Kyoka caminaba con Izuku por la calle el día de noche buena. Parecía sumamente hermoso. La nieve cubría toda la ciudad, los niños jugaban, jóvenes reían, la parejas paseaban y los adultos olvidaban por un momento sus problemas. Pareciera que todo estaba en plaza pero, detrás de todos esos sentimientos positivos, había unos sentimientos de celos y envidia.
Kaminari seguía a los dos chicos a lo lejos en su bicicleta. Aquella mirada psicópata se había apoderado del rubio. Ya no era quien solía ser, solo era una persona trastornada con ganas de hacer daño.
Izuku se separó por un momento de Kyoka. La pelimorada esperaba en la esquina y, a lo lejos, vio a Kaminari quien se acerca a toda velocidad sin importarle que estaba en la banqueta golpeando a algunos de los civiles. La pelimorada no reaccionaba, estaba en shock por qué sabía que se dirigía a ella pero, rápidamente, Izuku empujó llevándose él la peor parte.
Kaminari terminó ensangrentado de la cabeza y un brazo roto después de que, por el impacto, saliera disparado de la bicicleta mientras que el peliverde se mantenía en el suelo muy lastimado con la bicicleta encima de él. Las autoridades llevaron a los chicos al hospital mientras que Kyoka llamaba a Yaomomo y a los demás e, inclusive al profesor Aizawa. En el hospital, Izuku se encontraba anestesiado puesto que el tenía más golpes que Kaminari por una razón. El doctor salió para comentarles el diagnóstico.
- ¿Cómo están, doctor? - Preguntó Aizawa tranquilo.
- El señor Kaminari podrá salir hoy ya que solo cuenta con una herida en su cabeza y un brazo rato. - Fue la contestación. - Pero el señor Izuku tendrá que quedarse algunos días más ya que tiene unas tres costillas rotas, un brazo dislocado y varios moretones en su cuerpo.
Kyoka y los demás estaban preocupados pero la pelimorada no lo dejaría pasar. Ella le comentó a Aizawa que no había sido un accidente sino que había sido a propósito por el rubio ya que ella vió todo comentando que ella era el primer objetivo del rubio y que Izuku quedó así por qué el recibió el choque.
- ¿Está segura de esto? - Preguntó Aizawa.
- Nunca he mentido, profesor. - Contestó Kyoka seriamente.
- Muy bien. Tomar acción en esto. - Fue la contestación.
Todos regresaron a UA y se pusieron de acuerdo en como irían a visitar a Izuku hasta que lo den de alta. Bakugo decidió que se quedaría esa noche y que el día siguiente, 25 de diciembre, sería Kyoka.
La pelimorada se dirigió a la habitación de Uraraka dónde fue recibida amablemente. La castaña se veía un poco mejor que al principio del curso. Poco a poco volvía a tener su aspecto que tanto la distinguía. Lo que le pareció interesante a Kyoka, fue que tenía un teclado y unas partituras.
- Ya que estás viendo el teclado, tengo algo para tí. - Dijo Uraraka burlona. - Toma. Es mi regalo de navidad adelantado para ti.
Era una canción, muy romántica por cierto. La letra era hermosa pero no estaba completa, pero Kyoka aún no entendía el porqué se la había dado. Cuando esta le pidió la partitura, Uraraka comento que ella debía darle sonido.
- Deku todavía puede volver a I-Island. - Dijo Uraraka. - ¿Vas a dejarlo ir?
- No se si pueda llegarle... - Comentó Kyoka cabizbaja.
- Claro que sí. Solo tienes que cantar. Después de todo, tú eres su música, "Elma".
Kyoka había salido con una misión e inspirada. Kaminari entonces la emboscó y la puso contra la pared. Ahora era distinto, Kyoka ya no le tenía miedo y lo confronto con la mirada. Aquella mirada de un loco, pero que ha no iba dejar que la intimidara más.
- ¿Por qué me delataste? - Preguntó Kaminari furioso.
- Porque lo merecías. - Fue la contestación.
- Muy bien, me parece justo. Te perdono. Ahora, con respecto a ZUTOMAYO...
- Lo siento, Kaminari. Creo que ya no quiero volver a ZUTOMAYO. Te deseo suerte con lo que sea que hagas después.
Kyoka se dirigió a su habitación. Ya sabía que es lo quería y debía hacer. Tomó la guitarra de Izuku y comenzó a tocar. No se sentía convencida con lo que hacía, no parecía encontar el tono perfecto.
Tomaba descansos para no forzar su mano. La masajeaba siguiendo las reglas que le dió su terapeuta. Persistió hasta encontrar lo que buscaba y fue entonces que volvió al cuarto de Uraraka junto a Yaomomo. Una vez ahí, Kyoka le mostró lo que hizo a Uraraka e, inclusive, le pareció mucho mejor a lo que ella había pensado. Las tres comenzaron a pulir lo que tenía.
- Gracias... - Dijo Uraraka.
- ¿Por qué agradeces? - Preguntó Yaomomo.
- Por perdonarme. - Contestó la castaña comenzado a llorar.
La pelimorada solo la abrazó haciéndole saber que ya no importaba el pasado y que solo importaba el ahora.
ESTÁS LEYENDO
La Chica Semitransparente Parte III: Tú Eres Mi Música.
FanfictionEl último año ha llegado. Con el nuevo lanzamiento de ZUTOMAYO, aún hay recepciones mixtas sobre si el proyecto es bueno o no. Kyoka Jiro comienza a dudar si trabajar con Kaminari es buena idea si es que el proyecto no despega pero es que también co...