── ¿Está todo bien, joven Lee?
Minho sentía como el agua de la ducha aún goteaba por su cuerpo, abandonando su cabellos para deslizarse por su cuello y seguir el recorrido hasta su firme espalda. Esa mañana había dormido solo a sus anchas y ahora se encontraba sentado sólo en la mesa mientras su cabello se encargaba de humedecerle el rostro y parte de su camiseta blanca.
Tomó una cuantas frutas cortadas y se las metió a la boca tomando luego el agua que tenía infinitos cubitos de hielo.
── Eso creo. ──Dijo viendo como la anciana se disponía a limpiar la salaㅡ. ¿Mis padres ya se fueron, verdad?
── Sus padres salieron esta misma mañana y su hermana también, aunque dijo que no demoraría en volver. ──Continuó sin mirarle a los ojos.
── ¿Y qué pasó con todo el personal? No veo a nadie. ¿Se tomaron el día libre?
── Su madre nos volvió a dar el fin de semana libre, señor Lee. Sólo quedamos en casa Seungmin y yo.
Enseguida abandonó las frutas y empezó a verificar sus nuevos mensajes. Eran 50 mensajes y todos de la misma mierda.
── ¿Seungmin? ──Contestó deslizando los dedos en la pantalla de su móvil.
── Sí. El bueno de Seungmin tampoco quiso marcharse porque le es difícil volver a su pueblo...
Cuando dijo "bueno" no había duda de quién estaba hablando.
── ¿Qué edad tiene Seungmin? ──Interrumpió con voz calmada enviando unos diez mensajes a la vez──. ¿Es menor que yo, no?
── Él tiene diecinueve años, joven. Usted es mayor por cuatro años.
── Oh, vaya... ¿Seungmin está aquí entonces?
── Sí, él está en casa.
── ¿Y qué está haciendo ahora? No lo veo mucho por aquí, ¿Sólo se encarga de lavar los platos o qué?
Platos. El sólo haberlo mencionado le hizo recordar al día anterior al punto de empezar a toser al sentir el hilo raspando su garganta.
── No, él se encarga de todo también... ahora está ordenando la biblioteca del señor.
── Vaya, cuánto trabajo... ──Se levantó del asiento estirando sus músculos y siguió──. ¿Sabe? Voy a hacer una reunión por la noche, sólo quería avisarle.
Se metió otro cubo de hielo entre sus labios sintiendo como se deshacía en su lengua y abandonó el comedor, rumbo a su dormitorio. Podría largarse de la casa, desaparecerse todo el día y disfrutar de hasta las últimas consecuencias. Al final, la casa era toda para él nuevamente así que era mejor esperar a que el resto llegase que él mismo ir a buscarlos. Además, sus compañeros de caza-sexo-y-bebida no tardarían en llegar y alborotarle su tranquilidad, así que tendría que aprovechar lo poco que le quedaba de soledad.
Estuvo al borde de meterse a su habitación, pero prefirió cambiar de rumbo y continuar hacia las escaleras opuestas bajando cinco escalones de un salto y mordiéndose el pulgar cuando aterrizó en el largo pasillo de la parte trasera de su mansión.
Dio unos cuantos pasos mientras pasaba su mirada por las blancas paredes y las puertas cerradas de las habitaciones. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo por ahí. En realidad, le importaba una mierda lo que hubiera ahí si no era alcohol. A parte del polvo que se colaba por sus fosas nasales y hacía trizas sus pulmones. Pero ahora no olia a polvo, si no a algo muy distinto; algo entre manzana y limón. Exhaló un tanto y en cuánto encontró una puerta abierta se recostó sobre el marco observando la interesante imagen de Seungmin que se encontraba haciendo vagos intentos de alcanzar un libro, que para su pésima suerte estaba demasiado alto.
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inocencia pasional ✧ knowmin
FanfictionHay cinco cosas que vuelven loco a Minho. 1; La forma en la que el rostro inocente de Seungmin se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas en el oído. 2; Como Seungmin desciende la mirada cada vez que lo tiene cerca. 3; Como Seungmin se r...