"Si no estoy junto a ti no puedo sentirme completa. No puedo perdonarte por más que lo desee".
Dentro del bosque Sasori peleaba contra la mialgia, la anadipsia y el hambre que sufría su cuerpo. Estaba tan debilitado que ni siquiera podía pararse, solo fue capaz de utilizar ambos brazos para arrastrarse a aquella roca. No tenia la intención de morir dos veces y menos de esa manera tan ridícula así que pedía a algún poder superior que quien fuera la persona que lo trajo a la vida otra vez fuera por el.
Poco a poco el cielo fue cambiando su color de naranja a azul oscuro, la noche arropo todo el lugar. Sasori recordaba que tener cuerpo humano era una molestia, por esa razón diseño su mayor obra maestra. Sus malestares mortales iban a acabar con este cuerpo o eso era lo que él pensaba; no creía poder sobrevivir mucho más tiempo. Mientras el tiempo seguía pasando el solo miraba al cielo, sufrir tanto antes de morir en estas circunstancias debe ser mala suerte o quizá un castigo divino como tantas veces le había dicho su difunto compañero de organización Hidan.
[...]
La kunoichi estaba organizando sus cosas para irse, tomo una siesta de algunas horas pero ya se sentía que ya era suficiente. Teniendo todo listo salió de la habitación y bajó a la recepción donde firmó su salida y entregó la llave, finalmente pago para salir del lugar antes de encontrarse con el ninja pelinegro. Salio del pueblo con calma pero apenas rozo el camino con el sendero principal escucho claramente una voz en su cabeza "Hambre", "Sed", "Muerte" lo que le provoco cuestionar su salud mental. Quizá el síntoma de un viaje tan atareado.
Trato de hacer oídos sordos a las demandantes voces que escuchaba en su cabeza mientras continuaba caminando, hasta que esa misma voz ahora masculina demandante le grito desesperadamente un "¡MORIRÁ!". Esto hizo click en su memoria por alguna razón y relacionando todo creyó que hablaban de el cuerpo de Sasori, un sentimiento de angustia le llenó inexplicablemente y se desvió de su camino para correr directo a aquel árbol.
Mientras más se acercaba al punto Sakura podía sentir que algo provocaba dolor y ardor en un espalda baja, un dolor no tan profundo pero lo suficientemente molesto para que le pusiera atención. Cuando llegó al árbol no encontró a nadie; camino un poco y al ver la cápsula abierta un escalofrío bajó por su espina dorsal, dio unos pasos por los alrededores hasta que estuvo frente a frente con el ahora vivo Sasori.
Este la miro molesto y con una voz débil pero enojada le dijo -Así que fuiste tu, cabello rosa- aquello hizo estremecer a Sakura.
Haruno se acerco poco a poco a el dispuesta a entender porque sintió que estaba en problemas -Sasori de la arena roja...- fue lo único que pudo decir ante el shock, se veía terrible, deshidratado y desnutrido, acelero su paso para cargarlo con la intención de auxiliarlo -No pierdas tu tiempo, moriré pronto otra vez. No se si sea el hambre pero te ves distinta- Hizo la observación Sasori, sin duda esa mujer lucia mas adulta. Por su parte Sakura ignoró esa última frase, se acomodo a un lado de él para intentar sanarlo un poco. Se concentró tanto que ignoraba los llamados de Sasori.
El pelirrojo continuo intentando hacer que la chica le prestara atención, no funciono hasta que le grito -¡Hey te estoy hablando! ¿Sabes porque diablos no estoy muerto?... No, la verdadera pregunta es... ¿Por que estas aquí?- El grito la saco de su concentración, realmente no tenia idea de como contestarle.
Reflexiono su respuesta y le contesto -La verdad no lo se, unas voces me dijeron que tenia que venir a este lugar- Sasori alzo un poco su ceja en señal de duda, pero entonces se hizo una idea de quien era el responsable de su nueva vida -O sea que unas voces te llamaron...- dijo Sasori burlándose un poco de ella, cerró sus ojos, parecía escéptico a lo que la mujer le dijo -La verdad no se quien te haya devuelto la vida, pero... ¡Ay!- Las palabras de Sakura fueron cortadas por un grito de dolor y el culpable era el mismo dolor que había sentido mientras corría. Se quitó el chaleco Jōnin y alzó su playera para visualizar un sello en forma de escorpión estampado en su espalda baja a la altura de sus riñones.
Sasori entonces quito su expresión de burla cambiándola por una enojada -¡Tu fuiste quien abrió el árbol! Esa marca es consecuencia de esto- Le dijo Sasori en tono enojado aunque dentro de él se sentía sorprendido, estaba diseñado para que solo un ninja del nivel Akatsuki pudiera hacerlo y que esta mujer lo haya logrado le era prueba definitiva de que seguramente era más poderosa en comparación a la niña que enfrento hace 4 años. Sakura se negaba a creer que por su culpa Sasori estaba ahí, ni siquiera le encontraba lógica a la afirmación pero esa marca no tenia otra explicación. Haruno suspiro sin ganas y volvió a ponerse su chaleco -No se de que me estas hablando, pero no puedo dejarte aquí- Le dijo levantándose de donde estaba, el ninja no quiso insistir mas con el tema de la marca en ese momento de todas maneras se sentía pronto a fallecer por tercera vez -¿Y a donde se supone que me llevaras?- Pregunto fastidiado, ella lo tomo por los brazos y lo cargó en su espalda -No tengo idea, pero supongo que necesitas alimento y tratamiento. Creo que iremos a la aldea turística mas cercana- le dijo la mujer sin más, aunque no sonara a una grandiosa idea ya que podría encontrarse con conocidos pero no encontraba otra opción. De todas maneras si moría o vivía seria un problema por lo que era mejor tenerlo vivo, por algo esas voces la llamaron.
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N/A:
Sakura esta en fase de negación, tengan paciencia.
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Cerezo del desierto [砂漠の桜] || Sakura Haruno y Sasori.
FanfictionHan pasado varios años después de la cuarta guerra ninja, la boda del héroe de la aldea esta cada día mas cercana por lo que casi toda Konoha esta apresurada en terminar los preparativos. Cierta ninja de cabello rosa es enviada a un encargo a otra...