— Makki, amor, ¿podrías caminar más lento? — Se quejó Mattsun.
— Tienes las piernas mucho más largas que yo, no es tan complicado. — Respondió ofendido.
— Pero el que lleva las ocho bolsas llenas de tu ropa soy yo. — Levantando los brazos, dejando ver las nombradas bolsas que, definitivamente, estaban llenas de ropa que Hanamaki se había comprado en las tres horas que llevaban en el centro comercial.
— Buen punto. — Rió el pelirosado, yendo a donde se encontraba Issei para dejar un pequeño beso en su mejilla y agarrar algunas de las bolsas. — Dos tiendas más y vamos a comer, ¿sí? — Anunció y Mattsun no podía estar más feliz.
Con las manos entrelazadas empezaron a caminar, viendo las vidrieras de las tiendas restantes. No había más lugares con ropa linda, eran solo zapaterías y jugueterías.
Estaban por bajar al primer piso para comer, hasta que el mayor divisó una tienda que, según él, no estaba ahí antes. No se veía bien lo que había en ella, por lo que entraron a averiguar. No era ni más ni menos una tienda de ropa, accesorios y regalos de pareja. Takahiro miraba todo con brillos en los ojos y Matsukawa quería vomitar.
La chica que trabajaba en el local los saludó y preguntó si estaban buscando algo en específico, a lo que ambos respondieron que solo pasaban a ver.
Remeras demasiado tiernas (y vergonzosas y hasta toxicas), peluches gigantes con corazones diciendo "te amo", collares compartibles y demás cosas que al mayor simplemente le parecían horribles. No entendía como le podían gustar a su novio.
Mattsun dejó a Makki, quien veía los anillos que vendían: — Disculpa, ¿no tienes algo que no sea tan empalagoso? Quizás algo con un pequeño dibujo. — Se acercó a la vendedora y preguntó casi susurrando.
Si iban a comprar una de esas cosas de pareja al menos no le daría cringe.
La chica asintió sonriendo y desapareció de su vista por unos segundos, volviendo con unas dos remeras distintas.
— Hay siete modelos, pero supongo que buscas lo más simple de todo. — Comentó desdoblando las prendas sobre el mostrador. La primera era una remera simple a rayas y con una estampa de rosa. Muy linda a la vista de Issei. La segunda era blanca y tenía un pequeño corazón negro en la parte superior izquierda.
— Ese mismo modelo está en negro y blanco, rosa y blanco y viceversa. Creo que también había unas en turquesa.
Buscó a Makki con la mirada y lo encontró sacando una foto a un peluche en forma de koala.
— ¿Pueden ser las de juego turquesa? — Preguntó Matsukawa sonriendo.
— Claro, lindura. Ya te traigo la otra.
Como la primera vez, la chica volvió en unos segundos, trayendo consigo la remera de la que hablaba. Le cobró las remeras y agradeció su compra.
— Hey, Makki. — Llamó el coreano. El nombrado bajó de su nube y dirigió su vista hacia su novio, quien tenía una bolsa rosa en mano que estaba seguro que no había visto. Al atar cabos, el menor soltó un grito y corrió hacia Mattsun para abrazarlo.
— Eres el mejor teamoteamoteamoteamo. — Dijo rápidamente, saltando en el lugar y repartiendo besos por toda la cara del alto.
— Si, si, en casa las ves. — Dejó un beso en su coronilla y lo agarró de la cara para que lo mire. — Escúchame bien, hay dos remeras. Una tuya, una mía. No uses la mía, ¿está bien?
Hanamaki asintió sonriendo y lo abrazó más fuerte. Ambos se despidieron de la trabajadora y se dirigieron al patio de comidas.
・・・
— ¡HANAMAKI TAKAHIRO VUELVE AQUÍ Y DAME ESA ESTÚPIDA REMERA! — Gritó mientras buscaba a su escurridizo novio. Su celular sonó y vio que se trataba de un mensaje de Takahiro
bebuu💕
no >:(
Mattsun
Takahiro, en serio
tú tienes tu remera
pero no combina con
mis pantalones
ponte otros
pero ya me maquillé
y el blanco está para lavar
:((
si te doy mi pantalón blanco??
está bien
ya salgo unu
Escuchó la puerta del baño abrirse y cerrarse, dejando ver a un Hanamaki triste. Matsukawa fue directo a abrazarlo y hacerle mimos.
— Para la próxima si quieres puedes usarla, pero hoy no, ¿sí? ahora vamos a cambiarnos. — Issei le sonrió y dejo un suave beso en los labios del menor.
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