Radiodust. ¡Mi ángel caído!

Capitulo 26: Empiezan los problemas

.:Narradora:. 5 meses después.
Después de que él demonio ciervo y la joven polilla partieron, la rutina diaria del hotel siguió transcurriendo redimir rehabilitar redimir rehabilitar como siempre habían hecho en 5 meses habían enviado casi 1000 demonios al eterno descanso en el cielo a pesar de los imprevistos lo lograron gracias al gran apoyo que la hermosa reina brindó a su querida hija, muchos demonios acudieron al hotel para convivir con ella sin saber que se irían a encontrar paz eterna. Para Charlotte y para ángel el trabajo fue su mejor manera de distracción así no estarían días enteros pensando en sus parejas.

La joven princesa, había tenido un gran avance en su embarazo con el tiempo que había transcurrido su pequeño bebé estaba a casi nada de nacer solo le faltaban dos semanas para dar a luz los cuales esperaba que acabaran justo cuando Vaggie regresara de su capacitación.

Cayó la noche fría, cada residente y trabajador fueron a sus respectivas habitaciones para descansar después de un duro día de trabajo Lilith estuvo muy al pendiente de su hija ahora que le faltaban pocos días para parir quiso cuidar de ella como mejor pudiera y así logró mantenerla a salvo de Helsa nadie se atrevería a lastimarla frente a su cara aunque claro ignoraban el hecho que tenían al enemigo en casa

Ángel subió a su habitación, estaba demasiado cansado quería tomar una ducha relajante para dormir Fat Nuggets lo recibió con el mismo cariño y ánimo de siempre lamiendo su rostro agitando la colita desde que Alastor se había marchado abrazó al capullo junto con el cerdito fuertemente cada noche, brindándoles su calor amoroso ya no lo dejaba solo en el armario abrazar a sus bebés le consolaron en sus noches de tristeza en cuanto entró a la bañera masajeo su cuerpo con esas finas fragancias aunque al ver las cicatrices que Alastor le había causado en su última sesión caliente le hizo sentir la nostalgia de esos bellos recuerdos extrañaba demasiado a su ciervo y cada que lo recordaba le hacía palpitar muy fuerte el corazón porque lo extrañaba demasiado deseaba sentir su calor, su cuerpo admirar esa hermosa sonrisa cínica de siempre oler su aroma a rosas frescas junto con sangre se sentía incompleto sin él tal vez era la magia de los sellos o tal vez era su amor por él pero añoraba estar con él.

Al terminar seco su cabello, su suave pelaje lavo sus dientes y usó una bata de dormir con un conjunto de ropa cómoda al introducirse bajo las cálidas mantas el lechoncito se acurrucó contra él abrazó al bebé muy fuertemente sintió cómo sus ojos dolieron poco a poco por las lágrimas que querían emerger colocó una mano encima de su corazón comenzando a sollozar no sabía que pasaba con él pero le dolía en el alma estar sin su ciervo no había llorado en cada noche después de su partida pero ahora sentía muchas ganas de hacerlo escondió su cabeza entre sus brazos y el bebé dejando fluir lágrimas calientes olfatear la rosa seca ya no le servía abrazar su saco rojo durante las noches dejó de funcionar necesitaba al gran Overlod ya faltaba muy poco para su retorno pero en serio lo necesitaba. Así transcurrió la noche para él llorando por su único gran amor.

En cuanto el calante frío de la madrugada se hizo presente, la joven polilla despertó antes que su despertador sonara al ver la hora notó que faltaba media hora para que comenzaran sus lecciones de siempre Lucifer la llevó a un pequeño castillo entre las apartadas tierras del primer círculo el lugar donde él y Lilith aprendieron a ser los grandes soberanos del infierno, se sentó suavemente sobre la gran cama miró aun costado suyo que en un mueble estaba una foto enmarcada de ella y su rubia ambas abrazándose muy fuertemente sonriendo a la cámara al tomarla sonrió con dulzura estuvo tan ocupada últimamente que no había pensado en su chica se preguntaba cómo estaría cómo estaría su bebé fue así que decidió comunicarse con ella por un pequeño descuido dejó su celular así que la llamaría desde un teléfono público antes que Lucifer despertara, tomó una sudadera abrigada se colocó unas cómodas botas y salió del edificio camino en línea recta hasta que lo encontró en una zona de tiendas saco un par de monedas de su bolsillo para pagar la llamada de larga distancia marcó el número de su rubia ansiosamente.