Muchas veces pensamos
que escapándonos a otro lugar,
seremos felices por fin. Pero lo que no pensamos es que realmente, de lo que intentamos escapar, es de nosotros mismos.
¿Tienes problemas y estás sufriendo?
No eres lo demasiado fuerte.
Sé mas fuerte.
Supérate a ti mismo.
En el juego de cada uno, tú inventas tus propias reglas.
Ceñirte a lo mínimo y a lo máximo.
Exigirte más o menos.
Son tus reglas, tú mismo las pones.
Y en la mayoría de los casos, insconcientemente y ese, en muchos casos, es el problema.
Porque a no ser que te eduquen diciéndote que tienes que mantener tu cabeza siempre firme, mirarás hacia abajo.
Y ahí es donde, al no poder ver lo que tienes ante tus propios ojos,
empiezas a sumergirte en tu imaginación por no ver la realidad, que está más cerca de lo que tu crees.
Y cada vez te sientes más cómodo en tu imaginación.
Y cada vez que intentas mirar al frente, vuelves a mirar hacia abajo.
Porque te duele.
Porque es demasiado duro.
Porque la imaginación te ha hecho débil.
Y nos inventamos la excusa de querernos irnos a otro lugar, porque en el que estás, lo pasarás mal.
Y nos convencemos a nosotros mismos de que al lugar que queremos ir, estaremos mejor que en el otro.
Pero no es así.
Tan sólo queremos escapar de nosotros mismos.
De nuestras debilidades.
De la realidad.
