Un recorrido hacia tu futura muerte

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Negación, la ira, depresión, venganza y todo sale como la mierda..

Luego de tomar un par de paquetes y algo de gaseosa de la nevera, tomó el teléfono y llamó a Mark.

En cuestión de minutos el estaba frente a su puerta, a pesar de que la sala estaba echa un desorden entre comida vieja y uno que otro vidrio roto, el muchacho entro sin pensarlo dos veces, saludó a Hanna y se sentó en el viejo sofá, ella le conto todo lo sucedido, omitiendo la parte del sueño.

-Enserio lo lamento mucho Ann, espero tu madre se mejore pronto. - Mencionó el joven con los ojos algo empañados y una sonrisa débil, Abrazando por el costado a la chica.

Mark y Hanna se conocían desde pequeños, eran como hermanos, estudiaron en la misma escuela, durante la primaria Mark siempre tuvo problemas con los más grandes, siempre lo molestaban por ser "afeminado" , allí conoció a Hanna quien en ese entonces era una chica con un carácter realmente fuerte ,determinada y extrovertida, ella lo ayudo a terminar con las burlas y lo defendió, fue como su hermana mayor, desde entonces siempre han estado el uno para el otro, además de eso la madre de él fue la abogada que ayudo a Elizabeth durante su divorcio.

Duraron así unos minutos y Hanna soltó algunas lágrimas.

-Entonces supongo, me llamaste por que no piensas esperar a que los tarados de la policía hagan algo al respecto, o si? -

- ¿Cómo demonios lo sabes? - dijo Ann secándose los ojos y soltando una risa suave.

-Vamos, dijo en seco, debo despedirme de mamá, y otras personas, prepárate, mañana atraparemos a esa desgraciada.

-¿Con otras personas te refieres a tu novio o qué?, te va a costar bastante separarte un par de días de ese loco.

Mark lanzó una almohada hacia Hanna riendo.

-Estúpida- dijo saliendo de la casa con una sonrisa tierna y se despidió haciendo un gesto con la mano.

A veces Hanna agradecía tener un amigo que accediera a sus planes descabellados de esa manera, aunque en algunos casos le asustara.

Esa noche Hanna guardó en un maletín algo roto unas cuantas prendas de ropa, comida chatarra que bastaría para unos días, un cuchillo para carne de la cocina, palos de madera y otras cosas insignificantes.

Soltó un suspiro, tomo papel y lápiz, y se dispuso a escribir una carta para su madre...



La alarma sonó macando las 4am, Hanna se duchó rápido, comió un improvisado desayuno, tomó su maletín y dejó la carta sobre la mesa, sabía que su madre se quedaría unas semanas en el hospital, así que no debía preocuparse, pero si algo llegaba a pasarle quería despedirse.

Al salir de su casa estaba de nuevo la vieja camioneta color menta, adentro esperaba Mark con su equipaje, un par de maletines y una escopeta de caza.

El carro arrancó a regañadientes, con un estresante ruido en del motor.

En unos minutos estaban donde todo había empezado hace unos meses, la casa del árbol de los Dawson ese bello lugar se convirtió en un techo oscuro cubierto de cintas policiacas, manchas de sangre secas y un ambiente desagradable.

El día de otoño era bastante frio y los silbidos del viento no ayudaban a tranquilizarse, sonaban como gritos, la casa se movía con cada ventisca, haciendo mas complicada la tarea de encontrar alguna pista.

Luego de recorrer un par de veces el lugar sin encontrar nada, decidieron volver , Mark se lanzó desde la puerta cayendo al piso como todo un profesional, Hanna trato de imitarlo, pero solo logro una caída estruendosa en el seco y frio piso.

Se levanto sacudiéndose la escasa tierra de su ropa, cuando su mirada recayó en una marca en el suelo, la marca de una bota apenas perceptible que daba camino a huellas que se alargaban hacia lo profundo del bosque, Mark al ver a su amiga concentrada en el suelo, miró la huella y no necesitaron palabras para comprenderlo, corrieron siguiendo la dirección del a marcas, estas solo daban vueltas, se escondían, volvían al mismo camino, mientras se hundían más en los arboles; 

Ya eran casi las 12 del día cuando las huellas pararon, no había nada, solo un claro de bosque, no había una casa, indicios de una fogata, o algo parecido, solo eso.

-Debemos volver,  aquí no hay nada Ann.- Dijo Mark tratando de dirigir a su amiga fuera del bosque.

Devastada, Hanna calló de rodillas en el suelo, cerro sus ojos y solo sintió como se iba de nuevo, esa sensación que tanto odiaba, solo volvió a romper en llanto, escuchaba la voz de Mark diciéndole algo, peor ella no escuchaba, sintió que se desmallaba lentamente.

De repente escuchó un disparo, y gritos de dolor y trató de levantarse, pero no podía, escuchó otro disparo más y la voz de su amigo pidiendo ayuda, pero ella no podía reaccionar.

Un fuerte golpe y un alarido de dolor resonó en los arboles, ya no escuchaba voces ni peleas, solo un par de zapatos rondar alrededor suyo; Sintió unos brazos tomándola por la espalada, quería moverse y protestar, pero solo permanecía quieta con sus ojos cerrados y una respiración pausada.

"¿Me extrañabas pequeña?"

Dijo la voz de aquella misteriosa mujer alzando su cuerpo y subiendo a Hanna en lo que parecía un baúl de automóvil.


Nota de la autora

Opiniones , sugerencias, reclamos por acá:

¿Qué opinan de Mark?

¿Qué quieren que pase con Hanna y la loca?

PD: Tardaré en actualizar un poco esta semana, lo siento, pero todo será para bien de la historia :3

Hanna DawsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora