Always Forever- spreen y tu

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-Elizabeth, Elizabeth, Elizabeth

Llame varias veces su nombre con un tono burlesco mientras la miraba, su cara me causaba gracia, se veía tan demacrada y sin vida.

Digo no la juzgo quien se vería bien después de estar más de 3 semanas atada a una cama?

Amaba que no pudiera responder lo que le decía, pero igual me despertaba lo inútil que era, en fin
La mire con una sonrisa de oreja a oreja y me despedí de ella

-Bueno tengo que irme Elizabeth, que tengo mi primera cita con Iván y tengo que ir muy linda

Rei aun mas fuerte al ver sus ojos abrirse de par en par y empezar a ponerse cristalinos, me daba tanta satisfacción saber la importancia que sentía.

Subi las escaleras y me di un último retoque de maquillaje para verme linda como siempre, revise mi celular y eran las 5:30 hora justa en la que quedé para ir a comer con Iván, estaba muy emocionada, después de todo Iván superó muy rápido a Elizabeth, obvio sería así porque el está destinado a amarme sólo a mi.

Camine hasta la puerta cuando escuche el timbre, antes de abrir acomode un poco mi cabello y acomode mi blusa, después abrí y ahí estaba el, con una hermosa sonrisa y vestido a su estilo que tanto me fascinaba, solo podía pensar en lo lindo que era mi Iván.

Me miro por unos segundos y me dijo

-Hola, te ves preciosa

Se que es tímido y decir esas cosas son mucho para el pero me hace tan feliz que lo haga, agachó un poco la mirada y soltó una pequeña risa nerviosa.

Le mire y rei un poco también

-Hola, te ves muy lindo 

Imite lo que dijo y reímos juntos después de eso, me tomo la mano y me dirijo a su auto, subimos y me miró de nuevo, sus ojos eran tan hipnotizantes, juro que ya conté todas sus pestañas, me pasó tanto tiempo admirandole que podría recordarle quien es por sí lo olvida
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Después de alejar a Elizabeth de Iván, empecé a acercarme más a él y poco a poco lo conocí más de lo que ya lo conocía aunque eso era un poco difícil porque ya sabía casi todo de él.

Exactamente por eso me fue tan fácil que confiara en mi tan rápido, era todo lo que él deseaba en una mujer, y se que él disfrutaba de tener conversaciones conmigo y hablar por horas sin parar, yo era aún más feliz porque cada conversación era mejor que la anterior y cada pequeño detalle que me decía o yo notaba iba directo a mis diarios donde escribía todo de Iván.

Cada que iba a la tienda lo acompañaba a casa y eso se convirtió en una rutina en la que me despedía en su puerta después de una linda y corta conversación donde admiraba cada parte de su rostro y cuerpo.

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Perdón por desaparecer