Capítulo Nueve

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" Beso "

Itadori vio como entrabas a la habitación junto a Megumi y experimento envidia ya que el quería ser aquel que te cuidase, tomar el lugar que ese chico pelinegro tenia en tu vida.
ㅡ¿Celos del mocoso zenin?

Aquella voz que replicó a las cercanías de Itadori, se trataba de Sukuna, el que se encontraba en su mejilla manifestado en forma de boca de afilados dientes y aquel sello en su lengua.
ㅡ¿Qué haces?, No deberías estar aquí y mucho menos espiando mi vida.
ㅡSoy libre de hacer lo que quiera.
ㅡNo lo eres, desaparece.
ㅡAgradece que está niña tiene un pacto conmigo o de lo contrario ya estarías muerto mocoso.
ㅡEntonces vete.
ㅡMe iré, no por qué se lo órdenes mocoso, sino que no quiero ver tu desgracia amorosa, ni siquiera eres capaz de estar cerca de ella por qué te la quito el Zenin, patético.

Luego de aquellas palabras la maldición se esfumó tan rápido como apareció, sin embargo, las palabras que dijo no se esfumaron así de fácil, esto solo hizo que se quedarán rondando en su cabeza del joven de cabello rosa cuestionando sus sentimientos por ti y porque le molestaba tanto que Megumi ocupará su lugar, bueno, era extraño para el pensarlo de esa forma ya que Itadori y tú no eran novios ni mucho menos, pero pese a eso, el si sentía como si fuesen más que solo amigos y no comprendía por qué, además de no estar seguro si tú sentías aquella extraña conexión que tenían.

Mientras tanto en la habitación...
Al entrar a la habitación te sentaste en la cama mirando al joven de cabello negro que se sentó a tu lado, en su bello rostro prolijo se podía ver que estaba preocupado.

ㅡ¿Te sientes bien? ㅡte preguntó con un tono de voz amable tratando de ocultar lo mucho que le preocupabas. 

ㅡMe encuentro bien Megumi, es solo que no puedo dejar de pensar en todo lo que sucedió, esos humanos heridos y... ㅡpero antes de que pudiera completar la frase, el joven de cabello oscuro como el de su padre, te interrumpió. 

ㅡNo, no eran humanos heridos, eran maldiciones, alguien los transformo y no hay manera de que ellos puedan regresar a ser quienes eran, ¿ok? ㅡte aclaro mientras te miraba a los ojos, en una parte de ti pudiste sentir que su forma de hablar era como si en realidad quisiera convencerse a si mismo, como si el mismo quisiera creer sus propias palabras, lo que no te podía dejar segura. 

ㅡPero nosotros debimos haber hecho algo Megumi... 
ㅡNo, nosotros no pudimos hacer nada mas porque no hay nada que podamos hacer por esas personas, ellos fueron deformados de una forma horrorosa y nuestra única misión en esos casos es liberarlos de su dolor, no sabemos si eso es reversible, pero a juzgar por lo espantoso de su estado, puedo apostar a que no es asi ㅡte explicó. 

Tomaste sus manos. 
ㅡ¿estas bien?, no suenas muy convencido de tus propias palabras

Agacho su mirada correspondiendo tu acción tomando tus manos. 
ㅡNo lo sé, no puedo dejar de pensar en... ㅡse tomo un momento para pensar las cosas antes de hablar del tema que le era tan difícil confrontar. 

Te acercaste un poco mas a el joven para apoyar tu mejilla en su hombro. 
ㅡSea lo que sea, estoy aquí para ti, y si no quieres hablar de eso o aun no estas listo para eso, me quedare a tu lado, siempre lo he estado y siempre lo estaré ㅡle confesaste con las mejores intenciones que tenias en tu corazón hacia ese dulce joven de ojos azules intensos como el mas profundo de los océanos que se llenaba cada vez que te hacia sentir bien, pero no de una forma romántica en realidad, mas de una forma cariñosa, e incluso en algunas ocasiones hasta fraternal. 

El llevo una de sus manos hasta tu mejilla para acariciarla a medida que su mirada aun estaba agachada, solo un leve suspiro pesado y procedió a hablar. 
ㅡGracias, y solo queria confesarte algo, mi hermana mayor, se encuentra hospitalizada en coma hace mucho tiempo debió a una maldición... ㅡte confeso en cuestión de segundos liberando aquella carga que llevaba en tu pecho. 

De inmediato te levantaste de la postura que estabas y lo abrazaste haciendo que el pusiera su cabeza contra tu pecho. 
ㅡLo siento mucho Megumi, no lo sabia... 
ㅡNadie lo sabe, bueno, Satoru lo sabe, pero nadie mas porque no me gusta hablar del tema con nadie, pero... contigo me siento seguro para contarte todo ㅡte confesó mientras entrelazaba sus brazos alrededor de tu cintura correspondiendo el abrazo. 

ㅡEntiendo que no te guste hablar de ello, las maldiciones no solo nos afectan de forma directa, a veces ellos tambien pueden maldecirnos... ㅡle comentaste hablando desde tu experiencia. 

El joven te miro a los ojos, en ese momento llevo su mano hasta tu pecho, recordó aquella marca que tenias en tu piel por culpa de sukuna. 
ㅡEs cierto, pero debe haber una forma de remediar eso, asi como podremos encontrar una solución para mi hermana, ambas serán liberadas de sus maldiciones ㅡcomentó tratando de ser positivo ya que solo eso quedaba por hacer, solo ser positivos y esperar lo mejor o de lo contrario todo se podía ir al demonio. 

El joven tenia razón, sin embargo, no le estabas prestando toda la atención debido a que su tacto contra tu playera por sobre tus pechos te hizo sonrojar demasiado, a pesar de que no veías a Megumi de forma sexual ni romántica, ese tacto si parecía ser muy intimo para él. 

Notó que tu sentiste lo mismo que él, aquella conexión que iba mas haya de lo romántico y lo sexual, se sintió extrañamente atraído hacia ti y ya no lo iba a seguir negando ni un solo segundo mas, el necesitaba expresar aquellos pensamientos que siempre tenia contigo, inclusive de noche cuando nadie lo veía y su mente con tus recuerdos le jugaban en contra. 

Sus ojos se entrelazaron, estabas confundida, pero no por que sintieras algo por él, sino que no conocías sus intenciones, y necesitabas saber que era lo que sentía por ti, asi que solo te quedaste en tu lugar, estática mirando sus hermosos ojos sin decir ni una sola palabra. 

De un momento a otro, el joven de cabello oscuro se atrevió, llevo una de sus manos hasta tu hombro, te acerco un poco mas a su cuerpo, cerro esos hermoso ojos de color azul intenso oscuro y te beso en los labios como siempre había quedo hacer, a pesar de que el se lo negara a si mismo, no podía seguir negando lo que sentía por ti desde que se conocieron, era una emoción tan fuerte que ya lo estaba quemando por dentro, el sentía que debía dejarlo salir, exteriorizar todos sus sentimientos por ti y lo mejor seria besándote de esa forma tan apasionada y llena de emoción. 

Malditos - 呪われた [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora