04. El vecino

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El día sin duda alguna no había sido de mis favoritos. Demasiada tarea por entregar, demasiado que estudiar además mi autobús me había dejado por lo que tuve que volver a casa a pie, eso sin contar que a mitad del camino había empezado a llover.

Ahora mismo caminaba entre la lluvia con las manos en los bolsillos de mi sacó gris que tanto amaba, de vez en cuando saltaba en algún charco de agua que veía, de todas formas hoy era Viernes y era día de lavar la ropa.

Después de algunos minutos pude ver al pequeño edificio en donde vivía por lo que acelere el pasó con la ansía de llegar a mi pequeño departamento desaserme de la ropa moja e ir directamente hacía mi cómoda cama y arroparme con mis calentitas mantas. Una vez frente a mi puerta me dispuse a buscar las llaves de mi departamento y al pasar los minutos caí en cuenta de algo.

¡Había olvidado mis llaves!.

Bufé molesta por el mal día que estaba teniendo. Me senté en el suelo con la espalda pegada hacía la pared de mi departamento y mis piernas pegadas a mi pecho, no tenía de otra más que esperar a mi hermano a que llegará de su trabajo y pudiera abrir la puerta.

Media hora había pasado y sin saber que más podría hacer saque mi celular conectando los audífonos y poniendo música en aleatorio para que pudieran hacerme compania en lo que llegará mi hermano. Cerré mis ojos y apoye mi cabeza sobre mis rodillas dispuesta a esperar por largas y solitarias horas.

Dos horas habían pasado cuando sentí la presencia de alguien más sentándose al frente de mi. La curiosidad fue más grande que me hizo levantar la cabeza y abrir los ojos a ver de quien se trataba mientras sacaba uno de mis audífonos. Al frente de mi se encontraba un chico de más o meno mi edad sentado en la misma posición que yo, el chico al sentir mi mirada alzó la cabeza mirándome a los ojos dejándome ver sus ojos cafés claros al igual que algunos de sus lunares en su rosto.

Al darme cuenta de lo que estaba haciendo aparté la mirada de inmediato con las mejillas ruborizadas mietras me maldecía internamente. ¿Cómo es que le había mirado sin disimulo alguno? Que vergüenza.

—Parece que estamos en la misma situación ¿no?.—habló el chico enfrente de mi.

—Tal parece que si.—me limite a responder aún sin volver a mirarle.

Luego de eso nadie volvió a decir nada por lo que, evidentemente, empezaba a ser incómodo y deseaba que mi hermano llegará lo más rápido que pudiera.

One Shots ! Dylan O'brien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora