Cerezo del desierto [砂漠の桜] || Sakura Haruno y Sasori.

Emiko.

"Dime, ¿Como podemos derramar lagrimas si estamos vacíos? Si el tiempo se va volando entonces, ¿Donde esta la razón inevitable en este amor?"

Aunque se haya mostrado fuerte frente a sus hermanos la realidad era que estaba bastante triste. Era inevitable, la amo desde que eran niños y ahora ella amaba a otra persona. No se lo dijo pero estaba seguro de que tenia que ver con Sasori. 

No estaba enojado, de alguna manera le alegraba que Sakura sanara la cicatriz que Sasuke Uchiha dejo en su corazón y aun así ese sentimiento contrastaba con la tristeza del amor no correspondido que jamas conoció. No esperaba nunca sentir el amor y mucho menos sentir el desamor. Era una sensación agridulce en su boca que lo mantuvo despierto hasta altas horas de la noche durante dos días. 

Su hermana le consoló la primera noche diciéndole que quizá no estaba listo para el amor, probablemente la persona que lo haría experimentar ese sentimiento estaba afuera. Cuando ella termino con Shikamaru también se sentía mal nunca conoció a alguien que la quisiera por ella misma y no por ser la hija o hermana de un Kazekage. Aun así el que pensó era el amor de su vida la dejo por una mujer que ahora esta muerta por lo que conocía el sentimiento y le daba la razón. 

Gaara y Sakura irían aun así como amigos a la boda, se lamentaba un poco tenerla tan cerca y a la vez tan lejos pero luego de la platica con su hermana mayor todo pareció despejarse. Quería a la Haruno como amiga de todas formas y seria estúpido de su parte alejarse de ella solo por un rechazo, al final del día estas emociones le convencían aun mas de que nunca estuvo vacío como pensaba que lo estaba cuando era niño.

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La Haruno caminaba de regreso a su hogar, la platica con Shikamaru fue productiva. Le dejo unos pergaminos para que pudiera corregir y dar libertad a lo que creía de todo en lo que trabajo por casi un mes. Mientras caminaba pensaba en Sasori, todo lo que estaba haciendo era motivado por el amor que desarrollo a el pero aun no podía darse el lujo de darle un si ya que si esto llegaba a oídos del consejo desacreditarían sus propuestas. Tener el apoyo de Shikamaru le quitaba mucho peso de encima pero tenia que mantener una fachada de medico/paciente con el ex renegado. 

Al llegar a su casa miro a la mujer que vino con Sasuke el día anterior afuera de su casa tocando la puerta -Emiko, ¿Que haces aquí?- le pregunto cuando estuvo cerca de ella, la joven volteo a verla confundida -Lady Sakura, pensé que estaba adentro creo que escuche pasos- le dijo, la pelirrosa desvió el tema -Acabo de llegar, fui a casa de una amiga. ¿Necesitabas algo?- la pelinegra avergonzada miro al suelo -Mi tio se fue hace bastante tiempo, lo hice enojar y salio del hotel donde nos estamos quedando. No ha vuelto, quería disculparme y pensé que vendría con usted- Sakura no podía creer que Sasuke tuviera ese comportamiento con su propia sobrina -Créeme, cuando se enoja le gusta estar solo. Si quieres puedes acompañarme a comer, iba a ir a un restaurante cerca. Yo invito- le dijo tratando de animarla ya que notaba en su cara la preocupación.

Emiko no sabia si aceptar la invitación, le encantaría comer con una de las personas que mas admiraba pero quería evitar que Sasuke se molestara con ella. Luego de evaluarlo ella no tenia dinero pero se moría de hambre y su tio no aparecía por ningún lado -Me encantaría Lady Sakura, creo que mi tio no se molestara si la acompaño- ambas sonrieron y fueron directamente al centro de la aldea para buscar un restaurante.

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Dentro de la casa Sasori escuchaba atentamente toda la conversación y a través de la mirilla observaba a la pelinegra, esta no le parecía para nada conocida y nunca le escucho decir a Itachi que tuviera hijos así que le parecía sospechoso. No le dio tantas vueltas, hablaría con Sakura después respecto al tema. 

Dado que Sakura no estaría para la comida pensó en llevar a cabo una idea que se le ocurrió la noche anterior, ambos se dividían las labores del hogar pero ella era la única que cocinaba así que quería sorprenderla haciéndole la cena y eso haría.

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Estando con Emiko en el restaurante ambas tomaron asiento, Sakura no dejaba de mirarla y esto ponía nerviosa a la pelinegra -Lady Sakura, ¿Le pasa algo?- pregunto con miedo de la respuesta -No, solo pensaba que no te pareces nada a Sasuke, ¿Segura que son familia?- bromeo Sakura, Emiko rió un poco -Es algo complicado de explicar- le dijo nerviosa, la pelirrosa no quiso entrar en ese tema para evitar verse demasiado invasiva así que cambio de tema -¿Desde cuando vives con Sasuke?- la pregunta sonaba menos privada que la anterior -Bueno, mi madre era miembro de esta aldea pero un día me dejo con el y jamas volvió. Estuvimos viajando mucho tiempo juntos hasta que decidí que quería tener un lugar fijo para vivir, Sasuke casi no esta en casa así que es como estar sola- en ese momento les trajeron las cartas para ordenar.

Sakura la miro bien, tenia rasgos característicos del clan Uchiha como ojos y cabello pero no era nada parecida a Itachi. Sus rasgos eran mas finos y atractivos, le recodaba a alguien pero no recordaba a quien. 

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Emiko sentía las miradas de Sakura, una de las razones por las que Sasuke nunca quiso traerla a conocer la aldea de su familia era por el parecido con su madre. En sus palabras ella no era bienvenida en su propia aldea tal y como su padre al ser renegados. Le daba cierta vergüenza contar sobre su nacimiento porque no fue nada convencional y a palabras de su madre era un tema que no quería tocar.

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N/A:

Vaya, cuanto misterio Emiko.