Una mañana en el campamento 31, todos se despertaron de a poco, algunos con dificultad, otros ya listos, y algunos ni salían de la cama, ese era el caso de Julián, que no quería salir de la cama ni que lo obligaban, que si lo hacían, tenía que ir a desayunar y después ir a hacer sus actividades recreativas, siendo levantado por su padre, que le tira agua fría a su hijo, haciendo que se levante de golpe y quiera perseguir al conejo, siendo detenido por Tulio que lo guía a cambiarse para que empiece su día en el campamento, que comienza con el desayuno cortesía de Juanin y Huachimingo, dándoles unas tostadas con un poco de mermelada para untar, un huevo frito para cada campista y una cajita de jugo de naranja para acompañar, para gente como Gastón era un festín, pero para gente como Elías era una miseria, pero no se podía queja, y mas a ver a su novia con doble ración por su estado actual, siendo supervisada constantemente por su pareja, su padre y su hermano, que estaba más atento por si le pasaba algo.
—¿Cómo te sientes, cielo? —preguntó con mucha atención el chico manguera a la conejita que comía sus tostadas.
—estoy bien, no te preocupes, si me siento mal le aviso a mi papá o alguien “responsable”, ni que me estuviera muriendo. —contestó la conejita seria ante su sobreprotección de parte de su padre, hermano y novio.
—Hermanita, si te sientes mal avisame…
—¡Lárgate, Julián! —le gritó a su hermano, que se fue enseguida sino antes mirar con molestia a Elías quien le devolvió la mirada.
—Hijita, recuerda decirme si te pasa cualquier cosa —le dijo Bodoque a la conejita que ya se estaba hartando—. Y tú, cuidala, mocoso. —le dijo con seriedad e incluso molestia a Elías.
—¡Papá!
—Bodoque, déjala en paz, debe estar tranquila —le dijo Patana al conejo, echándolo del lugar a la mesa de los adultos, o como le llamaban los campistas, la mesa de ancianos—. Perdónalos, linda, son hombres, no saben cómo actuar en estas cosas, solo te quieren cuidar, te quieren mucho, a ti y al bebe. —le dijo Patana a Carla con una sonrisa simpatizando su situación, para después ver a su hijo con un videojuego, que se lo arrebata enseguida, dejando a Patrick molestó.Por otra parte Tulio va a revisar el suministro de desayunó, mirando a un Juanin y Huachimingo agotados de tanto cocinar, descansando un poco al notar que ya todos comían.
—¿Todo bien por aquí? —preguntó Tulio viendo a ambos exhaustos.
—Mucha comida…
—No quiero ver ninguna tostada en mi vida…
—Y lo peor es que nos robaron comida, Tulio. —eso último alertó al chimpancé, que se estaba sirviendo su desayuno.
—¿Robar? ¿Como? ¿Fue un campista? —pregunto con seriedad a su equipo de cocina, acercándose a ellos.
—No lo sé, pero creo que hay alguien que se cree muy pishin para robarnos. —dijo Huachimingo agotado y molesto a la vez.
—¿Y no lo vieron al menos un poco? —preguntó con seriedad a sus amigos sobre el asunto.
—Solo pude ver una mano robándose unas tostadas y un huevo, pero no la pude identificar, el resto del cuerpo no se vio, es como si fuera un fantasma o monstruo. —le respondió Juanin a su amigo tratando de recordar a detalle la mano.
—Bueno, estaremos alerta, no se lo digan a los campistas, y menos a Patrick, saben que es igual a su madre. —dijo Tulio dándoles órdenes a los chefs, yéndose del lugar a desayunar mirando a todos, sospechando de cada presenté, incluso de los que se veían los más inocentes.Después de un rato todos terminaron de desayunar, Julian y Patrick se fueron a hacer sus actividades recreativas mientras que los otros campistas se iban a hacer actividades normales, en algunas tanto Carla como Gastón no podían participar por su estado físico, sentándose en un troncho viendo al resto jugar y hacer las actividades.
—Hola. —saludo algo aburrida la conejita a Gastón que estaba leyendo un libro tranquilo.
—Hola, no te dejaron participar también.
—Si, me gusta el voleibol, pero no puedo porque estoy embarazada, patético.
—Lo entiendo, a mi también me gusta, pero dijeron que debía descansar para restaurar mis fuerzas, no es justo, comí bien, tengo mis fuerzas.
—Yo también, pero me consideran como la cosa más delicada del campamento.
—al menos ese no soy yo —Gastón ríe un poco por eso y despega la mirada de su libro para mirar a Carla—. ¿Y cómo vas con el bebé?
Carla lo mira por unos segundos y después toca su vientre con seriedad, mirando en dirección a su novio que estaba jugando sin muchas ganas, solo intimidando con la mirada a su equipo y al contrario.
—Mi mamá esta enojada conmigo, la familia de Elías también, temo lo peor para él, no me a dicho nada de como lo están tomando más allá de que tuvieron una pelea, la aprobación de ellos no me importa, es gente estupida y adinerada, pero el que me preocupa es Elías, dice odiar a su familia pero se que en el fondo le duele no tener su aprobación y ayuda, y eso solo me pone molesta conmigo misma por no poder ayudarlo. —hablo con sinceridad escondiendo su cara entre sus rodillas mirando el suelo con el que empezó a dibujar con la tierra y un palo a ella y su novio con su bebe en brazos.
—Emmm… no se que decirte, es complicado, usualmente intento sacar algo para ayudar pero estoy en blanco, perdon, debe ser porque nunca conocí a mi mamá, pero creo que los dos podrán salir de esta con su pequeño. Julián te quiere mucho y no ha parado de investigar sobre ser un buen tío, y tu papá lo ayuda también, de seguro hasta soportaría a Elías para verte feliz. —le hablo con sinceridad el peli-naranja a la conejita, que lo miraba sorprendida por lo que su hermano hacía, dándole un poco de gracia y ternura.
—Julián, simio tonto.
—Monito tontito, pero lindo y cariñoso, muy protector a pesar de ser algo infantil a veces.
—Eso lo dices porqué eres su novio.
—No solo por eso, también lo digo como su mejor amigo desde siempre, recuerdo cuando se ponía nervioso ante ti, le dabas miedo, ahora intenta protegerte de todo y todos.
Carla le sonríe a Gastón al escuchar eso y después miran a los demás jugando y divirtiéndose. Gastón después de un rato le presta su libro, ya lo había leído, era la tercera vez que lo repasaba, él sabía que Carla necesitaba entretenerse más que él, dandoselo sin compromiso de devolverlo, para después ser guiado por uno de los profesores a hacer ejercicio especializado para él, dejando a Carla sola pero con una sonrisa tranquila, con menos peso en su espalda por haber hablado con alguien, empezando a leer el libro de Gastón tranquila, algo que a todo el equipo le tranquilizó.Esta historia continuará…
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Campamento 31 (31 minutos)
FanfictionEn un giro inesperado el Sr Manguera y la escuela "Titirilquen School" hace un trato para llevar estudiantes graduados a un campamento de verano que durará 31 días junto con el equipo de 31 minutos. ¿Podrán Tulio, Bodoque y Juanin soportar esa carga...