En lo Profundo del Bosque

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Julian entra en el bosque con su mano envuelta en un cálido fuego azul, buscando a su amado gritando su nombre con esperanzas de ser oído, caminando y caminando, preocupándose más de la ausencia de su novio y maldiciendose de no decirle a sus padres de su desaparición o de dejar un rastro para después volver.
caminando, caminando, hasta llegar a un árbol peculiar, estaba envuelto en sábanas y había una luz entre ellas, casi parecía una casita del árbol, parecido al que tenía su padre conejo en la mansión, pero esta parecía ser una más improvisada e incluso trata de camuflarse entre los demás árboles por las hojas y ramas que tenía a su alrededor. Si Julián no estuviera asustado estaba fascinado por su hallazgo.
—¿Qué haces en este lado del bosque, pequeño orangután? —preguntó una voz gruesa y fuerte.
—Pues... en primera soy un Chimpance con ojos de botón mitad Juanin y con cola de reptil. Segunda... buscó a mi novio, desapareció y estoy muy preocupado.
—¿Y cómo es ese muchacho al que buscas?
—¿Él?... él es lindo, pelo naranja, unos hermosos ojos cafés oscuros, su pelo es muy largo y se lo ata con una linda y tierna coleta. Se llama Gastón y no lo he podido encontrar y temo que le haya pasado algo.
—Entiendo. Al parecer quieres mucho a ese chico, puede que lo haya visto. —esas palabras hicieron que los ojos de Julián se iluminarán, una pista más era lo suficiente para encontrar a su amado.
—¿En serio? ¿Dónde, señor árbol? —al preguntar escucha unas risitas viniendo de la pequeña casita del árbol.
—Pues, está con su papá —la manta que cubría el interior de la casa del árbol se corre para un lado dejando ver a Gastón y a Guaripolo adentro, que tenía una expresión tranquila ambos.
—¡Gastón! —grito con felicidad al verlo a salvó, usando sus poderes para atraerlo hacia él y abrazarlo— Estuve tan preocupado por ti. —su voz temblaba ligeramente en esas palabras, abrazando con fuerza a Gastón, que no dudo en hacer lo mismo.
—Perdoname, monito. No llores, estoy bien, si tarde es porque estuve regañando a mi papá.
—No serías tú si no lo hicieras —Se aparta un poco para mirarlo a los ojos, sus botones estaban lagrimeando y a punto de dejar caer sus lágrimas—. Temí que el fantasma te hiciera algo.
—Ay, mi monito tontito, eso jamás, no creo que el fantasma dañara a su hijo. —dijo con un poco de sarcasmo, pero no estaba dirigido a su novio, sino a su padre.
—Solo mojo a los que me caen mal, y los que necesitan bañarse, bla~ah. —comentó el monstruo de lana con gracia observando todo desde su casita del árbol.
Julián se queda pensando dándose cuenta que todo este tiempo el supuesto fantasma era solo el padre de su novio, sintiéndose muy avergonzado.
—Entonces todo este tiempo fue usted el fantasma, señor Guaripolo.
—Bla~ah, el fantasma favorito de este campamento.
—Entonces no le diré nada a mis padres, así se puede quedar con Gastón. —dijo con seguridad en sus palabras, abrazando por la espalda a su novio con cariño.
—¿Intentas ganarte mi aprobación, mocoso? —pregunto con seriedad mirando a ambos adolescentes.
—Yo... Yo no... Lo que quice decir es...
—Trato hecho —dijo bajando del árbol con agilidad para estrechar su mano con la de Julián, que con algo de nervios junta sus manos para sellar el trato—. Pero aún estás a prueba.
—Papá.
—¿Segurito si puede ponerme a prueba y yo no a él? —pregunto con molestia a su hijo para después volver a la casita del árbol improvisada.
En eso escuchan una voz femenina gritando la hora de regresar a las cabañas para descansar—Ya hay que irnos, naranjita dulce.
—Está bien. Buenas noches papá.
—Buenas noches, principito GJ, descansa y duerme con los angelitos. —dijo con una sonrisa para después como ambos pololos se van del lugar, que al perderlos de vista pone la manta de vuelta y se prepara para descansar, sino antes llamar a su amado para desearle las buenas noches.

 —dijo con una sonrisa para después como ambos pololos se van del lugar, que al perderlos de vista pone la manta de vuelta y se prepara para descansar, sino antes llamar a su amado para desearle las buenas noches

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Esta historia continuará...

Campamento 31 (31 minutos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora