Por favor, quédate ;;YOONMIN

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Jimin y yo vamos caminando mientras hablamos sobre nuestros gustos y la vida cotidiana de cada uno, me gusta cada cosa que habla sobre el, siempre lo estoy mirando en que tenga cuidado, le miro los ojos que me ponen nervioso es por eso que veces no me acuerdo de lo que me habla.

-¿Te acuerdas Yoongi?-

-Ah... si si si.- Jimin me detuvo y me miró fijamente con sus brazos cruzados.

-Nunca te acuerdas de las cosas que hablo ¿Acaso no te intereso? - me quitó de mis pensamientos.

-Si me interesas, es solo que se me olvidan las cosas... perdón- Jimin rodeó sus ojos.

-No te preocupes, perdón, puedes contarme de nuevo porfavor- le dije casi suplicando que me perdonara la vida, soy un desastre.

Esto me pasa todo el tiempo, me pierdo en mis pensamientos, quiero saber todo de él pero me quedo embobado ¿es normal esto? quisiera acordarme de las cosas pero mi mente las bloquea.
Caminamos hasta a un restaurante de pollo coreano, nuestro favorito, a Jimin le encanta comer aquí, venimos todas las semanas sin falta, a veces invita él, a veces invito yo, incluso a veces pagamos mitad y mitad, me encanta pasar mi tiempo con él, es relajante, me libera de todo mi pasado, es como mi refugio, quiero dedicarle mi vida a él.

Cuando regreso a casa me dispongo a hablar por teléfono con Taemin, somos como mejores amigos o algo así, aunque a veces me siento un poco incómodo con él.

Taemin suele llamarme a las 3:00am para desahogarse conmigo, yo siempre estoy para él, muchas veces vamos a su casa a hacer tonterías, el me presentó a Jimin y estoy muy agradecido, aunque no le gusta que hable de él, no se porqué, así que no le contaba mucho las cosas que hacíamos Jimin y yo.

Jimin y yo nos vemos muy seguido, bastante seguido diría yo, siempre salimos incluso para conversar en un parque cualquiera.

Aunque somos simples amigos, se notaba la tensión que había en nosotros, la gente en la calle nos miraba, yo siempre lo abrazaba.

Un día nos sentamos en el césped de un parque y nos miramos fijamente, poco a poco, nuestros labios se juntaban, sentía su respiración y su aliento, algo que nunca olvidaré, nuestros labios se rozaron y nos dejamos llevar por el momento... un momento muy sagrado que apreciaré hasta el momento de mi muerte, desde ese momento, nuestra vida cambió para siempre, al menos para mi.
Jimin me besó, nos besamos, fue algo mutuo, algo hermoso, algo que no podía creer, en ese momento especial pasamos de ser amigos a ser algo más que eso, nuestros sentimientos estaban mas claro que el agua, ambos estábamos de acuerdo en que queriamos ser más que amigos y así fué.