Capítulo 17: Un Hermoso Anochecer

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Ya conoces la rutina, ¿no? Recomendable usarlos: 🎧

Nos leemos hasta el final.

Lincoln: Entonces, ¿qué quieres hacer Leni? *con felicidad la veía, ocultando su doliente pecho, todo para que Leni no sospechara nada*

Leni: *saliendo de sus pensamientos* Perdón, Linky, me repites lo que dijiste, por favor. *sintiendo otra vez eso que la hace dudar*

Lincoln: Te decía, ¿qué quieres hacer en lo que nos resta de tiempo? *feliz*

Leni: ¿Estas seguro de querer hacer lo que yo quiera? *sorprendida*

Lincoln: Por supuesto, tú di y lo haremos.

Leni: Lincoln. *enrojecida* Hmm. *colocando su mano izquierda en su mentón de manera tierna, comenzó a pensar en una buena idea*

Leni: Ya sé. *chasqueando los dedos en señal de una idea* ¿Qué te parece si vamos primero de compras? Necesito ir para saber si ya tienen mi pedido.

Lincoln: Oh, claro. ¿Y después a dónde te gustaría ir?

Leni: Es una sorpresa. *feliz*

- Ya en el centro comercial -

Los hermanos fueron directo a la sección de ropa, pero para que Lincoln no se aburriera en lo que la modista hacia sus cosas, le dijo que podía ir a ver un rato a la tienda de historietas o la jugueteria.

Por desgracia no había nada interesante en la de cómics, seguían estando los mismos de la última vez que fue. Esto lo desepciono un poco. No tenía caso seguir allí, así que fue a la jugueteria, y por el contrario de la otra tienda, esta si tenia novedades. Recibiendo lo en la mera entrada, una figura en tamaño real de El Jefe Maestro hecha de legos, posando heroicamente, eso sin duda lo impresionó. Enorme e imponente. Obvio que saco su celular para tomarle una foto y de paso sacarse una selfie junto a semejante obra.

Lincoln: Ojalá Lynn estuviera aquí, le encantaría tomarse una foto. *suspiro*

Unos 13 minutos más o menos pasaron, el peliblanco seguía contemplando con maravilla varias figuras muy bien hechas, escenarios bien logrados y muchas cosas más. Claro que como todo niño quiso llevarse todos los sorprendes juguetes que veía. Pero en lo que observaba un estante de figuras, noto algo curioso, un osito de peluche de Domo que no debería estar ahí.

Lincoln: Ja, ¿y tú qué haces acá? *caminando hacia el*

En cuanto agarro el peluche, este se movió de un lado a otro con rapidez. El conejito salto del miedo.

Lincoln: ¡¿Pero qué rayos?!

No contento con espantar al pequeño, continuo moviéndose, pero con más calma, despacio, recorriendo el estante hasta llegar a la esquina.

En ningún momento el albino le quito los ojos de encima, estaba estupefacto, ¿cómo es que ese peluche se movía solo? Y lo que faltaba. Una voz extraña salió del oso de peluche, pronunciando: Lincoln.

Lincoln:... *retrocediendo* - ¿Cómo demonios sabe mi nombre? - se preguntaba para sus adentros.

Domo: Lincoln. No corras. Ven, acércate, tengo algo que decirte.

Lincoln: Esto ya superó el límite de lo extraño.

Domo: Lin...coln. Acercate.

Ni él mismo sabe por qué lo hizo, pero poco a poco, el conejito comenzó acercarse al peluche, era una voz extraña, pero por alguna razón emitía tranquilidad en sus palabras. Sin duda superó el límite de lo extraño.

A su lado no necesito a nadie más - Lynncoln & Lenicoln -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora