De Paseo Por Zavi

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Era como nosotros habíamos llamado a su planeta, diminutivo del nombre de la estrella que le da vida Zavijava, parecía un nombre apropiado.
Claro que este planeta tenía su nombre autóctono dado por sus habitantes pero no gusto mucho entre los tripulantes de la nave y al final quedo como Zavi, evidentemente solo para nosotros.

En este tiempo me hice amigo de diversos habitantes que me enseñaron un montón de lugares maravillosos de la zona y cuantiosas  cosas de su cultura, deporte etc.
El intercambio era mutuo, había muchas cosas diferentes y otras no tanto, tenían una rica cultura musical la cual me pareció más que interesante también en cine y televisión habían avanzado mucho y muchas series eran francamente geniales, pero me interese más por los documentales, ya en la Tierra no paraba de ver antiguos documentales que mostraban como era nuestro hogar en su pasado esplendoroso, era algo que me encantaba ver y disfrutar añorando un pasado mejor y ellos también contaban con muchos los cuales vi más que nada de los que me recomendaron principalmente, animales más que estraños se veían un montón de parajes privilegiados, mares gigantes, océanos inmensos, montañas más altas que el mismísimo Everest.

El mar era algo que me inspiraba mucho, el mar de Zavi es tan fresco como el aire, es tan largo como ancho, su color que le viene del cielo, te trasmite paz como la dulce sensación del sueño, un ambiente de tranquilidad. Uno de los lugares favoritos de los niños para pasar el rato y disfrutar del día soleado. Sin duda el lugar propicio para descansar y borrar todo lo malo que te pueda estar sucediendo en la vida. Este mar te habla con sus olas solo debes de escuchar con calma lo que este te susurra en cada acometida, en cada vaiven de su oleaje. Esta puede ser tal vez la mejor sensación del mundo,  me pase días enteros con la brisa marina como acompañante lo cual poco a poco me fue volviendo más y más moreno, casi irreconocible a como llegue.

Estaba continuamente visitando lugares, en la Tierra yo solia moverme poco, los recónditos interiores de las ciudades subterráneas eran idénticos en todas las zonas carentes de un mínimo interés, mas aquí encontraba ante mi un mundo maravilloso puesto ante mis pies y no dejaría rincón por explorar.
No existían grandísimas elevaciones en el planeta Zavi pero si montañas preciosas.
¿Que tenían las montañas que el corazón añora?
¿Será el bendito canto de sus árboles donde jilgueros cantan el despertar del alba? 
¿Que tendrán las montañas?
Tal vez sea su olor a pino y herbáceas fragancias o su soledad y tranquilidad con sus cumbres blanquecinas.
Algo tendrá la montaña que con su preciosa voz me animaba el día y conseguía que el este tocará a su fin en un abrir y cerrar de ojos.
Quizás sus arroyos traslúcidos cayendo colina abajo o tal vez será su silencio en las noches frías de luna serena. Las montañas una esbelta y alta dama por la cual paseaba diariamente descubriendo cada día una nueva aventura y un nuevo placer.

Por otro lado yo a los humanoides les descubrí una nueva pasión el fútbol, tenían deportes parecidos pero no uno igual a este. Tal vez el deporte más internacional en mi mundo gustará en este otro y así montamos las porterías y pintamos las líneas con pintura blanca y una vez explicadas las normas comenzó el partido, creo que las entendió todo el mundo.

Lloré lo reconozco, la sensación de la brisa en la cara el calor del sol y la pelota hacia mí a toda velocidad despertó en mí una sensación nunca vivida de tal modo, vivíamos todos sumergidos en otro mundo, un mundo más digital que real las experiencias físicas eran escasas en un mundo desolado y altamente tecnológico un mundo obsoleto y esto me superó. Controle el balón como pude este venía endiablado y lancé un trallazo con todas mis fuerzas que se coló al fondo de la portería, recibí los aplausos de mi equipo y continuamos jugando fue un día fantástico.

Otros días jugamos al tenis, ellos tenían un deporte parecido pero que se jugaba con unas raquetas de madera en pistas rodeadas de paredes donde la bola podía rebotar como el pádel pero más grandes. Otros deportes eran similares a los de la Tierra como los de motor que usaban vehículos de todo tipo y ganaba el que llegaba primero a meta, la natación era muy practicada por ellos, eran excelentes nadadores pulverizarian las mejores marcar en las olimpiadas.

El intercambio de cultura era enriquecedor y nosotros también aprovechamos mucho para aprender nuevas tecnologías, a pesar del parecido este mundo no era del todo igual al nuestro y había nuevas materias desconocidas para nosotros, la tabla periódica debió de revisarse y ampliar era trabajo para los científicos de la nave, todos teníamos montón de trabajo aún que los días libres era también muchos.

Las experiencias en este mundo son apasionantes nuestras vidas habían sido muy aburridas hasta llegar a este mundo y la satisfacción de estar haciendo tantas cosas apasionantes nos tenía simplemente asombrados. Aun así parte de la tripulación de la nave quería irse del planeta, muchos no se adaptaban a este planeta, al principio todos estaban contentos pero pasados ya tres años las cosas no eran tan afables.

Nuestros amigos los humanoides no nos trataban para nada mal, todo lo contrario querían que nos quedásemos, era más idea de algunos que aun estando en un mundo genial lo que querían es comenzar una vida real, entendiendo por eso una vida propia de la especie humana en un nuevo mundo habitable pero virgen sin vivir así al lado de otros,  sin compartir un planeta con nadie como era el objetivo de la misión del cual casi nadie se acordaba ya.

La decisión era ardua y pesada lo que ere evidente es que los que desearan permanecer podrían permanecer y instaurar un nuevo hogar en este planeta y si alguien se quería ir tendría que ser en la nave, para seguramente no regresar jamás aquí.

Por mi parte nunca lo tuve para nada claro, no sabía qué hacer, quedar aquí  significaba el final del viaje que por una parte había sido largo, pero que ahora con energías renovadas no era descartable continuar.
Dependería de quien decidiera seguir adelante y de qué objetivos se marcaran, en caso de no haber nada demasiado esperanzador sería mejor quedar aquí que perder el tiempo por el espacio sin muchas opciones de descubrir algo bueno, pero mis ansias de descubrir y conocer eran inmensas como sucede con la mayoría de los jóvenes.

Este planeta era genial pero no nos engañemos no iba a ser nunca nuestro hogar quizás a largo plazo salga bien la convivencia con ellos o tal vez no
No lo sabríamos pero en todo caso lo íbamos a intentar todo la decisión se tomaría como es habitual en consenso.

Fin HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora