Parte 11

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—Tzuyu me gustas— dijo aquella pelirroja frente a ella con los ojos fijos en los suyos, la pelinegra no dijo nada, solo caminó a la sala, encendió el televisor y entró a la plataforma donde veía sus series —Tzuyu— la llamó

—¿Prefieres una serie?— si era sincera la pelinegra no quería pensar en gustarle a alguien porque así le gustara a medio mundo a ella solo le gustaba Sana, lo mismo le había dicho a Elkie quien también le dijo que le gustaba, eso el día anterior lo cual era caótico para ella ¿Se habían puesto de acuerdo? Recibir dos propuestas en las últimas horas no era del todo agradable.

La pelirroja se sintió molesta, —¿Acabas de ignorarme? Te hablo en serio.

—Yo también, ¿Prefieres ver una serie?— al ver como la pelirroja se cruzaba de mano y sus ojos parecían furiosos, decidió hablar de nuevo —Jihyo, sinceramente no creo que te guste, solo estás confundida.

—No, no lo estoy

—Si, si lo estás— la taiwanesa suspiró —Jihyo piensa, te gusta mi compañía y el rato que pasamos juntas pero como amigas, ¿Por qué no intentas pasar tiempo con alguien más? Tal vez así te darías cuenta que no te gusto

—¿Crees que es eso?— si lo pensaba bien la taiwanesa tenía razón, comenzó a sentir que le gustaba cuando terminó con Daniel y el tiempo que comenzó a compartir con la taiwanesa era como una escapatoria al dolor que sintió con la ruptura —Pero de verdad siento que me gustas— murmuró

—Ven— la pelinegra le abrió los brazos y la pelirroja se acercó y la abrazó —Sabes lo mucho que te quiero y no quiero que tú misma te hagas daño creyendo que te gusto

—No ayudas mucho con este abrazo

—Tu corazón no se acelera así que compruebo que no te gusto.— Ambas rieron —Ahora veamos una serie, ¿Si?

...

Había una pequeña fuga de gas por lo que sus clases se habían suspendido los últimos tres días, ahí está iba la taiwanesa feliz porque la nipona castaña le había llamado el día anterior, habían hablado durante horas, antes siquiera de llegar a la entrada vio a la chica a quien apenas  alzaría la mano para saludarla pero está fue más rápida y corrió abrazarla.

—Te extrañé tanto— dijo la castaña, era sincera, ni ella sabía porque le molestaba tanto que otra persona tocara a la pelinegra o porque tenía la necesidad de ignorarla para evitar que su corazón no comenzara a latir emocionado o cómo se había pasado la últimas semanas comprando a su novia con Tzuyu; la mantenía sostenida del cuello, mientras los demás comenzaron a observarlas, todos murmuraban que se veían muy bonitas juntas y eso hizo sonreír a la nipona —¿Vamos juntas?— la voz que salió de su boca al hacer aquella pregunta era super melosa pero se sintió tan bien al ver cómo la más alta le miraba con una sonrisa y apenas diría algo la pelinegra escuchó la voz de su novia, su sonrisa de repente era una mueca.

—Hola bebé— dijo dándole un beso en la mejilla, Sana se alejó un poco incómoda —Hola Zhou— le alzó un poco el cuello hacia arriba y pelinegra le devolvió este gesto —Bueno vamos— se dirigió a Sana e intentó tomar su mano pero está no quiso, bueno fingió no haber visto que intentó tomar la suya.

—Tzuyu vamos— dijo la castaña dándose la vuelta y aún aferrada a la mano de la taiwanesa, Momo la miró molesta y eso no le importaba, la mano de la taiwanesa le hacía sentir más segura que la mano de su novia. Volteó a ver la unión entre estas y pensó en como su mano se sentía perfecta, el tacto era lo mejor.

Momo intentó separarlas ¿Cómo su novia iba tomada de la mano de otra chica? —Bueno Zhou ahí viene tu novia. ¿Por qué no mejor vas con ella?— dijo refiriéndose a Elkie quien venía a unos metros.

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