Pausada porque la autora anda releyendo su propia historia para actualizar.
Donde Tzuyu esta enamorada pero debe pasar por una serie de vergüenzas, a veces decir lo que uno siente no es fácil y menos si tienes una amiga con la personalidad de Jihyo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bonito día para declararse o bueno, al menos lo era cuando decidió salir de su casa para dirigirse a uno de los parques de la ciudad pero de pronto una nube había invadido el bonito cielo y lo más seguro es que en cualquier momento comenzara una tormenta, una bonita chica con rasgos canadienses rogaba al cielo que por favor le dejara llegar a su destino y que todo saliera bien.
La chica caminaba nerviosa y hasta cierto punto temblando. Iba hablando solita y la gente le miraba extraño, decía cosas cómo "Oye me gustas" luego negaba con la cabeza.
-No, no, no Somi, no se oye correcto- negó repetidamente y luego volvió a decir -Siempre me has atraído y creo que me gustas- habló al aire como si tuviera a alguien delante de ella, volvió a negar -¿Creo?- se preguntó molesta -Se supone que debes estar segura, idiota- se regañó a sí misma. -Me he enamorado de ti desde el primer momento en que te vi-
llegó al parque y se sentó en una de las bancas, le mandó un mensaje a Tzuyu pidiéndole que por favor la cubriera en la práctica, y luego siguió hablando al aire, diciendo muchísimas maneras de como podría declararse -Jihyo, eres la persona más linda que he conocido, me has gustado desde hace tiempo, y yo me preguntaba si a ti, solo quieres ¿te gustaría darme el honor de salir conmigo y ser mi novia?
-Me encantaría- se escuchó una voz a sus espaldas, la chica pudo sentir como su alma abandonaba su cuerpo y su corazón dejaba de latir, la coreana se puso delante de ella -Me encantaría ser tu novia.
La canadiense volvió al mundo y sin pensarlo dos veces se paró de su asiento, robándole un beso al la coreana. La coreana abrió un poco los ojos, no se esperaba eso de la otra chica, sin embargo siguió, unos segundos después se separaron,
La canadiense la observó, le sonrió y la abrazó. -Gracias, gracias- la felicidad en su voz no era algo que pudiera ocultar y aunque no había sido como había planeado por lo menos obtuvo la respuesta que anhelaba. -¿Puedo?- dijo refiriéndose a si podía besarla, la coreana asintió. Y despacio se fue acercando hasta los labios de la contraria donde comenzó un tierno y cuidadoso beso.
[>>]
-¿Y esa sonrisa de idiota a qué se debe?- la coreana llegó al departamento de Tzuyu donde la mencionada no dudó en notar la enorme sonrisa que está traía.
