Hermione Jean Granger y Harry James Potter

Capitulo XXV

Todo fue de maravilla ese día, Harry no se despegaba de su pequeña Lili parecía embrujado por aquella bruja miniatura, era idéntica a su madre esos ojos verdes esmeralda lo dejaban hipnotizado, estaba enamorado de su bebé, un nuevo amor diferente al romántico, este era un sentimiento de protección y fuerza se sentía capaz de todo, incluso de volverse a enfrentar a Voldemort por su pequeña, ahora podía entender el amor tan grande de su madre que dió la vida por él, si los tiempos volvieran a la oscuridad no lo pensaría dos veces para entregar su alma para protegerla a ella o a su Hermione, la mujer tan maravillosa que le dió vida a su amor.
Pasaron el día en casa, Hermione cocino algo modesto pero delicioso, quería sorprender a Harry aunque le costaba admitirlo, ya que su corazón seguía sensible después de saber el motivo de su desaparición, a pesar de eso no se negó a dejarse consentir por él, aunque claro dentro de ella aparecieron ciertos celos por la atención excesiva que Harry dedicaba a Lili, pero obviamente estaba feliz de ver a aquel par juntos era una imagen muy emotiva, un sueño del que no deseaba despertar.
Al llegar la hora de comer Hermione coloco la comida en la mesa y la papilla sobre el portabebé, fue hasta Harry que jugaba con su pequeña en la sala y le dijo que la comida estaba lista, asintió llevando a Lili a la cocina y colocándola en el portabebé.

- Muy bien mi cielo hora de comer, te prepare papilla de verduras ¡Yumi!

Al acercarle la cuchara a la boca Hermione a Lili ella hizo cara de asco y se negó a comer, haciendo un puchero.

- Oh por favor Lili tienes que comerla necesito que crezcas y seas muy saludable, por favor no reniegue la comida, no seas como tu padre.

Harry abrió los ojos como platos y se quejo.

- ¿Disculpa? Yo siempre como mis verduras ¡Hp!

- ¿Enserio? Bueno ya que tú lo haces muy bien intenta que tú hija siga tu buen ejemplo.

- Déjamelo a mi

Harry tomo el lugar de Hermione y se acercó a Lili con gestos bobos y hablando como bebe.

- A ver mi princesita hermosa, abre la boquita y come tu papilla.

Lili lo vio como un bicho raro y volteo el rostro, obviamente eso tenía que ser de la genética de Hermione, pero olvidaba que él era él único ser que podía convencerla. Así fue como Harry cambio de estrategia, puso una cara un poco seria y coqueta con su hija.

- Muy bien mi señorita, tiene que comer para convertirse en una mujercita hermosa y radiante, anda come mucho y papá te comprará un pony.

Lili se quedó quieta por unos instantes ante él discurso halagador y el soborno de su padre, como si lo analizará y se hecho a reír, aceptando comer sin más rodeos.

- Oh por Dios mi pequeña Lili si que tiene la sonrisa más hermosa de todo el mundo mágico.

- Si cariño será toda una rompe corazones como su padre, solo te advierto que es muy inteligente para su edad, así que veremos con que le compensas el pony.

- Demonios no lo pensé antes de hablar, Mione mi amor considera...

- Ni siquiera lo pienses Potter, no tendremos un pony en la casa.

- De acuerdo mi cielo, entonces...

Se volteo viendo a su hija

- Lili mi princesita....

Lili se soltó a llorar haciendo parpadear las luces en su hogar, la conección entre magos es extraña ya que a su corta edad Lili entendía perfectamente los humores provenientes de sus padres y lo usaba a su manipulación.  

- Por favor solo soy un simple mago, no estoy preparado para el ataques de dos Hermiones.

Al final llegaron en un acuerdo y Lili tendría en lugar del pony tres obsequios diferentes de acuerdo a lo que Hermione estaba dispuesta a aceptar, el día fue muy agotador Lili callo rendida por la noche luego de beber su biberón, Harry la acomodo en su cuna y dejo su lámpara mágica encendida, dónde se producía el canto de las sirenas, acompañado de imágenes movibles de criaturas mágicas.