Prologo | Käfig

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Prólogo | Jaula


-Me preguntó, hacia donde se van volando...

La joven de un cálido cabello castaño que poseía una tonalidad rojo brillante, y grandes iris verdes que mantenían la curiosidad de un niño pequeño, mirando el interminable vacío azul celeste pintado con manchas blancas. Cuatro pájaros blancos volaron sobre el pequeño cráter, son cuerpos brillantes iluminados por el cálido y reluciente sol a lo lejos.

-Muy lejos-respondió un joven con cabello rubio sucio y desordenado, con ojos tan azules como el brillante e interminable vacío que se encontraba sobre los cuatro matones, una pequeña sonrisa se formó en sus labios ante el pensamiento-. Ya sabes, porque pueden ir más allá de los Muros, un lugar al que no podemos llegar ni siquiera con el equipo.

- ¡Sí, supongo que sí! Solo espera, porque algún día definitivamente saldremos también.

La matona de cabello azabache miró al éter lejano con una luz de esperanza dentro de su iris. Un lugar que estaba tan distante, pero se sentía tan cerca.

Alzando su mano pálida hacia la esfera radiante de luz y existencia, la mujer de cabello azabache extendió su mano de porcelana, que estaba suavemente iluminada por el sol, tanto como podía estirarla. La tenue calidez de la luz del día besó la palma de su mano, muy suavemente. Era como una madre besando a su hijo y diciéndoles que los iban a mantener a salvo. Era un consuelo que Ayana solo podía soñar tener. Pero los sueños nunca te llevarán a ninguna parte si vives en los repulsivos depósitos del Subterráneo, un lugar donde si no tenías dinero, te veías obligado a sobrevivir en la cueva hueca que estaba enterrada debajo de la mayor parte de la humanidad.

Entrecerrando los ojos, Ayana sintió una leve punzada, que se sintió como una aguja clavándose en su piel, golpeando su corazón por alguna razón.

'El cielo está justo aquí, está justo enfrente de mí. Pero...'

Bajando su mano gradualmente, los iris de colores antinaturales de la hembra se movieron hacia abajo en el sucio piso de piedra que estaba cubierto por una fina capa de musgo y polvo.

'¿Por qué no siento nada?'

-Vamos-básicamente ordenó Levi, alejándose de la cálida luz del sol, que aparentemente lo hacía brillar como los pájaros de arriba, y regresando a las frías y oscuras sombras de lo que era como una noche eterna de nada más que dolor y agonía.

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- ¡Ow! ¡Eso duele! ¡HEY! ¡¡DETÉNTE AHORA MISMO!!"

'Aquí vamos de nuevo.'

Ayana hizo una mueca en su mente. Sabía cómo conducía esto. O, al menos, el claro resultado de esta situación. En realidad, ¿era esto siquiera una situación? El hombre chocó con Levi, tratando de poner alguna tonta personalidad de tipo duro. Honestamente, fue tan jodidamente estúpido.

- ¡Estoy hablando contigo, idiota! ¡Maldito enano! ¡¿No te vas a disculpar por chocarte conmigo?! ¡¿ME ESCUCHAS, HOMBRECITO?!- ¿Ven? Jodidamente estúpido.

-Este debilucho está causando mucha conmoción-pronunció Isabel en voz baja, mirando al hombresacar una pistola de bolsillo, o para ser más específicos, una *derringer.

-Deberías parar, estos chicos...

- ¡OI! ¡¿QUIERES QUE TE HAGA UN GRAN AGUJERO EN LA CABEZA?!

-Realmente no tenemos tiempo para esta mierda-murmuró Furlan.

Repression|Shingeki no Kyojin - No RegretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora