⁰⁶➝ leche de fresas

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— Nini... —llama el omega en un susurro.— tengo frío.

— Oh bueno bebé, pero estamos en verano —remite Ni-ki con un tono preocupado, a la par que su mano se extendía en la frente de su novio buscando medirle la temperatura corporal.— no estás caliente... A ver Sun ¿Cómo te sientes? ¿bien? ¿mal? ¿desayunaste? ¿te duele algo, pequeño?

— Uh, no, tonto —canturrea él jalando del polerón del mayor con un puchero.— quiero que me des tu poleron Nini... —balbucea llenando las mejillas de un escarlata, haciéndolo verse tan adorable.

Ni-ki asiente expulsando un suspiro de alivio, recuperándose del casi paro cardíaco que iba a recibir; en serio pensaba que a Sunoo le había pasado algo. Pero tampoco es que le eche la culpa al omega, el rubio tenía sobrellevado en la cabeza lo cuan sobreprotector llegaba a ser con su pareja, y es gracias a todo el amor que resguarda por él.

Se quita la prenda y se le extiende a Sunoo, que inmediatamente sonríe y lo toma. El omega lo pasa por su cabecita y segundos luego éste ya la tenía puesta hasta casi por los muslos ya que, la diferencia de tamaño se trataba de una a plena vista. Él juega con las mangas un momento con un semblante de inocencia, mientras que para Ni-ki estaba observando al ser más bonito y santurrón del mundo, dejándolo enternecido.

Maldición Kim Sunoo.

— Nini, si es verano ¿por qué usas polerones? —cuestiona de la nada, vaciando el trance del alfa en un instante.

Ni-ki lo mira un segundo, crispando los hombros.

— A mi no me dan calor, bebé ¿y a ti?

— Nope.

De repente el omega sonríe lo más grande que puede, mostrando su típica sonrisa gomosa y lanzando una pequeña carcajada a la vez, buscando que su novio haga lo mismo.

— ¿Por qué te ríes, Sun? —le pregunta, buscando hallarle gracia a su acción.

— Es que nope es una palabra taaan divertida, Nini —Le comenta él aún riendo. Ni-ki frunce un poco el ceño, no le ve nada chistoso.— a ver, dilo tú, vamos, vamos.

— Ya vamos a entrar a clases Sun, recuerda que somos de diferentes salones y diez minutos antes de que toque la campana debo ir al mío. —le comenta Ni-ki obligando al pequeño a hacer un puchero con sus labios, desde que comenzaron a salir acordaron en llegar temprano solo para pasar tiempo juntos como pareja, además de los mimos que ponen de un buen humor a Sunoo ya que en las mañanas suele levantarse de pésimo humor y merodear con esa naricita arrugada creyendo que intimida todo a su paso no está en los planes del alfa y sus caricias.

El rubio gira el cuello atisbando al reloj de la pared para encontrar la hora, y, como lo dedujo solo faltaba aproximadamente veintiún minutos para que se retire y deje a su novio realizar su horario escolar.

— ¿Y como vas con las clases? —pregunta tomando por fin asiento, Sunoo junta las mangas del poleron viéndolos entre sí aun con los labios abultados, solo asintiendo como respuesta.— ¿eso es un bien, Sun?

— Noup, todo lo contrario, voy a perder álgebra —él se alza de hombros caminando hacia Ni-ki y sentándose en su regazo.— es que la maestra Bae esta de mal humor siempre, Nini, y se la agarra conmigo, para mi que en su casa no le dan.

El alfa casi se atraganta con su saliva por lo ultimo que dijo su novio ¿Desde cuando su pequeño inocente dice frases de tremendo calibre? El doble sentido esta elevado ahí, y en especial por la mueca de Sunoo que es una risa para él mismo.

Se pudo imaginar miles de escenarios donde a la profesora Bae le... Y saben, eso, que ni él mismo se atreve a pronunciar en su mente porque no es lo indicado, pero gracias a Sunoo lo esta haciendo un poco, y la imagen no es para nada gustosa o como un uso de autoplacer, todo lo contrario. Su cara se torna colorada y abraza la cintura de su omega con fuerza plantando un beso en su cabeza castaña.

Qué pecado, Sunoo.

— ¿Como que no le dan? —Y, para tener un fuerte golpe que lanzarse luego, a él se le escapa su interrogante.

Traga saliva, tiene esperanza con que haya oído mal. Sí, debe ser eso.

Pero ¿Quién mierda entra a un estado de pánico cuando su dulce e 'inocente' novio hace referencia de una frase de doble sentido?

Sí, Ni-ki.

Se pone más nervioso en el momento que su novio lo mira con toda la obviedad del mundo.

— Pues no le dan, Nini —suelta él con un tono dulce, escondiéndose más en los brazos del alfa— no le dan la leche de fresas que a mi me pone de buen ánimo y por eso está de gruñona, pobrecita.

Puede respirar en paz; su bebé aun es puro.

— ¿Por qué Nikk? ¿Pensaste en otra cosa a la que me refería? —se gira de su posición aún en su regazo observándolo con orbes de un niño desentendido.

— Nope. —contesta dejando otro beso en su cabellera mientras resonaba el timbre de clases avisando que de habían pasado de la hora programada y que el alfa tenía que retirarse.

Sunoo lloriqueo como cachorro porque no le apetecía alejarse de su alfa ni un centímetro y Ni-ki solo le prometió comprarle leche de fresas si le esperaba hasta el momento de almorzar obligando inmediatamente a su novio aceptar con una ancha sonrisa y un beso en la y mejilla que hizo oír ese 'mua' típico en el.

Ahora solo debe esperar por su leche de fresas
pacientemente.

Soft sex. ‹𝟹 SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora