Destino

68 5 0
                                    

La decisión se estaba desmenuzando, no era algo para tomar a la ligera. Por mi parte lo tenía bastante claro quería vivir emociones y este planeta era precioso pero perderme una aventura como la de viajar por el basto espacio no sería lo suyo, si decidían partir casi seguro iría con ellos.

El paso de los días me lo iba aclarando, la nave estaba perfecta, preparada para la ruta, los víveres de nuevo a tope y las sorpresas no paraban de llegar algunos de nuestros nuevos amigos querían unirse a la aventura del espacio, ellos nunca habían salido de su planeta y las ilusiones de ver las estrellas y nuevos mundos era enormes. Muchos humanos no tenían esa idea querían quedar en paz y vivir en un planeta maravilloso para que buscar más si esto era lo que partimos buscando desesperados de nuestra Tierra moribunda. Al final tan solo veinte humanos quisieron continuar con la aventura entre ellos está yo, a nosotros se iban unir treinta nuevos tripulantes nativos de Zavijava.

Una tripulación reducida de 50 partiría de nuevo por el mundo y nos fijamos un nuevo objetivo.

Ellos eran diferentes a nosotros creo que me recuerdan a lo que leía de los humanos antes del salto tecnológico, eran parecidos a ellos. Abiertos sin preocupaciones mayores que vivir el día a día, estudiosos del mundo que les rodea desde su planeta, si bien es cierto que tenían telescopios al no haber salido fuera desconocían muchas cosas. Nuestra aportación fue vital para ellos, su planeta se veía amenazado por muchos asteroides en colisión con él, estaban relativamente cerca de un cinturón de anteriores, el cual contaba con millones de ellos de diferentes tamaños que de vez en cuando impactaban contra el planeta, con nuestra ayuda comprendieron mejor como controlarlos y cómo evitar los desastres que estos erigían.

Vivían sin estar inmersos en lo virtual, eran gente de mundo, viajaban y recorrían su planeta, no existía fronteras aun contando varios idiomas en el planeta los países como tal no tenían lugar. Y su vida era más parecida a la antigua humanidad.

Sin embargo nosotros vivíamos aun habiendo salido de nuestro planeta igual que en él. Cambiamos nuestro rincón subterráneo por una nave que surca el espacio intergaláctico mas la vida continua idéntica. La mayoría pasamos el día viviendo en ese mundo virtual, obviando a quien nos rodea, incluso a nuestros nuevos amigos, no fueron muchos los que en realidad compartieron experiencias con ellos. Era una vida en realidad triste y sin aprovechar pero era así como la teníamos montada, ilusiones puestas a nuestros pies, montadas en nuestra cara para que vivamos como a algunos les interesa que lo hagamos.

La convivencia con esta gente podría quizás cambiar algo en nuestra cultura en nuestra forma de ver la vida, ellos no conocían la religión nunca habían contado con ella ni necesitado explicación para imaginar cómo empezó el mundo. Nosotros la habíamos olvidado y vuelto en ella mil veces. Fue en el pasado un ciclo continuo.

Al final la decisión se tomó y decidimos partir en un mes, preparamos todo, nos despedimos de los que se quedarían conscientes de lo raro que sería volver a verlos y nos dispusimos a vivir otra aventura, tal vez la última.

Fin HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora