Capitulo 17

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-¡Bienvenidos queridos alumnos! –grito el profesor de Artes, él señor Kellum, dejando sus cuadernos, libros, pliegos, pinceles, bolsos, etc. Sobre su escritorio… corrección, se desplomo en su escritorio tirando todo sobre él- Me gusta las caras que veo hoy por mi clases, ¡Actividad del día! Ya que justo hoy vinieron mis mejores alumnos les pido que se paren aquí adelante, -sin saber de quién habla me quede mirando al profesor, quien bufo y me señalo-Linderman, aquí adelante, -después apunto a mi dolor de cabeza- Trensword, tu igual. –la sonrisa de malicia en el rostro del profesor me informo al segundo de que nada saldría bien en esta clase.

-¿Qué necesita de nosotros profesor? –fui directo al grano al llegar adelante junto con Jack.

-Talentosa y directa, ¡Que mejor! –chillo él profesor aplaudiendo y saltando, provocando que un suspiro de pereza se escape de mis labios- Bueno, bueno, lo que quiero de ustedes dos mi queridos prodigios del arte, es que modelen para nuestra clase de hoy. –

-¿Cuál es el tema de hoy? –dijo en un susurro una chica de cabello rojizo lleno de ondas.

-Pación. –dijo en un suspiro el profesor Kellum.

-¡¿Qué?! –gritamos al unisonó él imbécil de Trensword y yo.

-Ya dije, pación, romanticismo, cuerpos pegados, hormonas locas… -

-No. –lo interrumpí en su estúpida explicación de algo que ya sabíamos a lo que se refería.

-No me importa si le gusta o no, lo tiene que hacer y fin de la historia. Usted solo apéguese al señor Trensword y simule que le encanta. –dijo con el ceño fruncido y los brazos en jarra.

-Imbécil. –sisee por lo bajo acercándome a Jack.

-Créeme dulzura, esto lo disfrutare mas yo que tu. –se mordió el labio y mira detrás mío. No sé porque me demore tanto en reaccionar, pero cuando me di cuenta que me está mirando el trasero.

-Me das asco Jack Trensword. –le dije a centímetros de su cara, trantando de ser lo mas intimidante posible, apretando los puños a mis costados, controlando mi ira que en este momento, que justo… justo en este momento, quiere decorar su feo rostro bien moldeado. Capullo.

-Y tu a mí, pero tu trasero no. -

-Esta me la va a pagar y sabe de lo que soy capaz. –dije entre dientes mirando al profesor. Créanme, soy capaz de hacer mucho con tal de vengarme.

-Yo también la quiero señorita Linderman. –sonrió él muy hijo de puta triunfante.

Tomando me por la cintura, me acerco a su cuerpo, chocando con su firme pecho, por un momento no pude evitar posar mis manos en sus pectorales, pero rápidamente recordé que es un imbécil pervertido y trate de ejercer presión para separarme de él, lo que hizo que gruñera y me apretara con más intensidad.

-Quietita te vez más bonita. –dijo en mi oído, haciendo que su respiración corra por mi cuello.

-Y tú te vez menos feo lejos de mi y con una máscara en tu cara, pero lamentablemente estamos así. –le dije en el oído de la misma forma que él, con la diferencia de que deje un beso bajo su oreja, haciendo que los vellos de su cuello se ericen, como también su agarre se hizo más fuerte.

-¡Quédense así! –chillo él profesor con una sonrisa radiante.

(… )

*Narrador Anónimo*

Él esta haciendo contacto con ella, eso no me va a ayudar, ella es mía, me pertence, esta hecha para mí, se supone que yo tenga que estarla tomando de esa forma, no él. No él imbécil de Trensword, cualquiera menos él, arruinara todos mis planes.

Verla hablarle al oído me enojo, pero más aun, cuando él me vio y forso su agarre, acercándola a él. No es la forma en que la tiene, si no, como la mete en su maldito escudo al tenerla cerca, con solo estar a dos metros cerca, él ya puede protegerla, desde hace dos años que él se acerca discretamente, forzando sus poderes para mantenerla a salvo.

Si no fuera por él, yo ya la hubiera llevado muy lejos y la atascaría en un mundo de oscuridad y la llenaría de rencor, segando cada uno de sus actos. Aunque debo admitir que su aura negativa y descontrolada me encanta.

Sus poderes son increíbles, casi ilógicos para todos nosotros, lo único que la atasca en ese maldito lado de la libertad, es que tiene que estar cerca del mamon de Jack para que todo salga a la luz, sus poderes… eso es lo que necesito y anhelo hace años, pero esta tan lejos de mí, haciendo que mis poderes no lo logren alcanzar, tan solo, necesito tocarla y sentir su vibrante ira recorrer mis venas.

Aun recuerdo cuando la logre tocar una vez, afuera del escudo de su casa, la sentí y pude tocar su blanca piel. Todo fue días antes de que fuera a vivir con el estúpido de Max, ella jugaba con su skate en la vereda afuera de su casa, solo logre tomar su pierna y hacerla caer, como no me puede ver, exploto. Toda esa ira guardada en su interior salió a la luz, en solo una pequeña de casi 10 años se ocultaba semejante poder, sus problemas de ira se activaron antes de tiempo con mi toque, aflorando sus poderes, que para ella no significaron nada, pero para Max sí.

Muchas cosas se aclararon en su mente, era más que obvio que pasaba y con solo ver como su hijo mayor Ben no tenia esos problemas hasta los 14 años, él supo que estaba pasando y a que se estaba enfrentando.

(… )

*Narra Alex*

-Ya se pueden separar. –sonrío el profesor de oreja a oreja. Solte un bufido y lo empuje lejos de mi.
 Tome mis cosas, y me dispuse a largarme del salón, a mitad de camino, él imbécil tomo mi muñeca, arrastrándome fuera con rapidez.

-¡¿Qué haces?! ¡Suelta me maldito descerebrado! –grite y sacudo mi brazo, con el fallido intento de zafarme.

-Callate, -su mirada griseña se poso en mi, tan fría y escalofriante, como cualquieran se intimidaría, menos yo- dijiste que al finalizar la clase podría hablar contigo. –

-Está bien, hablaremos, -baje mi mira a mi muñeca y luego volví a verlo a los ojos, con una ceja alzada, creo que capto mi mensaje, ya que soltó su agarre y pude separarme unos centímetros de él- no en público, esto es extraño, así que vallamos a mi salón, ahí tendremos más privacidad que con todos estos chismosos, -mire hacia mi alrededor, encontrándome con varias miradas curiosas, observando cada cosa que con Jack hacemos- ¡¿Qué VEN CHISMOSOS?! ¡¿TAN POCO SOCIABLES SON?! –Les grite, haciendo que cada mirada posada en nosotros desapareciera, enfocando sus ojos en el –al parecer- interesante suelo- Creo que eso me gusta más. –me encogí de hombros y metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero negra, caminado tranquilamente y con mi hermosa, sin dudar, cara de poker, ignorando a todos a mi alrededor.

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Aquí un regalo por mis retrasos.

arroz_con_palitos.

Alex LindermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora