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Fue mi culpa por ilusionarme.

Ver algo que nunca iba suceder y que nunca fue.

Todas esas veces, solo fueron producto de mi mente

y débil corazón.

La atención solo fue cortesía.

Las sonrisas solo fueron de amabilidad.

El brillo en tus ojos que llegué a ver, nunca fueron especiales.

Mientras yo te observaba en silencio, tu nunca volteabas a verme.

Mientras yo te mantenía entre mis pensamientos, yo no era parte de los tuyos.

Jamás lo fui.

Aun así caí en tus encantos, ¿y como no hacerlo? Si hacías agitar mi corazón con tu única presencia, aquellos hoyuelos que me fascinaban, tus actos tan sinceros y preocupados por mi, siempre manteniéndote al tanto de mi, preguntándome como estaba mi día, regalándome pequeños pedazos de cielo que me hacían flotar y atesoraba.

Y entendí que solo fui yo quien te malinterpretó...

Cuando llegó ella:

Ya no volviste hacer lo mismo de la misma forma.

Ya no volví a ver tus acciones de la misma manera.

Le sonreías con mayor intensidad.

Te preocupabas más y siempre estabas atrás ella.

Aquellos brillos aparecieron en tus ojos, solo y exclusivamente para ella.

Escucharte decir "me gusta" 

Dolió.

Aun así te apoyé porque tu felicidad era mayor que la mía y porque por mas que lo intentara mi destino no era y no lo sería a tu lado, no en esta vida porque nuestros caminos no se entrelazan y fue mi culpa nunca verlo.

Por eso te dedico esta carta a ti, Mr.Yellow Heart.

Al chico que me enviaba corazones amarillos e imaginaba que había un mensaje detrás.

Al chico que con un solo mensaje me hacía sonrojarme.

Al chico que nunca me vio.

Al chico que me enamoré profundamente.

Te lo regreso, cada una de mis emociones, cada una de mis lagrimas, y cada corazón en nuestro chat, porque no deberías enviármelo a mi, sino a ella...




Diario a la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora