Capítulo 15: Cómo Pude Olvidarte.

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Recomendable usarlos 🎧 y con el volumen a tope.

Pasó una semana y poco más después de los últimos acontecimientos. La pareja de conejitos hizo su mayor esfuerzo para no repetir lo de aquella noche. Aún se demostraban su amor, pero, antes de que las cosas subieran de intensidad, se apartaban después de unos minutos de los besos. Hasta ahí habían acordado llegar, nada de besos en el cuello y caricias abajo de la cintura.

Cada que se despegaban de un beso, se podía notar en sus rostros las ganas y fastidio de no poder hacer más.

Lynn le dio su palabra al albino de que no haría gestos provocativos. El albino también acordó en no tentar a su novia de algún modo.

Que difícil era para ellos mantenerse a raya. Pero no había elección, la suerte no siempre estaría del lado suyo, y lo sabían muy bien.
Tendrían que controlar las hormonas lo mejor posible hasta que estuvieran completamente solos en la casa, y aún así, no podían llegar muy lejos.

Echar todo a perder, por solamente una tarde de pasión descontrolada. No valía la pena. Su discreto amor, la relación con sus padres, varias hermanas, y muchas cosas más se vendrían abajo como una fila de dominós. Un soplido, y la vida se les complicaría mucho.

Los momentos donde no estaban juntos eran los mejores para sobrellevar sus alteradas hormonas. Pero apenas se acercaban al otro, se ponía difícil. El tacto de las manos y sus ojos delataba el deseo y la tremanda resistencia de no caer.

Los entrenamientos de Lynn con su equipo, sin duda eran un respiro. Tener que contenerse cada vez más era una tortura para ellos. Esas horas de distanciamiento las tomaron como algo positivo, irónicamente por dentro también les dolía estar separados por horas. Desde que salían de la casa (7:00 AM) hasta la hora de comer (4:30 PM) volvían a estar juntos. Y si a eso le sumamos las horas que tenía que pasar Lincoln con las demás de sus hermanas (con de excepción de una) para que no sospecharan nada, y siguiera todo en orden... Un sacrificio necesario.

No le molestaba ayudar a sus hermanas con lo que sea, pasar tiempo con ellas era una buena forma de mantenerse distraído. Verlas sonreír y reír lo devolvían a la tierra y tranquilizaba, así para cuando estuviera nuevamente con su pareja, tendría la mente clara, cosa que no le duraba mucho apenas se besaban.

Si no ayudaba a sus hermanas cuando Lynn no estaba, veía la TV o entraba en modo introspectivo, y en uno de esos momentos, se dio cuenta de algo, algo que no lo habían dejado notar sus hormonas y mente ocupada.

Lincoln: *abriendo más de lo normal sus ojos* Cómo fui tan estúpido.

Lincoln: Leni.

Aquella bella chica de carácter relajado, siempre (o casi siempre) sonriendo, de aura especial e imposible de no quedar cautivado, se había vuelto una sombra. Una sombra que nunca dejó de sentir algo por él, pero que perdía fuerza con los días y el olvido. Aun cuando había dicho que no se rendiría tan fácil, cada día le costaba más mantenerse firme. En todo momento evitaba estar cerca suyo: ya no lo pedía ni un solo favor, no le dirigía la palabra, no lo veía y tampoco ya no le sonreía. Actuaba como si fueran unos completos desconocidos o menos que eso.

Lincoln: - dejando caer su cabeza en uno de los descansa brazos del sillón -

Lincoln: Leni, de seguro ya me odias. Hace tiempo que no sé nada de ti. Cómo, cómo pude olvidarte. Estuve perdido en mis pensamientos que ni note tu ausencia.

Lincoln: Ahora que aclaro mejor mi cabeza, puedo recordar tu voz, esa hermosa y dulce voz cantando me. - sumergiéndose más - Tu sonrisa que me daba fuerzas para hacer lo que sea. Tu risa pegadiza y melódica.

A su lado no necesito a nadie más - Lynncoln & Lenicoln -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora