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Hyunjin despertó atontado, sin saber qué hora era, y sintiéndose desorientado, mira hacia todos lados buscándolo, grita su nombre, pero nada, Minho se había ido sin despedirse.

Evidentemente se fue temprano, mentiría si dijera que no lo desanimaba el hecho de que el mayor lo haya dejado durmiendo, o que no le hubiera dado un beso al menos, una palabra fugaz.

Detestaba el hecho de que se sentía tan solo sin su Daddy, y para colmo estaba empezando a excitarse, con solo pensar en esos fornidos brazos, en su larga...ok, definitivamente debía dejar de pensar en eso, pensó en darse un baño, pero la cama estaba muy deliciosa, decidió acurrucarse entre las sabanas y seguir durmiendo.

Pero su conciencia lo traiciono, llevándolo de nuevo a pensar en Minho, ya no siente su calor, solo recuerda el vago reflejo de su mirada, sus ojos brillando de lujuria y deseo. Y no sabe cómo haría sin Minho, sin todo su ser, recuerda patente la noche en que dejo envenenada su piel, su primera vez con Hyunjin, la vez lo volvió adicto a sus besos y a ese calor tan bestial.

Flash Back

Deja de mirar, Hyunjin, deja de mirarlo.

Eso era lo único en que podía pensar, apenas prestaba atención a la conversación que estaba teniendo con Minho, no pasaba de unos asentimientos de cabeza y sonrisas fingidas, estaba más atento a la forma de la entrepierna de su Mayor, que a otra cosa. Esa tarde había sido puras serpeáoslas, primero el hecho de que ahora se podría mudar de edificio, dejando atrás el de sus padres, para irse a compartir edificio con Jisung, si con Jisung, aunque el lo iba a cubrir. Y después se decido a darle las buenas noticas a Minho, con un regalo, escogió la falda más corta que encontró y se la puso, vaya sorpresa se llevó el mayor al verlo, cuando subió al auto después de clases, cuando se quitó el buzo, quedando en camisa y falda.

Pero ahora estaban charlando de puras banalidades, claro que Hyunjin no podía despegar la mirada de cierta zona en particular, aunque no era totalmente su culpa, Minho se había decidido a no tocarlo, porque quería que confiara completamente en el, puras idioteces a opinión del menor.

— No del todo, llega un punto en el que te acostumbras, aunque la exposición no es para cualquiera, a veces es agotador no tener un respiro.

— Oh... Ya veo.

Hyunjin bajó un poco más la vista hacia la cremallera y mordisqueo su labio inferior imaginándolo desnudo y...

— Deja tu mochila en el asiento trasero y agarra las llaves — La manera con la que suelta esas palabras espantan los pensamientos pecaminosos de Hwang, quien lo mira confundido al hombre al volante— Vas a entrar y me esperaras de pie en la sala.

— ¿Qu-qué?

— Sabes muy bien lo que has estado haciendo, Hwang y. Te quiero de pie en la sala, ahora.

Parpadeó asimilando sus palabras y al ver su mirada expectante y seria, agarró las llaves que sostiene en su mano delante antes de acatar sus órdenes.

¿Por qué no me siento asustado ante sus palabras?

Camino hacia la puerta de su casa y giro la mirada hacia atrás chocando con la expresión atenta a sus movimientos, indicándolo a que entre y le haga caso. El olor a flores e inciensos se filtra en sus fosas nasales ni bien abre la puerta y se desliza con cuidado hasta la sala, quedando frente al único sofá caoba.

Exhala con fuerza. Él sabe que lo he estado mirando, pero ¡Dios! hubo algo en la forma en la que habló que lo hizo ansiarlo. Más que un miedo, una chispa de adrenalina ha empezado a correr por su cuerpo.

𝕊𝕦𝕘𝕒𝕣 //ᴴʸᵘⁿʰᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora