De: El Chico Brujo
Para: El Chico Lobo
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toma mi vida y mi alma, conviértela en una estrella que brille como un todo...
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De: El Chico Brujo
Para: El Chico Lobo
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La Vida Es M...
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"El Verdadero Amor Nunca Tiene Final Feliz, Porque No Hay Final Para El Verdadero Amor..."
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Pequeños rayos de sol caían sobre su piel; dando una brillosa ilusión, tez de colores nieve, y su cabello que se movía levemente por el viento que corría.
Diversas flores adornaban el verdoso pasto, colores como blancos nieve hasta colores amarillos como el sol.
Sus ojos azules miraban hacia un pequeño libro que leía, su portada era de cuero marrón, y sus hojas eran de un color un tanto amarillento, separaba sus hojas con una flor blanca, todavía viva.
Parecía tranquilo y concentrado; como si el más mínimo ruido lo fuese a desconcentrar, sus manos suaves y medianas, hacían la acción de sostener o pasar las páginas.
- ¿Lumine? - una voz, lejana se escuchó por el bosque.
El joven de orejas, miró hacia arriba, parándose instantáneamente, para comenzar a buscar a la persona que pronunciaba su nombre.
Se sentía emocionado, camino a paso rápido, sin mucho apuro al chico, quien parecía de su edad un poco mayor, - un año quizá-, sus ojos eran color jade verdoso intenso, penetrante.
su pellejo de color trigueño y sus cabellos azabaches marrones, estaban un poco desordenados, en sus manos llevaba la correa del caballo que lo acompañaba.
Traía consigo una mochila de cuero, no era muy grande ni llamativa, parecía cargar varias cosas ahí.
- ¡Kody! -el chico incoloro se lanzó a él, abrazándolo en un abrir y cerrar de ojos.
El moreno sonrió, levemente, no le gustaba que le abrazaran, no era de de cariños, el menor lo sabía, pero era insistente y apropósito lo hacía.
-Llegas tarde -chillo, imitando una cara de enojo.
-Un brujo jamás llega tarde - intento no sonreír, ante la cara un tanto tierna de su amigo - Lumine, tampoco temprano, si no, precisamente cuando es el momento.
Ambos rieron, eso había sonado sabio y tonto para los dos.
-Te extrañe mucho mucho - murmuro el albino, alejándose un poco, para seguir el camino a dónde antiguamente estaba.
-Apenas paso una semana, además - le mostró una canasta que parecía llena de alimentos -Traje, un pequeño regalo.
