era una estudiante en Hexside. Habían sido buenos años y siempre guardaría un grato y nostálgico recuerdo de ellas, pero ahora había terminado su carrera médica. Tenía veinticinco años y, por decisión de Amity, era una mujer libre. Además, tenía beca para estudiar su especialidad en Gravesfield. ¿Qué más podía pedir? La vida le sonreía...

-Amity, esto es solo una prueba.

-Una prueba que no te ata, no quiero que mi recuerdo te perseguía como una obligación.

-Has sido mi novia durante cinco años. Eso no puedo olvidarlo. ¿Para ti no significo nada?

Amity desvió sus ojos y se agitó.

-Fueron cinco años de felicidad. Pero tú no posees dinero ni yo tampoco, y no puedo ayudarte. Cuando termine mis estudios de enfermería, me iré de aquí.

-Escucha Amity... Cuando me haya establecido, vendré a buscarte. Te lo prometo.

-No quiero que te vayas pensando que estás obligada a volver. Piensa únicamente que fueron cinco años que se perdieron en mí.

-¿Tan poco me has querido, Amity?

Noceda era una mujer orgullosa. Le dolía que Amity renunciara tan fácilmente, y si lo hacía era por ella. Únicamente por ella.

-Te quiero mucho, Luz, pero tú tienes que abrirte paso en la vida y yo tengo que terminar mis estudios.

-Si nos casáramos ahora...

-Me detestarías después por obstaculizar tu carrera.

-Está bien... ¿Por qué no dejamos pasar esta noche? Yo me voy mañana. Reflexionemos un poco. ¿Te parece?

-Está bien -dijo Amity, segura de que al día siguiente pensaría igual.

-Te veré mañana a las diez, en este mismo lugar.

Se separaron. Cada una tomó el camino opuesto de la otra.

La morena fue a reunirse con su amiga Willow, quien estaba en una cafetería.

-Willow, si hubieras sido novia de una chica durante cinco años y terminaras la carrera, ¿Qué harías?

-Me casaría con ella. Como creo que hablas de tu caso, te digo que Amity no es una mujer que se pierda, así como así. Yo, al menos, no la dejaría escapar.

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